Es muy extraño ver el cielo completamente despejado sobre la ciudad de Wicklow.Es aún más raro ver a Zachary Baker parado afuera de las modernas oficinas de la estación de policía local.
El detective no había estado en este lugar desde hace al menos cuatro años. Fue ese día que abandonó su placa y arma personal sobre el escritorio de la misma persona quien le ha pedido reunirse el día de hoy: Jonathan Seward.
Su acompañante, un perro hembra de raza dóberman, capta su atención y la de los transeúntes con un ladrido ensordecedor. El hombre de ojos verdes sacude la cabeza antes de sacar una pequeña bolsa de plástico llena de apetitosos bocadillos caninos.
–¿Podría cuidar de él? –Cuestiona sin ánimos al hombre que ha adoptado el área junto al edificio como su hogar.
–Te costará al menos un par de euros. Y si me muerde...
–Da igual. No se preocupe por eso. Si se pone agresiva, sólo ofrézcale un premio.
–Está bien.
Sin completa convicción, el vagabundo extiende el brazo hasta alcanzar la correa y la bolsa que sostiene Baker.
–Quédate aquí –indica con tono autoritario tras ponerse de cuclillas.
La mascota intenta lamer su mejilla, pero el detective logra levantarse antes del contacto. Una vez de pie, encuentra un par de monedas en el bolsillo de su pantalón y las deja sobre la palma extendida del cuidador.
–Le daré el resto cuando salga.
Sin esperar una respuesta, Zacky abre la puerta y entra al lugar.
Su memoria es tan buena que podría recorrer cada pasillo con los ojos cerrados hasta llegar a su destino sin mayor problema.
Lo rodean las mismas oficinas con distinta gente, las mismas paredes de distinto color, los mismos floreros con distintas flores, y la misma curiosidad proveniente de distintas miradas.
En cuanto llega al tercer piso, una mujer de tez morena lo recibe con una sonrisa.
–El señor Seward lo está esperando.
La atención del hombre no se desvía de la oficina a la que debe llegar ni por un segundo. Lo único que él desea es cumplir con la reunión y marcharse tan pronto como pueda.
–Llegas tarde.
Zacky pone los ojos en blanco. Él sabe perfectamente la razón de esta reunión. Por ello llegó deliberadamente tarde; tenía la esperanza de que Jonathan estuviera ocupado y prefiriera no verlo más. Para su mala suerte, el jefe de la unidad de detectives aún lo conoce bien y se aseguró de que todo su día estuviera disponible sólo para él.
–No escuché mi alarma –miente el más joven, quien estuvo despierto desde las cinco de la mañana.
Incluso debatió si debería presentarse mientras leía el periódico y comía el desayuno. Sus pasos se desviaron en múltiples ocasiones alrededor de la ciudad. Fue su traicionera acompañante canina quien siempre se encargó de guiarlo hacia el lugar correcto.
–Me alegra que hayas venido –dice el hombre de ojos castaños en un tono mucho más suave y agradable–. Toma asiento.
–Sólo dime lo que debas decir.
Johnny aprieta los labios con disgusto. Daría una gran cantidad de dinero a cambio de tener con vida a Kayne Baker en lugar de su poco carismático hermano. Necesita tomar un respiro profundo para mantener la paciencia que esta conversación le exige.
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Almost easy | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺
Fanfic-¿Qué le harás a la persona que asesinó a tu hermano? -Llevarlo ante la justicia -respondió Zacky antes de beber un sorbo de café. -No. Eso es lo que te han pedido hacer -rectificó Haner. Sus rasgos denotaron preocupación al preguntar-: ¿Qué es lo...