AMOR OSCURO (Oscura Inocencia libro 2) COMPLETA

CAPÍTULO XXX CUANDO EL CORAZÓN DECIDE

—¿Qué tal estuvo el viaje? — Quiso saber Nerón, fingiendo poco interés cuando en realidad deseaba saber todo lo sucedido, sobre todo con Milenka.

Esa mañana se reunió con sus hijos para desayunar. Desde que Demian llegó no había tenido tiempo para ellos solos como familia.

—Casi perfecto, si no fuera porque Demian intentó conquistar a Milen todo el tiempo — A Nerón se le descompuso la cara.

— Habiendo tanta mujer en el mundo vas y pones tus ojos precisamente en ella — aseveró Nerón — Te prohíbo que te acerques a esa chica, oíste, si no me vas a conocer, Demian.

Ramona y Demian lo miraban atónitos, ni siquiera cuando se trataba de defender a Ramona, su padre había reaccionado de aquella manera. El hombre estaba que echaba espuma por la boca.

— Oye tranquilízate, tampoco es como que quiera algo serio con ella. Ramona exagera. Solo me estaba divirtiendo. Hubieras visto la cara de Itzam...

— ¡Con una mierda, Demian! ¡Ya eres un hombre, deja de una buena vez por todas tus estúpidos juegos y pon atención en lo que verdaderamente importa!

— ¿Por qué te pones así?, por dios papá — intervino Ramona — fue incómodo sí; pero no es para que te pongas así.

— Además, a Milen no pareció molestarle — dijo con altanería.

— Escúchame bien, pedazo de idiota deja a esa niña tranquila — las venas en su cuello y frente parecía que iban a reventarle.

— ¿Por qué?

— Es la novia de tu primo —sentenció Nerón sin saber qué explicación dar.

— Y eso, cuando te ha importado, odias a Itzam más que a nadie en el mundo.

— No digas tonterías Demian — lo reprendió Ramona.

— Tú no te metas, sabemos bastante bien por qué lo defiendes — Indignada Ramona se puso de pie.

— Me largo, hagan lo que quieran — dicho eso se fue dejándolos solos.

— Itzam no necesitas más razones para destruirte — señaló Nerón — a estas alturas ya debes estar enterado de lo que hiciste.

— No le tengo miedo al fin y al cabo te tengo a ti para que vayas a llorarle a tía Luciana y ella termine interviniendo — Nerón lo golpeó con fuerza en el rostro.

— Idiota insolente. ¡Te atreves a burlarte de mí después de lo que hiciste, me dejaste como un payaso incompetente delante de todos!

— Eso lo has hecho tú solo y muy bien, padre, si supieras cómo llevar un negocio esto no estaría pasando.

— ¿Cómo te atreves a faltarme el respeto?

— El respeto se gana y tú no has hecho un buen trabajo — señaló Demian con la mandíbula apretada. Las manos le picaban por devolverle el golpe a su padre.

— Buena suerte lidiando con Itzam, tienes razón, no es santo de mi devoción, pero tengo que reconocerle que es mucho más hombre que tú y tiene las agallas que se necesitan para actuar en estos negocios.

— Tienes razón, él podrá ser mejor que yo, en muchas cosas es un digno hijo de su padre, mi tío supo ser un padre, cosa que no puede decir de ti — Demian no se dejaría humillar por su padre y le devolvía cada palabra cruel que Nerón le lanzaba.

— Inútil, bueno para nada, me avergüenza que seas mi hijo, si no fuera por las tonterías que cometiste en Alemania, te hubiera dejado allí de por vida, vete solo me causa asco. Tu madre estaría muy decepcionada de ti, aunque debo decir que esto — lo señaló con desde de arriba abajo — es solo consecuencia de que te trajera pegado a sus faldas siempre.