AMOR OSCURO (Oscura Inocencia libro 2) COMPLETA

CAPÍTULO XXXIV NI AMOR NI ODIO

— ¿Viste a Milenka?, ¿dijo algo?, ¿también lo sabe? — preguntó Ramona al borde de un colapso nervioso. Recorría la estancia del departamento de Noah, desesperada. Se mordía las uñas, despeinaba su cabello y se abrazaba así misma.

—La vi solo un momento, no dijo nada al respecto, supongo que no sabe sobre ti e Itzam — explicó Noah con recelo. Le indignaba que Ramona estuviera más preocupada porque Milenka no se enterase de que por el hecho de que Itzam ya lo sabía y aunque estaba molesto porque se lo ocultaron, ellos por fin se habían liberado de esa preocupación.

— Debemos hablar con Itzam, preguntarle que fue exactamente lo que paso — dedujo Ramona.

— ¿En serio crees que Itzam nos va a querer siquiera ver en este momento? — reclamó Noah —. Entiendo que tu amistada con esa chica sea importante; pero nuestra relación lo es más, ¿o acaso me equivoco? —cuestionó Noah.

— Noah — Ramona se detuvo frente a él y lo abrazo por la cintura.

— Ya no tenemos por qué esconder nuestra relación — Noah se zafó de su agarre —. Por fin podremos estar juntos como lo hemos querido desde hace tiempo, ¿qué? ¿Importa Milen y lo demás? Lo que pasó entre tú Itzam no tiene nada que ver con ella.

— ¿Cómo puedes decir eso? — exclamó Ramona ofendida —. Ella es la única amiga sincera que he tenido.

— Las cosas son así Ramona— Noah suspiró con fuerza — Mi mejor amigo me odia, no me importo fallar a nuestra amistada de años por lo que nosotros tenemos, por nuestro amor, ese es el sacrificio que yo hago por nosotros y para ti es más importante Milenka, ¿sabes cómo me hace sentir?, darme cuenta de que no te importa — espetó dolido Noah.

— Nuestro amor es un sacrificio para ti —señaló ella.

— Sabes que no fue lo que quise decir — se excusó él.

— ¿Entonces?, ¿qué es lo que en realidad piensas? — inquirió Ramona. Molesta

— Que en realidad no te importa la reacción de Milen, solo la usas como excusa. Tienes miedo al compromiso — Ramona enmudeció de golpe y giro su rostro lejos de la vista de Noah — En el fondo siempre he sabido que no me amas tanto como yo a ti, ha sido mi insistencia la que te mantiene a mi lado, si dependiera de ti, seguramente habríamos compartido unos meses de sexo y listo — la tristeza que sentía al decir sus pensamientos en voz alta, dolía más.

Noah, no estaba del todo equivocado, Ramona, lo amaba con toda su alma, sin embargo, tenía miedo y no al compromiso, sino al hecho de perderlo. Se sentía sucia, manchada por la relación que sostuvo con Itzam, no podía perdonarse a sí misma el haber hecho algo tan bajo como involucrarse con su primo, solo para causarle celos al hombre que verdaderamente amaba.

Se juzgaba así misma con mucha dureza, creyéndose indigna del amor de Noah. Cargaría con esa mancha por el resto de su vida y temía que cuando fuera más feliz junto a él, esa mancha los cubriera por completo, destruyendo su felicidad.

Esa era la razón que le impedía entregarse y disfrutad a plenitud lo que ambos tenían.

— No es verdad, lo que pasa es que necesitas escucharme gritarlo a los cuatro vientos para convencerte de mi amor — replicó Ramona — No es suficiente con que te lo diga, no me crees y nunca lo harás, porque lo que tuve con Itzam sigue siendo una espina entre nosotros. Tu inseguridad es la que habla ahora — Noah resintió la crueldad de las palabras de la mujer que amaba como flechas en su corazón.

— Hubiéramos tenido esta conversación antes — indicó Noah — Nos habríamos ahorrado muchos problemas — ironizó haciendo un mojín burlón.

— ¿Como el que tu querido amigo, se enojara contigo?--- eres un hipócrita — rezongó ella — Si te puede tanto Itzam, anda, lárgate a rogarle que te perdone y déjame a mí en paz.