El sonido del viento pasando a través de las copas de los árboles y las respiraciones extrañamente calmadas de un par de muchachos la tenían absorta, sus manos yacían en la espalda del muchacho; Aferrándose a su camiseta en busca de sentirse algo más segura. Estaba funcionando hasta que una palabra la hizo reaccionar.
-Corre...
Le dijo Él en voz alta, justo antes de eso podría jurar que las ropas del desconocido se hicieron trizas para liberar a una bestia en forma de lobo y así mismo pasó con el muchacho que la protegía....o creía que la protegía.
Gruñidos furiosos y mordidas salvajes se presentaban frente a ella en una bola de pelos gigante que peleaba de forma furiosa frente a ella, de pronto todo se detuvo y un par de penetrantes ojos la observaron con furia...solamente ahí comenzó a correr.El aire entrando en sus pulmones con desesperación le dejaba un leve sabor metálico en la boca, sus pulmones gemían por aire a la misma vez que pareciera que expulsasen sangre para poder obtener el oxígeno que aclamaban; sus manos se aferraban con fuerza a cada árbol que veía pasar de forma torpe y lenta frente a su frágil cuerpo.
El vestido estaba rasgado, sus zapatos habían sido olvidados hacía ya tiempo en algún lugar del espeso bosque en la desesperación por escapar; sus labios se hallaban resecos, sus pies y rodillas rasmillados y su cabello desordenado.
Se detuvo súbitamente en el momento exacto en el cual un par de ojos de tono amarillento furioso aparecían como relámpagos frente a ella, el frío recorrió su cuerpo desde la planta de sus pies hasta la nuca en un escalofrío que paralizaba cada parte de su cuerpo por la cual pasaba; le era imposible escapar ahora, estaba frente a ella y no había rastros de otro ser que pudiese ir en su auxilio.
Un rugido que emergió desde lo más profundo de la garganta de la bestia le hizo estremecer, sus ojos se abrieron más de lo normal por el miedo; sintiendo como se humedecían poco a poco por la desesperación a medida que un nudo de terror en su garganta le impedía gritar....aún si así lo hacía nadie podría salvarla.
Un impulso, el sonido de las hojas resecas en el suelo despegar para envolverlos en un furioso remolino de suciedad flotante en el momento en que las peludas patas abandonaban el suelo por una fracción de segundo para luego aterrizar con un gran estruendo sobre el delgado cuerpo de la joven. La cabellera femenina azotando el suelo con fuerza; el tibio manantial carmesí emanando de una herida en la parte trasera de su nuca, la sensación de muerte inminente al tener las fauces del animal abiertas sobre su rostro, emanando su pútrido aliento en su rostro mientras la desagradable viscosidad de su saliva chorreaba sobre su rostro.
Cerró sus ojos esperando a que sucediera, sin embargo un golpe seco seguido del gemido del animal le hizo re abrir sus orbes empapados en cristalinas gotas que se acumulaban en sus pestañas como el rocío por las mañanas. Una sombra masculina empuñando un bate de béisbol con púas se hizo presente antes de que la oscuridad nublase su visión, poco a poco el calor abrazador de la muerte vecina la envolvió mientras un lago de tono rojo tan oscuro como el mismo vino se formaba tras su cabeza.
Sintió como su cuerpo abandonaba la tierra, unos brazos rodeando su cintura y sus piernas antes de perder el conocimiento por completo.
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Él
WerewolfUna relación de eventos plasmados sobre un lienzo completamente monótono, conformado por una escala de grises urbanos hasta que una mancha de color cae de forma súbita, tratando de mimetizarse con los grises a pesar de poseer un tono azul profundo...