Capítulo 2 - Reencuentro

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—¿Es normal que este overol me moleste la parte baja? — se quejó la rubia mientras se bajaba un poco la tela ajustada en su entrepierna.

—Nadie te mandó a coger uno de tamaño pequeño, Kara. Alex dijo, uno que les quedara cómodo. Pero como siempre te gusta ir apretada, ahora es tu problema.

—Es hora, chicas. ¿Ya terminaron? — preguntó Alex desde su asiento, impaciente por comenzar.

—Supongo que si— contestó Kara mientras seguía peleando con el overol.

Winn iba al volante, él se encargaría de meter y sacar a las chicas mientras que vigilaba desde afuera. Lograron traspasar el gran portón sin problemas. Se hicieron pasar por trabajadores de Mon-el Plumers y en la puerta una de las sirvientas las atendió. En cuanto entraron les indicó que esperaran ahí mismo. Ya adentro se encontraron con un obstáculo más complicado de lo previsto. Los sistemas de seguridad eran de alta tecnología y eso preocupaba a Alex, la mayor llevó su mano a su oído disimuladamente y habló.

—Winn, ¿crees que podrás lidiar con esto?

—Tecnológicamente no hay nada que me pueda detener, así que puedes estar tranquila.

—Excelente, eso me tranquiliza.

—Pensé que tardarían dos días más en volver— se escuchó una voz desde el segundo piso. De las escaleras a su derecha, bajaba una mujer pelinegra. Al parecer era dueña de la residencia.

—Nos gusta trabajar rápido y satisfacer a nuestros clientes— dijo Alex tratando de entablar algo de confianza con la mujer ahora frente a ella.

— Sí, ya lo había escuchado. No las había visto, supongo que son nuevas.

— De hecho, empezamos hoy, pero no se preocupe sabemos hacer nuestro trabajo.

—Eso espero. Odio gastar dinero en cosas que no valen la pena— Lena se dedicó a mirarlas. Les resultaba demasiado atractivas para solo arreglar tubos del desagüe, pero la rubia llamó su atención. Se encontraba a la derecha de la chica pelirroja que estaba hablando y notó que intentaba esconderse detrás de ella.

—Tú... tú eres Kara. Sí, no podría olvidarte y creo que también me recuerdas.

—Eh... ¿se conocen? — esta vez fue Diana la que habló. Intrigada por saber más de lo que pasaba entre su amiga y esa mujer. ¿De dónde se conocían? ¿Qué relación tenían? Quería saberlo todo.

—De hecho, sí, y muy bien, a decir verdad— Lena la miró de arriba hacia abajo para después relamerse los labios. Kara no podía estar más roja que un tomate, bajó la mirada evitando esos intensos ojos verdes que comenzaban a penetrarle el alma.

—Así que... ustedes tuvieron algo...— dijo Diana con un tono casi descarado y señalando la una a la otra. Estaba segura de que Kara estaba comenzando a sentirse incómoda y las miradas de la pelinegra hacia ella no mejoraban su situación. Alex dio un golpe al costado de su entrometida amiga para que cerrará la boca, pero igual la pelinegra no tardó en contestar.

—Sí, podría decirse. Bueno ya saben dónde es la cocina y los baños, pueden continuar con su trabajo— dijo para después irse, mirando por última vez a Kara. Había algo que las chicas no notaron, Lena Luthor también se había vuelto una complicación para su trabajo.

Dejó a una Diana con información inconclusa, a una Alex confundida y a Kara muerta de vergüenza. Solo había pasado un mes desde que la vio por primera vez y desde eso que se dio entre las dos, Kara no ha sabido bien como sentirse al respecto.

Se encontraron con un laberinto de pasillos oscuros y habitaciones lujosas antes de llegar a la cocina. Alex era la que guiaba a las otras dos, ya que no sabían ni siquiera donde estaban paradas. Debieron estudiar los planos como se lo había pedido la mayor, pero ni caso le hicieron. La única en hacerlo fue la pelirroja, solo para conseguir ese cuadro. Era más que claro de quién era la líder del grupo.

𝐎𝐁𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐑𝐓𝐄 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora