Acusación . ˖。♡₊ ⊹˚

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Zachary mira a lo lejos el lugar de donde, supuestamente, su hermano se quitó la vida. Aunque él ya ha venido a este lugar en muchas ocasiones, todavía no se atreve a acercarse a la orilla del acantilado. Al principio creía que era porque temía resbalar y caer hacia su muerte. Ahora ha comenzado a creer que su temor radica en concluir que Kayne realmente se suicidó.

El hombre sacude la cabeza para alejarse de tal pensamiento. Sus ojos dejan de observa el pasto que se mueve al ritmo del viento para concentrarse. Las olas rompen contra las rocas que se encuentran a unos cien metros debajo de él mientras hace memoria respecto a lo que ya se sabe del caso de su hermano.



Nadie podía creer las condiciones de muerte de Kayne Baker.

La vida de aquel joven detective cambió tan drásticamente en cuestión de meses que ninguno de sus seres queridos tuvo tiempo suficiente para digerir lo que ocurrió.

El suceso que inició la cadena de tragedias fue un accidente automovilístico. Kayne se dirigía de vuelta a Wicklow después de un viaje de negocios en Galway. Él estaba acostumbrado a la constante lluvia que hace de la carretera un trayecto peligroso en la oscuridad. Sin embargo, no esperaba encontrarse con un conductor de un vehículo pesado tan irresponsable que sobrepasaría el límite de velocidad y terminaría perdiendo el control.

Tras la aparatosa colisión, el aturdido culpable vio tanta sangre que decretó la muerte de Kayne sin siquiera acercarse demasiado al coche que quedó destrozado de la parte delantera. La zona estaba totalmente despejada, lo cual le dio la oportunidad de elegir entre llamar a la ambulancia o largarse de ahí.

Creyendo que la consecuencia de su descuido sería peor si se quedaba, el hombre huyó tan rápido como pudo. Desafortunadamente para él, no pasó mucho tiempo para que alguien más diera con los vehículos y buscara alguna forma de atender al herido.

Días después, el menor de los Baker recuperaría la consciencia en el hospital tras el arduo trabajo del equipo médico. Si bien no le costó mucho trabajo asimilar lo que había pasado, le costó bastante tiempo acostumbrarse a su nueva vida en una silla de ruedas.

Debido a que perder la movilidad en las piernas no es poca cosa, el hombre tomó cartas en el asunto al presentar una denuncia en contra de la compañía que contrató al causante del accidente.

Aunque ésta le ofreció una gran cantidad de dinero en compensación a cambio de frenar la investigación respecto a sus empleados, Kayne estaba deseoso de encontrar al culpable de su situación y presentarlo ante la justicia.

Cuando parecía estar cerca de lograr su objetivo, la historia dio un giro inesperado: su cuerpo sin vida fue encontrado por un grupo de turistas cerca de una playa.

Brian Haner, quien había sido su doctor primario desde el accidente, testificó que la muerte de Kayne Baker había sido producto de un asesinato. Él, como muchos otros cercanos al fallecido, culparon a la empresa de camiones de carga por haber acabado con su vida para mantener en secreto algún tipo de información que el hombre estaba por revelar.

Sin embargo, los detectives fueron encontrando múltiples sospechosos conforme continuaba la investigación, haciendo que se extendiera durante meses.

El suicidio jamás fue considerado como una opción hasta que el abogado de uno de los presuntos culpables presentó ante el juzgado a un neurocirujano de nombre Gerard Way. Él estudió el caso clínico del difunto a fondo y observó una anomalía en su cerebro causada por el accidente.

Gerard declaró que existía una posibilidad de que Kayne sufriera de agnosia; una condición que le imposibilitaba distinguir los rostros de las personas.

El encontrar esa pieza del rompecabezas resultó inverosímil, pues sugería que el hombre había decidido quitarse la vida porque jamás habría podido continuar ejerciendo su apasionada profesión.

Todos trabajaron en desmentir tal acusación a excepción del mismísimo Brian, quien había tenido el gusto de acompañar a Kayne durante sus últimas semanas con vida.

A pesar de que Haner desconocía la existencia de tal lesión en el cerebro de su paciente, se tomó el tiempo de revisar los estudios y concluyó que el doctor Way tenía razón. Así que, sin previo aviso, testificó ante el jurado su reciente descubrimiento; lo cual provocó que el caso se cerrara de golpe.

Esto provocó una fuerte reacción por parte de la familia de Kayne principalmente. Zachary no sólo estaba devastado por saber que su hermano había terminado con su vida, sino que se mostraba furioso ante el súbito cambio de parecer del doctor.

Fue esa mezcla de emociones intensas las que le hicieron buscar ciegamente a Haner justo después del juicio.

—¿Cómo te atreves a decir eso? —Reclamó Zacky en cuanto se encontró a solas con el médico.

—Yo tampoco estoy feliz con esto, pero he dicho la verdad.

La calma en la voz de Brian no hizo más que multiplicar la furia del detective, quien acortó la distancia entre ellos sin detenerse a pensar en las palabras que salían de su boca.

—Eres un pedazo de mierda, Haner. A ti nunca te importó el bienestar de mi hermano. Seguro que alguien te compró para que dijeras eso. El dinero es lo único que realmente te interesa.

—Zachary, escúchame...

—¡Cierra la boca, imbécil! —continúo Baker, acorralando a su acompañante contra la pared—. Por tu maldita culpa esos detectives incompetentes creen que mi hermano se suicidó. ¿Por cuánto te vendiste?

Sus rostros se encontraban tan cerca que ninguno tenía la posibilidad de ver algo más que las pupilas del otro.

Brian se encontró con un incendio rodeado por un par de irises esmeralda, el cual reflejaba una intensa ira. Si bien el adentrarse en ella le causaría quemaduras graves, el doctor disfrutó ampliamente la experiencia.

Por otro lado, Zachary se encontró con una mirada tan calmada que le recordó las caminatas por el parque que tanto le gusta realizar. Esto apaciguó su molestia, haciéndole recuperar el control sobre sus sentidos.

Fue hasta entonces que notó que su mano derecha estaba ejerciendo presión alrededor del cuello de Haner. Apenado, el detective se alejó de golpe.

La mente de Baker se encontraba tan revuelta que no logró encontrar algo pertinente qué decir. Así que simplemente se dio la vuelta y salió del lugar, pensando que jamás tendría la necesidad de volver a ver a Brian a la cara.

Vaya que estaba equivocado, pues el doctor es el único que conoce a fondo el caso clínico de su hermano.

Almost easy | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora