CAPÍTULO XXXI PERVERSO, APASIONADO E INTENSO

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—Cariño, ¿Cómo estás? — Luciana envolvió a Milen en un fuerte abrazo — Me dijo Noah que te pusiste mal.

— Creo que estaba en shock— respondió sin ánimo y con la culpa carcomiendo las entrañas.

— Todos estamos, ha sido un gran susto; pero ya pasó, él estará bien — dijo optimista su madre.

— ¿Lo has visto? — quiso saber Milen ella aún no juntaba el valor para hacerlo.

— Solo un momento, sigue sedado y no quise molestarlo. El doctor dijo que se debió a una descompensación por estrés y mala alimentación — Noah sí que sabía cómo cubrirse las espaldas a su amigo y en este caso a ella también — Ese muchacho me va a escuchar, mira que darnos estos sustos, solo por su adicción al trabajo, por lo menos debe alimentarse bien.

— Es mi culpa Luciana — sollozo Milenka, no podía permitir que una vez Itzam pagará los platos rostros por sus acciones cuestionables.

— ¡qué dices!, claro que no, sé lo terco que es Itzam y además no es un niño pequeño al que se tenga que vigilar para que cumpla sus deberes, es un hombre hecho y derecho — aseveró la madre de Itzam.

— Hay Luciana es que... no sabes — el llanto brotó de la joven de forma incontrolable de nuevo.

— Cariño, me estás asustando ¿qué pasa? — preguntó con ternura.

— Todo lo malo que le pasa a Itzam es mi culpa — sorbió por la nariz — Él lo único que ha hecho es cuidar de mí olvidándose de él mismo y yo no lo merezco no es justo.

— Estás siendo muy dura contigo misma, Milen. Es evidente que lo amas y lo haces muy feliz, ¿qué mal puede hacerle eso? — inquirió Luciana, algo confundida.

— Creo que... en el fondo no pude perdonarle por completo el dolor que me causó al dejarme, ¿sabes?, y sí, volvimos a estar juntos; pero esa espina seguía ahí, en mi corazón molestando y había veces que sentía mucho coraje hacia él y lo lastimé — las últimas palabras las pronunció con pena.

— El engaño no es algo que se pueda perdonar con facilidad, necesita tiempo y trabajo en ello, tampoco es algo que puedas hacer sola. Temía que algo así pudiera pasar, mantuve la esperanza de que ambos salieran adelante por su propia fuerza.

— Lo siento — susurró Milen.

— Pues no lo sientas, no es tu culpa, el único responsable es mi hijo, él debió hacer más porque este problema entre ustedes se terminará de tajo; pero así son los hombres, basta con que uno diga que sí para sentirse dueños y seguros de nosotras. El hecho de que volvieras con él no significaba que hayas superado lo que pasó y que todo estuviera a pedir de boca en su relación.

— No es el único en esta relación, yo también debí decirle cómo me sentía, hablarlo, buscar una solución.

— El paso más difícil siempre es admitir que tenemos un problema — la reconfortó Luciana — Siempre hay que buscar el lado bueno a las cosas por más oscuras que nos aparezcan y en este caso les da una nueva oportunidad para trabajar en aquello que estorba entre ustedes.

— No sé si Itzam estará dispuesto a... — exclamó Milen, mientras jugaba ansiosa con sus dedos.

— ¿Qué no lo está? — bufó, Luciana — Mi hijo caminaría sobre un lago de lava hirviendo por ti.

Con todo su corazón, Milenka deseaba que Luciana tuviera la razón y poder contagiarse de ese optimismo que la hacía creer que todo se solucionaría con facilidad, no obstante, la madre de Itzam no conocía la verdad de las cosas y ella no podía explicarles, le daba vergüenza y sobre todo no pensaba exponer un tema que no solo le correspondía a ella.

AMOR OSCURO (Oscura Inocencia libro 2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora