EPÍLOGO

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— Ya dímelo — le pidió Milenka a Itzam mientras este arrullaba en brazos a su primogénito recién nacido.

— No puedo creer que sea padre — respondió sin despegar la vista de su pequeño.

— Itzam — lo llamó Milenka usando ese tono peculiar que le indicaba que hablaba muy en serio.

— Algún día descubriré como le haces para leerme tan bien — señaló él.

— Es sexto sentido — aseguró ella, observándolo desde la cama en la que descansaba.

— Tienes razón, me pasan muchas cosas — admitió ante la mirada atenta de su esposa — Soy padre — sonrió al ver al bebé — tengo a mi lado a la mujer que amo ... Y ... El hombre que más odio en la vida ... Murió — Milenka arrugó el gesto de inmediato.

— Nerón, ¿ha muerto? — quiso saber.

— Tantos años de intentar quitarse la vida y fue un infarto lo que acabó con él — reveló el pelinegro.

Milenka apretó los dientes y todo su cuerpo se tensó por la ira. Si no estuviera tan adolorida por el parto, habría destruido por completo la habitación.

— Sé que querías que sufriera mucho tiempo más; sin embargo, esta vez no hubo nada que se pudiera hacer para salvarlo.

Como se juró así misma y a la memoria de sus padres, Milenka se encargó de volver la prisión, un infierno para Nerón. Apenas este puso un pie en la cárcel y cada preso ya estaba enterado que aquel hombre era un violador.

La primera noche de Nerón en aquel lugar fue tortuosa y aterradora. Supo en carne propia lo que era ser ultrajado.

— ¿Seguros de que hicieron todo para salvarlo? — pregunto con duda a su esposo.

— Sinceramente, no había mucho que hacer. Cayó muerto — explicó él encogiéndose de hombros.

La muerte de Nerón no era importante para ellos, fuera de que ya no podrían torturarlo más.

Nerón intentó quitarse la vida muchas veces y en todas y cada una de ellas se encargaron por todos los medios de salvarlo solo con el fin de seguir atormentando.

De ahí la furia de Milenka. Estaba claro que jamás saciaría su sed de venganza; pero por lo menos esperaba tener varios años más.

— No pienses en eso, te puede hacer daño, ya no vale la pena, ahora tenemos que concentrarnos en alguien que sí merece toda nuestra atención — Itzam se acercó a ella con el bebé en brazos.

— Es el ser más bello de todo el mundo — Milenka miró embobada a su hijo.

— Estaba pensando en llamarlo Lenid. Lenid Balcab ... Claro, si estás de acuerdo — la mirada de Milenka se iluminó ante la idea de llamar a su pequeño igual que su padre; porque para ella, Lenid era y siempre sería su único y verdadero padre.

— Me encantaría, por supuesto, que sí — chilló emocionada.

— Cuando tengamos a nuestra hija la llamaremos Misha.

— Acabo de parir este bebé y ya estás pensando en otro, no, Itzam definitivamente no quiero saber de partos en un buen tiempo.

— Te ves muy sexy de mamá, si no fuera porque apenas diste a luz hace un par de días, ya te había hecho mía — rugió él mientras le dedicaba una mirada cargada de deseo.

— Eres terrible — rezongó divertida Milen.

— ¿Hablarás con Ramona y Demian sobre el funeral? — Preguntó acariciando con la nariz la cabecita de su hijo, quien dormía profundamente, ahora, en los brazos de su esposa.

—No — respondió ella tajante — estoy segura de que no se ofenderán por ello — entre Milenka y sus medios hermanos, Nerón era un tema que jamás se tocaba.

Ambos guardaron silencio un instante, contemplando embelesados a su hijo, quien ahora ocupaba toda su atención.

— Es muy extraño — Itzam fue el primero en romper el silencio.

— Es un recién nacido, fuerte y hermoso — indicó Milenka.

Su esposo esbozó una sonrisa sorprendida y maravillado con el modo defensivo con el que Milenka reaccionó a lo que consideró un ataque hacia su hijo.

Bien, dicen que todas las madres son unas leonas cuando se trata de defender a sus pequeños.

— Me refiero al tiempo, la vida — aclaró.

Milenka frunció el ceño confundido.

—Mi vida hasta ahora no tiene ningún significado... su nacimiento — beso la frente cita de su hijo — es como un parte agua — todo antes de él parece no tener sentido.

— Es como si hubiéramos nacido de nuevo. Junto con él — concordó Milen en un suspiro.

— No se lo digas; pero ahora entiendo a mi madre mucho más que antes.

—Definitivamente, nuestras vidas cambiarán mucho, pero serán mucho más felices que antes.

Itzam movió la cabeza de un lado a otro y soltó repentinamente un par de carcajadas.

— ¿qué? — quiso saber Milenka inquieta.

— Si me hubieran dicho que aquella chiquilla que apareció en mi puerta empapada de la cabeza a los pies, terminaría siendo la mujer de vida, me haría sentar cabeza y me daría la dicha de ser padre y formar una familia, jamás lo habría creído.

— Yo te lo dije — señaló Milen — ¿recuerdas?

— No puedo, ¡Eres lo único que me queda!, ¿cómo me pides que me vaya? — chillo mirándolo con indignación mientras las lágrimas volvieron a empapar su rostro — ¡Te amo!, ¡vamos a pasar el resto de nuestras vidas juntos!

Itzam se debatía entre echarse a reír, ponerse a llorar o tomarla por los cabellos y echarla de una vez por todas a la calle; el frío helado que recorrió su columna hasta dejar todo su cuerpo congelado, incapaz de moverse, se lo impidió.

— ¿Por qué?, ¿por qué me tratas así?, vamos a casarnos y, en cambio, tú no pareces contento de ...

— ¡Cállate!, ¡cállate ya! — le ordenó al mismo tiempo que cerraba la puerta de su departamento de un portazo — deja de decir esas estupideces — la tomó por los brazos con tanta fuerza que la puso de pie de un solo movimiento — Tú y yo no vamos a casarnos — afirmó con los dientes apretados —¿de dónde sacaste eso?

— Bueno, parecías un poco desquiciada en aquel entonces — señaló Itzam divertido al recordar la escena.

—Desde el momento en que mi padrino me mostró tu fotografía, supe muy dentro de mí que eras el hombre de mi vida — confesó ella.

— Ahora que lo pienso, creo que mi padre quería eso — señaló Itzam — que estuviéramos juntos.

— Pero no te dijo nada sobre mí.

— Me conocía mejor que nadie, si me advertía sobre ti, jamás lo habría aceptado, además, no tuvo tiempo de hacerlo; aun así, creo que sí, esa era su intención.

— Nunca estaremos seguros de que así fuera. Lo importante es que estamos juntos, tenemos una hermosa familia y nos amamos más que nunca.

—Tarde en entender y aceptar mi amor por ti; pero el momento en lo que hice me envolvió con fuerza e intensidad y supe que sería tuyo en esta y todas las vidas que deba vivir— acarició la mejilla de Milen con la mirada llena de amor — Te amo — rugió antes de tomar sus labios como solo él sabía hacerlo.

AMOR OSCURO (Oscura Inocencia libro 2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora