CAPÍTULO XV PROMESA Y AMENAZA

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Con la mirada fija en el techo, Milen e Itzam yacían acostados sobre la alfombra de aquel estudio, uno al lado del otro, sus brazos apenas y se rozaban, por alguna razón evitaban el contacto entre ellos, pese a que acababan de tener un reencuentro sexual demasiado intenso.

Sus respiraciones seguían aceleradas en parte por la ajetreada faena; pero también por los nervios de no saber qué decir o cómo actuar. Se dejaron llevar por la necesidad del uno por el otro y cruzaron una línea para la cual ninguno estaba preparado.

La relación entre ellos no estaba en lo absoluto cerca de ser por lo menos cordial y el sexo podía empeorarlo todo.

Una revolución de sentimientos acompañada de miles de preguntas revoloteaba en el interior de Milen. ¿Qué pasaría ahora?, ¿volverían a estar juntos? ¿Siquiera eso era posible?, ¿lo había perdonado?, no por supuesto que no, de eso, estaba segura, existían aún muchas cosas sin aclarar y la punzada de dolor y resentimiento por su tracción, aún latía viva dentro de ella.

Volver a sentirla entre sus brazos, piel con piel, le devolvió las ganas de vivir a Itzam, no obstante, persistía el temor de que solo fuera algo fugaz, ella bien podía alejarse. Recuperarla no sería fácil.

— Milen — la llamó con cautela.

— No digas nada — le advirtió ella aún con la mirada puesta en el techo.

— Te arrepientes — Itzam cerró los ojos y exhaló con fuerza, culpándose una vez más.

— Lo necesitaba — confesó ella sorprendiendo con la sinceridad de sus palabras —. Te necesitaba — el corazón de Itzam dio un vuelco —, pero eso no significa que te haya perdonado.

— Entonces, ¿te irás? — preguntó Itzam con temor.

Ella giró su cuerpo hacia él, recargando todo el peso de su cuerpo sobre uno de sus brazos, de esta forma podía observarlo mejor.

Itzam, solo se giró el rostro hacia ella y fue suficiente para que el peso de todas sus acciones lo aplastara dejándolo por completo sin aire, La imagen de Milenka, con las mejillas sonrojadas, el cabello despeinado y los labios ligeramente enrojecidos e hinchados le revelaron el error que cometió al alejarla de su vida.

Deseaba ver esa imagen todos los días al abrir los ojos por el resto de su vida. La amaba, con toda su oscuridad y depravación. La recuperará a cualquier costo, pero haría hasta lo imposible para no perderla jamás, aunque eso significaba mentirle una vez más.

Milenka, no debía enterarse jamás de la verdad de su origen y mucho menos de lo que él tuvo que hacer para protegerla. Ahora más que nunca tenía que deshacerse de Nerón. Si solo así podría conservar a Milen a su lado, entonces, lo casaría como el animal rastrero que él, sin importarle que tendría que actuar sin escrúpulos al igual que él para lograrlo.

— Eso depende — dijo ella.

— ¿De qué? — pregunto Itzam, seguro de que le daría todo lo que pidiera con tal de que se quedara.

— De tus respuestas, todavía tengo preguntas.

— Me sorprendería si no — se burló él relajando su cuerpo. Acomodo unos de sus brazos bajo su cabeza, para quedar a la altura del rostro de la joven.

— Dices que esas personas están cerca, ¿sabes quiénes son? — quiso saber.

— Si y no revelare su identidad — respondí Itzam adelantándose a la que seguramente sería su próxima pregunta — es mejor así.

— ¿Me crees tan tonta como para entregarles todo lo que me dejaron mis padres así no más? — inquiero un poco ofendida.

— No por supuesto que no, has demostrado más inteligencia y madurez que yo en todo esto, sin embargo, eso no los tendrá. Son personas sin escrúpulos, Milen, harán cualquier cosa para arrebatarlo todo y eso implica lastimarte si es necesario y es algo que no pienso permitir — se atrevió a acariciar suavemente la mejilla de la joven.

AMOR OSCURO (Oscura Inocencia libro 2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora