El cielo estaba teñido en suaves matices de color gris, de vez en cuando dejando entre ver lo azul del cielo, en un día tan nublado como aquél, una joven caminaba por la ciudad acompañada por un muchacho de cabellos castaños. Recorrían las calles revisando las tiendas de vestidos, buscando en cada una de ellas uno que se adecuara a la ocasión y a la personalidad de la chica.
Hasta que al entrar ya en la tercera tienda lo vio, el vestido perfecto, era formal para la ocasión y sin dudas se le vería bien. Confeccionado en una suave tela transparente, con muchas capas escalonadas en la falda, se vería genial junto con unos zapatos de tacón que había comprado recientemente. –Veo que ya lo encontraste...iré a recoger mi traje nuevo, pasaré por ti al salón ¿de acuerdo? – Le había preguntado su acompañante, a quien respondió asintiendo con una amplia sonrisa entre sus labios.
Ya era la hora de comenzar a arreglarse, por lo que fue al probador para cambiarse de ropa rápidamente, al comprobar lo bien que se veía junto con sus zapatos nuevos que traía puestos, fue a pagar de inmediato, llevándose el vestido puesto. –Debo apresurarme...- Musitó para sí misma mientras caminaba hacia el salón de belleza; le harían un lindo peinado, le arreglarían las uñas y también la maquillarían. A pesar de lo extraño que esto pareciera, se encontraba habituada a este tipo de arreglos, cuando vivía con sus padres, no hace mucho tiempo, siempre debía asistir a fiestas importantes, cenas con los superiores de su padre o eventos de belleza con su madre.
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, cierto joven de cabellos rizados también estaba arreglándose para el evento, con un traje negro sobre una camisa blanca sin corbata, nunca le habían gustado por lo cual acostumbraba a dejar el primer botón de la camisa sin abotonar. Pasaron las horas y al terminar de peinarse, tomó el auto de su hermano para ir a buscar a su cita, este evento de clase alta no era su favorito, pero iría a toda costa para hacerle entender a una señorita de cabellos ondulados lo importante que era lo que le había dicho. Por otro lado creía ya saber el porqué de su enfado, aún no se había disculpado por lo de la otra vez; el haberla ignorado y ahora era el momento preciso para hacerlo.
De vuelta en el salón, se podía apreciar a la perfección a una joven figura femenina, luciendo un hermoso vestido que enseñaba su espalda al tener el cabello recogido hacia un lado, usando un maquillaje suave que aun así resaltaba sus ojos y labios delicados, cubiertos de un suave brillo rosa.
Salió del salón acompañada de Andrew, quien se veía mucho más adulto con ese traje nuevo, se había cortado el cabello, el cual también dejó hacia un lado; aquello le daba un aire de madurez. La escena era perfecta, él le abría la puerta del auto para luego rodear el mismo, subiendo a su lado antes de indicarle al chofer que era hora de irse, los halagos no se hicieron esperar cuando ya estaban instalados. –Te ves hermosa...- Comentó con algo de timidez el muchacho, quien no podía dejar de admirar la belleza natural y a la vez adorable de la chica a su lado, la misma que le sonrió con las mejillas algo sonrojadas.
Unos veinte minutos después, ya habían llegado al hotel cuyo salón habían reservado como todos los años, para una gran cena con los mejores pianistas jóvenes del país, pero no sólo pianistas, toda clase de músicos se encontraban allí. Se sintió algo nerviosa; a pesar de estar acostumbrada a este tipo de eventos sociales, esta vez no era gente ajena a su persona, eran los amigos y conocidos del pianista al que tanto admiraba, agregando el hecho de que era la primera vez que acompañaba a un chico de su misma edad.
Al verlos entrar, todos fijaron su vista en ellos; más bien en ella, acto seguido todos comenzaron a aplaudir a medida que se acercaban a ambos jóvenes. Por lo visto era la primera vez que Andrew llevaba una acompañante que no fuese de su mismo círculo musical, por lo que fue capaz de escuchar él siempre se presentaba con dos amigos más. Aquello la hizo sentir muy feliz e importante, no era para menos ir tomada del brazo con el finalista de un importante concurso de piano a nivel nacional y que además ya había representado a su país en la competencia internacional de el año anterior.
Pero nunca imaginó que, la contrincante del pianista vendría pegada al brazo del joven de los ojos color azul profundo; aquel que la hacía perderse en un universo paralelo cada vez que miraba a sus ojos. Pero esta vez algo la molestaba demasiado como para concentrarse en la inesperada imagen de ÉL en el salón, lo que desviaba su atención de los muchachos aniquilándose con la mirada era una chica rubia, de cuerpo envidiable, la cual al notar una leve molestia por su parte sonrió, apegando más su cuerpo al adverso.----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
N/A: Aquí les dejo el vestido de nuestra linda protagonista, espero que les guste el capítulo <3
http://g01.a.alicdn.com/kf/HTB1cvPkHVXXXXb5XpXXq6xXFXXXO/Sexy-dentelle-Cocktail-robe-Floral-robe-dos-nu-pour-parti-manches-longues-coutures-Slim-Mini-noir.jpg (ignoren a la modelo, sólo el vestido y zapatos!)
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Él
WerewolfUna relación de eventos plasmados sobre un lienzo completamente monótono, conformado por una escala de grises urbanos hasta que una mancha de color cae de forma súbita, tratando de mimetizarse con los grises a pesar de poseer un tono azul profundo...