Zachary intenta acomodarse en una de las silla de plástico en la sala de espera. No importa la posición que adopte, él está consciente de que no es la poca ergonomía del asiento lo que le hace sentir fuera de lugar, sino el peso que una mirada posa sobre su espalda. Lo peor es que no importa lo rápido que gire el rostro para buscar al dueño o dueña de aquella mirada; jamás le encuentra.Tras un suspiro lleno de frustración, regresa su atención al periódico que compró por la mañana antes de llegar al hospital. Sus ojos se enfocan al inicio del mismo párrafo que ha estado tratando de leer desde hace quince minutos, pero que no ha podido concluir por la constante búsqueda de aquella extraña fuente de energía pesada; misma que le ha seguido desde que salió de la estación de policía unos días atrás.
El detective comienza a jugar con la idea de ser el foco de atención de algún ser paranormal, lo cual dibuja una amplia sonrisa en su rostro. Contrario a toda la gente que conoce, él no cree en fantasmas ni entes del más allá. Para él, todo tiene una explicación palpable y una razón de ser.
Por eso termina concluyendo que su inquietud se debe a la plática que debe tener con el Dr. Brian Haner. Después de todo, no se siente en la posición correcta para pedirle un favor después de lo que ocurrió el último día del juicio respecto a la muerte de su hermano...
Baker cierra los ojos para respirar profundamente en un vano intento por tranquilizarse y evitar pensar en aquel recuerdo. El periódico pronto reposa cerrado en su regazo mientras sus manos suben hasta su rostro para retirar sus lentes y masajear sus párpados.
La extraña sensación de ser observado regresa con mayor intensidad. Cansado, el hombre intenta ignorarla esta vez mientras monitorea su respiración. Ignora completamente que en esta ocasión, como en algunas otras, aquella mirada que le perturba sí le pertenece a alguien.
—¿Todavía no se va? —musita el doctor Haner, más como una afirmación que como pregunta.
—Si quiere le puedo decir que sigue muy ocupado —sugiere su asistente, una joven que apenas comenzó a ejercer la carrera de enfermería.
Brian niega con la cabeza—. Lleva aquí más de ocho horas. Dudo que haya algo que le puedas decir para que se vaya.
—Entonces, ¿hablará con él?
El médico finge pensar en su respuesta, pues bien sabe que ha esperado este momento desde su último encuentro con el detective. De hecho, hasta le decepciona un poco el hecho de que Baker haya tardado tanto en buscarle.
—No lo sé —replica con aquella carismática sonrisa que le caracteriza; la misma que hace a las pacientes suspirar cuando creen que no las está mirando—. Le ayudaré a la doctora DiBenedetto a revisar unos documentos, así que no creo tener tiempo. Pero tú no te preocupes por eso. Puedes irte.
—¿Está seguro? ¿Qué pasa si...
Haner ríe interrumpiendo la frase de la joven con sutileza—. ¿Si hablo con él y vuelve a atacarme? Tranquila, Iveth. Seguridad ya sabe que él está aquí. Además, Zachary no es un asesino.
La muchacha inclina su cabeza hacia un costado, claramente dudando respecto a la última afirmación de su jefe.
—Si usted lo dice...
—Anda, no pienses mucho al respecto. Tendré a la mano el tranquilizante que tuvimos que darle al señor Williams —comenta con humor, guiñando un ojo hacia la joven antes de dirigirse a su oficina—. Nos vemos mañana.
Iveth se despide del hombre de cabello oscuro. Sus grandes ojos se posan en Zachary Baker, quien continúa sentado con la cabeza echada hacia atrás y el rostro cubierto por sus manos.
Sus labios se curvan en mueca de desaprobación antes de caminar de regreso por el pasillo para alistar todas sus cosas. La joven se dirige hacia la salida de la sala de descanso para marcharse. Sorpresivamente, alguien se encuentra al otro lado de la puerta cuando la abre.
Un grito se escapa de su garganta, lo cual hace reír al enfermero.
—¿Tan mal me veo? —Cuestiona él tras recuperar la compostura.
—Ya te he dicho que no hagas eso. Me asustas, Noah —replica la joven con una sonrisa, empujando al chico ligeramente para poder salir del cuarto.
—Espera, ¿ya te vas? Creí que el doctor Haner se quedaría hasta tarde.
—Oh, él se quedará. Con la doctora DiBenedetto.
—Vaya... ¿Crees que ellos estén saliendo?
Iveth pone los ojos en blanco—. No lo sé y no me importa. Ahora, si me disculpas, quiero llegar rápido a casa para poder ver el capítulo de estreno de mi serie favorita.
—Hey, yo puedo llevarte —ofrece él, deteniendo a la joven del brazo para evitar que se vaya—. Dame unos minutos mientras me cambio de ropa y te veo por la entrada, ¿de acuerdo?
—¿Unos minutos? La última vez te estuve esperando por media hora.
Noah sonríe mientras rasca su nuca, apenado—. Prometo no tardar tanto, ¿sí?
Ella suspira—. Vale, pero si pasan más de quince minutos, me iré en el primer camión que pase.
—Hecho.
Sabiendo que el joven tardará al menos veinte minutos y que ella tampoco cumplirá con su parte del trato, la enfermera se dirige hacia el baño. Con toda la tranquilidad del mundo, termina sus asuntos y recorre los pasillos del hospital despidiéndose de los pocos trabajadores que aún rondan por ahí hasta llegar a la recepción.
Aunque los días en Wicklow se vuelven cada vez más lardos, el sol aún se esconde en el horizonte antes de las cinco de la tarde. Por ello, la joven espera pacientemente dentro del edificio a la llegada de su amigo. Mientras tanto, saca su celular para escuchar una de las canciones que más le gustan.
Su paz es pronto interrumpida por unas voces a lo lejos que se vuelven cada vez más fuertes.
Desafortunadamente, todo sucede tan rápido que ella apenas logra comprender que es el mismo Zachary Baker quien, tras una discusión con el guardia de seguridad, ha caído por las escaleras principales.
Iveth da un paso en su dirección para ayudarle. Sin embargo, la dulce voz de su jefe se lo impide.
—Te dije que te fueras —menciona el doctor Haner sin mirarla antes de apresurarse a llegar a la escena de la caída.
El tono de su voz es tan extraño que Iveth no duda en obedecer. Decide ir a la salida para esperar a Noah afuera del edificio a pesar de sentir gran curiosidad por saber lo que está pasando.
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Almost easy | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺
Fiksi Penggemar-¿Qué le harás a la persona que asesinó a tu hermano? -Llevarlo ante la justicia -respondió Zacky antes de beber un sorbo de café. -No. Eso es lo que te han pedido hacer -rectificó Haner. Sus rasgos denotaron preocupación al preguntar-: ¿Qué es lo...