La gente camina por el centro de la ciudad con tanta prisa que parece que hasta a los desempleados les urge llegar a tiempo a su oficina.
Aunque el detective ha pasado horas observando a cientos de personas, todavía no encuentra una explicación lógica para ese suceso. ¿Será que los demás conocen ya su futuro y están emocionados por vivirlo?
Si Zacky supiera que en su destino hay mucho más que muerte y soledad, él también comenzaría a correr para intentar alcanzarlo.
Desafortunadamente, no hay algo en la actualidad que le dé algún indicio de ello. Es por eso que cada uno de sus pasos es lento, sobrado de calma. Él sabe muy bien a qué parte de la ciudad quiere llegar y no siente urgencia alguna; ni siquiera cuando un par de personas le empujan para quitarlo del camino sin sutileza.
Baker cruza la avenida principal atrapado en un grupo de extraños. Cuando la gente comienza a dispersarse en la acera, yendo hacia sus respectivos futuros, Baker observa los rótulos de distintos negocios iluminarse. Unas grandes letras que forman la palabra "CASINO" brillan con mayor intensidad a la distancia, indicándole que va en la dirección correcta.
La sensación de que alguien le sigue aún está presente. Antes de que pueda evitarlo, sus ojos verdes ya se encuentran escaneando el área detrás suyo por encima del hombro. Justo al otro lado de la calle, afuera del museo, se encuentra alguien de espaldas que viste un traje azul.
Esto no habría llamado su atención de no ser porque asocia de inmediato la postura y el cabello del hombre con su hermano fallecido.
Parpadear no hace que esa persona desaparezca. Es hasta que una mujer choca accidentalmente con Zacky que el supuesto Kayne se pierda entre la multitud.
La piel de sus brazos se eriza a pesar de que su abrigo le cubre bien del frío de la noche. Tal vez el pasar tantos años durmiendo menos de seis horas al día al fin están cobrando represalias.
Tras un suspiro, el detective continúa avanzando sin importarle si fastidia a alguien sólo por caminar lento. Él camina a su propio ritmo hasta llegar a la entrada de aquel casino que su hermano solía frecuentar.
Se siente afortunado al notar que el guardia de seguridad es nuevo, pues el anterior le habría negado la entrada de inmediato. Digamos que Brian no ha sido la única víctima de sus repentinos ataques de furia.
Los colores del interior contrastan con la oscuridad de las calles. Un fuerte olor a tabaco le recibe en cuanto se acerca encuentra a tan sólo metros del bar. Zacky ignora a una bella mujer, alta, de cabello rojizo que se le ha acercado, haciéndola molestar por la falta de educación por parte del hombre.
Es obvio que él tiene un objetivo claro incluso desde antes de que logra encontrar a Matthew Sanders frente a una de las múltiples máquinas tragamonedas.
—Maldita sea —murmura aquel hombre al que Zacky pensó ya nunca vería de nuevo.
—¿Quieres jugar otra más?
Sus miradas se encuentran, haciendo que el nivel de embriaguez de Sanders baje un poco.
Después de dudar por un momento, termina aceptando la moneda que se le ofrece.— Gracias.
El sonido de la máquina pone en pausa la conversación. Un singular sentimiento de felicidad es compartido entre ambos cuando el resultado del juego es favorable. Sin embargo, tal emoción es reemplazada en breve con culpa.
—Lamento mucho lo de tu hermano.
—Lamento haberte roto la nariz.
Una ligera sonrisa se dibuja en las facciones de Sanders mientras toma el dinero ganado.
—Creo que sí merecía ese golpe —ríe—. No fui el mejor amigo para Kayne cuando en verdad lo necesitaba. Si no lo hubiera incitado a continuar jugando, probablemente... —él mismo se detiene y cambia el flujo de la conversación antes de que se vuelva abrumadora—. ¿Quieres algo de tomar?
Pronto, los dos hombres se encuentran sentados frente a la mesa más alejada del resto de las personas.
—¿A qué se debe tu visita a este bello lugar de perdición?
—Supongo que sigo buscando respuestas a lo ocurrido. —Zachary bebe un sorbo de su bebida sin alcohol—. Pensé que tal vez mi hermano se había metido en problemas y debía una gran cantidad de dinero nuevamente —explica, haciendo referencia a la ocasión en la que tuvo que dar la cara en otro casino para pagar los miles de euros que Kayne había perdido.
Matt se encoge de hombros—. La última vez que jugamos debió ser un mes después de su accidente. Creí que le ayudaría a despejar su mente de todo lo que estaba ocurriendo, pero... No sé... ¿Estás haciendo tu propia investigación o algo así? —Cuestiona antes de llenar su boca con un gran sorbo de whiskey.
—No. Al menos no oficialmente —miente con facilidad—. Es más personal. Para calmar mi conciencia, tal vez.
—Entiendo. Yo también le he dado muchas vueltas al asunto. —Suspira—. Tal vez si te cuento todo lo que sé podré al fin librarme de esos pensamientos. Con suerte, no querrás matarme y encontrarás alguna respuesta en lo que te cuente.
Zacky hace una mueca de desagrado— No volveré a agredirte a menos que me des una razón para hacerlo.
Sanders ríe una vez más antes de tomar varios tragos continuos de su bebida.
—Me parece justo.
—Adelante.
—Esa última vez que lo invité a jugar, nos vimos aquí. Él estaba tenso y preocupado. Miraba hacia todos lados, como si estuviera buscando a alguien. Creí que le harían bien algunas rondas de ruleta, así que no nos despegamos de la mesa. Supe que estaba cubriendo muchos gastos legales, así que le presté un poco de dinero con tal de que siguiera jugando. Sin embargo, él se detuvo cuando me debía tan sólo cuarenta y siete euros exactos.
—¿Sabes por qué?
—Sólo dijo que debía regresar a casa. Así que lo llevé. En los días siguientes traté de convencerlo de volver a salir. Incluso intenté chantajearlo con el dinero que me debía para que regresara al juego. Creí que mis llamadas serían inofensivas, pero tal vez no debí ser tan insistente. Después de todo, ¡eran sólo cuarenta y siete euros!
Aunque Zachary entiende la situación del hombre frente a él, no está ahí para escucharlo desahogarse. Por ello, retoma un punto clave de su relato con el fin de obtener más información.
—Mencionaste que Kayne estaba inquieto. ¿Tienes alguna idea de qué o a quién podría estar buscando?
Matt toma el vaso de la mesa sólo para notar que ya está vacío. Se arrepiente de no haber pedido algo más fuerte cuando sabía bien de qué trataría esta plática con Zacky.
—Al principio creí que le preocupaba que alguien de la empresa esa lo estuviera investigando.
—¿Black Inc?
—Sí, como se llame... Pero luego le pregunté y... Te juro que nunca en mi vida lo había visto tan intranquilo.
—¿Qué fue lo que te dijo?
Sanders muerde su labio inferior, dudando entre confesar absolutamente todo lo que sabe y llevarse los secretos de su amigo a la tumba, como prometió hacerlo.
Después de unos segundos de contemplación que parecen eternos, concluye que es mejor deshacerse de ese peso ahora antes de que termine hundiéndolo.
—Kayne buscaba a una trabajadora de aquí. Ciara Doyle.
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Almost easy | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺
Fiksi Penggemar-¿Qué le harás a la persona que asesinó a tu hermano? -Llevarlo ante la justicia -respondió Zacky antes de beber un sorbo de café. -No. Eso es lo que te han pedido hacer -rectificó Haner. Sus rasgos denotaron preocupación al preguntar-: ¿Qué es lo...
