Lose control

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LOSE CONTROL 

Chay apretó a Porsche en un abrazo intenso cuando se encontraron en el portón del complejo, ambos habían corrido el uno hacia el otro, quizá por el desespero de no saber como estaban, y es que por más fuerte que fueran, ellos no eran inmortales y la zozobra siempre llega, nunca se va.

– ¿Estás bien? – preguntó el mayor contra el cabello ébano de Chay.

El más joven solo asintió escondiendo su rostro en el pecho de su hermano, se quedaron así por un momento hasta que notaron poco a poco como los demás se fueron acercando, Wolfgang también había abrazado a su hermana y Kim se había quedado apoyado contra el capó del auto.

– ¿Y bien? ¿que tal salió todo? – inquirió Kinn llegando hasta Chay y Porsche. – Hola, Chay, me alegro de verte sano y salvo.

Chay le sonrió gentilmente – Si, todo salió bien, algunos contratiempos en el camino pero nada que no solucionáramos. –

– ¿Fue la policía, verdad? – preguntó Vegas exhalando el humo acumulado por sus fosas nasales.

Kim fue el próximo en responder – Vagamente me sorprendieron, ninguno llevaba intenciones de cooperar, nos querían muertos de una manera u otra.

– Creo que el gobierno ha declarado la guerra oficialmente, si nos atrapan vivos bien pero si no...

– Las cosas no cambiarían – susurró Porsche y besó la frente de Chay – Debes ser mas cuidadoso de ahora en adelante, estás en el ojo del huracán, Chay.

El más joven exhaló separándose solo para poder hablar y poner su punto.

– De hecho, todos lo estamos – comentó – Aquí todos somos meta-humanos, abominaciones, estoy seguro que incluso Mila que tiene un don sanador enterará a ser un ratón de laboratorio si la atrapan o en el peor de las casos... una lápida en el cementerio, eso si nos dejan conservar su cuerpo.

Mila carraspeó – Caramba, gracias, Chay – ironizó –

– Perdón, quería probar un punto – dijo el de cabellos ébanos.

– Qué punto tan... amable – Wolfgang apenas sonrió, algo definitivamente había cambiado después de ese viaje. En otra ocasión, Wolf le hubiese aventado una esfera de fuego o le hubiese dicho alguna grosería, pero esta vez fue un simple comentario y una sonrisa torcida, definitivamente, algo era diferente ahora.

Kinn avanzó hacia su hermano menor – ¿Y el paquete?

– Cajuela – señaló Kim con la cabeza – Quizá tenerlo aquí no sea buena idea.

El mayor asiente – Por supuesto que no, pasaremos los túneles bajo tierra para ponerlo a salvo –

– ¿Túneles? – preguntó Pete – ¿Qué túneles?

BEAUTIFUL HUMAN -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora