Capítulo 17 - La captura de Lex

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—¿Qué haces ahí parado? Ya la trajiste, ¿no? ¡Ve por el puto cuadro maldita sea!

—Sí, señor.

—Es tan complicado encontrar gente confiable en estos tiempos, solo pude encontrar a estos incompetentes buenos para nada. Tú que estás parado ahí como una estatua, ve a la cocina por el otro idiota que al parecer no sabe cómo preparar un maldito té.

—Disculpen, es una vergüenza que tengan que ver cómo trabajan estos imbéciles. Pero después de todo, eso no importa. En cuanto tenga mis códigos ustedes ya no seguirán respirando.

Antes de que Lena pudiera responder, el hombre de Lex volvió con el cuadro falso.

—Aquí está, jefe— Kara le lanzó una mirada rápida a Lena.

—Bien. No puedo negar que fue muy inteligente que ocultarás mis códigos dentro de esta... cosa. Ni siquiera puedo llamarle arte a esto. Tienes unos gustos horribles, Lena.

—Mis gustos no tienen por qué importarte.

Lex, con una sonrisa de satisfacción, recostó el cuadro sobre su regazo y sacó de sus bolsillos una linterna ultravioleta, pero Lena no se esperaba eso.

—De seguro pensabas que no vendría preparado— dijo para iluminar el papel en busca de sus códigos. Después de unos segundos, la expresión de Lex cambió.

—¿Qué debemos hacer con este hermoso trozo de basura? — Lex sonrió hacia Lena, tomó el cuadro y lo arrojó al suelo, rompiendo el marco.

—¿¡Dónde están los códigos!? — Lex recibió el silencio absoluto de su hermana.

—Parece que... necesitaremos una pequeña charla familiar para descubrir dónde está el verdadero.

—No los encontrarás, Lex. Me deshice de ellos— respondió Lena con determinación.

—¿Qué tú qué?

—Así como escuchaste. Quemé la pintura original.

—¡No, no, no! ¡No pudiste ser tan imprudente!

—Tú no debiste subestimarme— un disparo resonó en la sala, el hombre de Lex cayó al suelo.

—¡Arriba las manos señor Luthor! — Hank apareció de la nada.

Segundos antes de que llegara Lex, Lena había vuelto a encender las cámaras. Ella y sus guardaespaldas tenían acceso a las mismas, pero a ellos les llegaba una alerta como que Lena podría estar en peligro. Hank había visto todo y no dudó en ir a socorrer a la pelinegra. Eliminó a los que habían entrado a la cocina y por último el que acompañaba a Lex.

Lex levantó las manos, con una mezcla de frustración e incredulidad en su rostro. Lena, aunque aliviada por la llegada de Hank, mantuvo su postura firme.

—Esto no ha terminado, Lena— dijo Lex con veneno en su voz. —Mis abogados me sacarán en tan solo unos días. Y volveré otra vez, y en cuanto te veo te voy a matar.

Kara se levantó del suelo y, tras unos cuantos pasos, alcanzó a Lex que aun estaba sentado y le propinó un puñetazo en la cara. Luego, comenzó a mover su mano debido al dolor que sentía. La acción de Kara había provocado una sonrisa en el rostro de Lena quien después se acercó a Lex.

—No lo creo. Acabas de perder a cada uno de los que te representaron alguna vez. Y la persona que se encargó de eso la tienes frente a ti. Esta vez te pudrirás en la cárcel— Hank avanzó, esposando a Lex con movimientos precisos y eficientes.

—Tus días de manipulación y amenazas han terminado— dijo Lena. Lex giró la cabeza hacia su hermana con ojos llenos de odio.

—Disfruta tu pequeña victoria mientras puedas.

𝑶𝒃𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑨𝒓𝒕𝒆 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora