Almost easy | 𝘚𝘺𝘯𝘢𝘤𝘬𝘺

Espionaje . ˖｡♡₊ ⊹˚

Zacky ha sacado a Brian de la ecuación al decretar que no tiene nada que ver con el recelo que experimentó la última vez que estuvieron juntos. Después de todo, no es la primera vez que siente celos de su hermano.

Hasta antes del accidente, le parecía que su vida y sus cualidades eran envidiables.

Mientras él perdió el trabajo de sus sueños por no poder controlar su temperamento, Kayne tenía fuertes enlaces sociales y profesionales que le llevaban a brillar en cualquier lado. Todo aquel que llegara a verlo, le demostraba profundo respeto y cariño.

La última vez que el mayor recibió un trato similar fue hace ya varios años, cuando tuvo que despedirse de su padre en una cama de hospital. Fue entonces cuando le prometió que cuidaría muy bien de su hermano menor. 

Sin importar el resentimiento que llegaba a sentir de vez en cuando por la fortuna tan distinta que Kayne tenía, Zacky hacía todo lo que estaba en sus manos para que él pudiera seguir disfrutando de esa vida.

Por eso sentía tanta frustración cuando llegaba a perder miles de euros en los casinos. Por eso explotaba contra todo aquel que atentara contra su bienestar. Por eso es que ahora la culpa consume tanto su mente que se encarga de atormentarlo con un fantasma inexistente.

—Mira. Parece que hay un parque por allá. ¿Debería buscar un lugar para estacionarme por aquí? La dirección que me diste no queda muy lejos.

Zachary parpadea dos veces, tardando unos segundos en terminar de despertar. Le cuesta un momento asimilar la pregunta y decretar que la ha dicho alguien real y fuera de sus sueños; Brian, para ser más específicos.

—Sí. Está bien —responde, dedicando los siguientes minutos a reincorporarse y quitar la pesadez de sus párpados

Después de estacionarse debajo de un árbol de cerezos, ambos hombres salen del vehículo junto con Cocoa.

—¿Quieres que te acompañe? ¿O prefieres que te espere aquí?

—Por aquí está bien. No creo tardar mucho.

Se despiden momentáneamente antes de que Zacky inicie su camino hacia la casa de la señorita Pearson. En cuestión de minutos, el detective es recibido en la grande construcción de dos pisos.

—Hey, Zacky. Hola, ¿cómo estás? —Saluda ella alegremente, besando su mejilla y guiando el camino hacia la sala de estar—. Te ves muy bien hoy.

Le es fácil notar que el hombre ha cortado su cabello y se ha afeitado recientemente. Su suave y blanca piel hace que los círculos alrededor de sus ojos resalten. Sin embargo, Tanya podría jurar que no lo había visto tan apuesto desde hace mucho tiempo. Si él no le hubiera recalcado en múltiples ocasiones el nulo interés que tiene por ella, la mujer aún pensaría que él ha cuidado bien de su aspecto sólo para esta reunión.

Quien no sabe ese detalle, por otro lado, siente un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar el cumplido de la mujer a través de la conexión inalámbrica que le permite espiar la conversación desde el parque junto a Cocoa.

—Gracias —responde Zacky al encogerse de hombros. Él se encoge de hombros. Le resulta imposible mentir ante la pregunta, pero tampoco quisiera explicarle todo lo que ha pasado desde la última vez que se vieron en el funeral de su hermano—. ¿Tú cómo estás? ¿Has tenido algún otro caso difícil?

—¿Otro? —Cuestiona Pearson con curiosidad—. No. La verdad es que aquel caso que me ayudó a resolver Kayne ha sido el más complejo de los últimos años... ¿Cómo está Lilith?

—Parece que lo está tomando mejor que otros.

—¿A qué te refieres?

Él suspira. De nuevo, es innecesario o poco relevante dar explicaciones o detalles excesivos a alguien que no estaba tan metido en la vida de Kayne.