008, A new beginning

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Just trust me, you'll be fine 🎶

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( ¡PRESENTE! )

[1994]


Me desperté sintiendo una inusual paz y calidez. Al abrir los ojos, lo primero que vi fue el imponente lobo negro, Artemis, acurrucado a mi lado. Su pelaje suave y oscuro contrastaba con la luz matutina que se filtraba por las ventanas. Suspiré, contento de no estar solo en este extraño y nuevo lugar. Extendí una mano y acaricié su cabeza, sintiendo cómo se relajaba aún más bajo mi toque.

—Buenos días, Artemis —murmuré.

El lobo apenas levantó la cabeza, emitiendo un gruñido somnoliento antes de volver a enterrarla en la almohada. Sonreí, apreciando su compañía y decidí dejarlo descansar. Me levanté con cuidado y me dirigí al baño para darme una ducha. El agua caliente me despejó la mente, lavando los restos de sueños inquietos y preparándome para enfrentar el día que tenía por delante.

Al salir de la ducha, me encontré con una agradable sorpresa. Mi uniforme estaba perfectamente lavado, planchado y doblado sobre la cama. Solo había un pequeño detalle, mi corbata antes era verde esmeralda, ahora era gris, claro, lo había olvidado, la selección. Agradecí mentalmente a los elfos domésticos por su diligencia y atención al detalle. Me vestí rápidamente, ajustando cada prenda con cuidado. Mientras me abotonaba la túnica, eché un vistazo a Artemis, quien seguía profundamente dormido.

—Voy a ir a desayunar. Quédate aquí y no busques problemas, ¿de acuerdo? —le dije.

El lobo hundió aún más la cabeza en la almohada, ignorándome por completo. Solté una risa suave y, sin obtener respuesta, me dirigí a la puerta.

Los pasillos de Hogwarts estaban extrañamente silenciosos a esta hora de la mañana. Caminé con paso firme, tratando de calmar los nervios que se agolpaban en mi estómago. Hoy era el día en que sería oficialmente seleccionado para una de las casas.

Era 'necesario' según el profesor Dumbledore, no entendía porque, pero confiando en que volvería a ser seleccionado en Slytherin, no le ví mucho problema.

Al llegar al Gran Comedor, el bullicio de los estudiantes ya reunidos para el desayuno llenó mis oídos. Me dirigí a una mesa vacía y me senté, tratando de ignorar las miradas curiosas que sentía sobre mí. Serví un poco de jugo de calabaza y comencé a llenar mi plato con huevos revueltos y tostadas, intentando aparentar tranquilidad.

El tiempo parecía alargarse y comprimirse al mismo tiempo. Cada mirada, cada susurro, me hacía sentir más consciente de mi soledad en ese momento crucial. Mientras mordía un trozo de tostada, traté de concentrarme en lo que vendría después.

Después del desayuno en el Gran Comedor, me dirigí al despacho del director Dumbledore. La selección era necesaria, pero no había necesidad de hacer un espectáculo de ello. Tal vez el sombrero cambiaría de opinión, o tal vez el viaje en el tiempo me había roto tanto que ya no pertenecía a ningún lado. Alejé esos pensamientos pesimistas y aceleré el paso, confianza era algo que no sentía pero necesitaba en este tiempo.

Al llegar al despacho del director, observé con atención a mi antiguo profesor. Se veía mucho más sabio que antes, pero también mucho más cansado. Las líneas de preocupación en su rostro eran más profundas, y sus ojos brillaban con una mezcla de sabiduría y melancolía. Estaba a punto de perderme en mis pensamientos cuando la voz de Dumbledore interrumpió.

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⏰ Última actualización: Jul 24 ⏰

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