Misión 6: Revelaciones

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CAPITULO VI

23 julio de 2019

09:00 a.m.

Me desperté abruptamente por la alarma que había puesto en el celular, la apagué, me estiré mientras daba un bostezo. Miré a mi alrededor, recordé que estaba en la casa de Nero, en el comedor se escuchaban las voces de ellos hablando. No tenía muchas ganas de salir de la pieza, la verdad me sentía muy incómoda ahí, pero después lo pensé dos veces y lo primero que se me ocurrió fue ir hacia el Devil May Cry para estar tranquila. Así que me vestí y salí por lo menos para tomar el desayuno.

Al ir hacia el comedor, Nero se percató de que estaba parada con cara de dormida, mientras me frotaba un ojo y me asomaba por la puerta

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Al ir hacia el comedor, Nero se percató de que estaba parada con cara de dormida, mientras me frotaba un ojo y me asomaba por la puerta. Estaba Kyrie colocando unos platos en la mesa y Credo que parecía que estaba a punto de irse.

Buenos días Vicky - dijo Nero.

Buenos días chicos - dije con la voz un poco apagada.

Credo me miró y dijo lo siguiente - no sé si te apetece, pero tenía pensado en invitarte a caminar un rato, después de que acabe con tu asunto por supuesto -

¿Asunto? ¿Qué asunto? -

Él enseño la carta anónima sin decir nada, luego dirigió su vista hacia el collar que llevaba puesto, antes de que pudiera articular una palabra, él ya se había ido.

Wow, no me esperaba eso de Credo -

Parece que mi hermano se ve más motivado - decía Kyrie felizmente.

Por mi mente pasaba lo siguiente "no, esto no está bien"

Creo que no voy a desayunar, me voy a la agencia -

Pero Victoria, te vas a enfermar - decía Nero un poco frustrado.

Lo ignoré completamente, me puse un abrigo, también me iba a llevar el libro para leerlo y salí corriendo de ahí. En pocos minutos había llegado a la casa de Dante, pero cuando quise abrir la puerta estaba cerrada, él no estaba, me apoyé de costado en la puerta y me fui deslizando hasta quedar sentada en el piso como si fuera una muñeca de trapo. Por algún motivo me sentía mal, sentía una profunda angustia, a veces tenía ganas de volver a casa. De repente empecé a oír nuevamente esas voces, esta vez me decían que no llorara, que no estuviera triste. No lograba darme cuenta quienes eran, pero la primera me resultaba familiar.

Cuando volví a la realidad, me di cuenta de que estaba parado Nero en frente mía, me miraba con una cara que reflejaba preocupación. Se puso en cuclillas para quedar a mi altura y se acercó.

¿Qué te está pasando Vicky? -

Nada, nada - decía tratando de tapar mi cara.

¿Cómo que nada? ¿Por qué estas así? ¿con quién hablabas? -

Entre El Cielo y El InfiernoWhere stories live. Discover now