Capítulo nueve.

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Capítulo nueve:Preparándose para la batalla.

Los tres se encuentran tensos, ambas lunas están frente a su padre con la mirada perdida mientras que el mayor solo podía verlos con algo de nervios.  Afortunadamente solo les pidieron irse y no volver.

—"Lo primero que haré el día del exterminio será ir a por tu sistema solar. " —aun recuerda las palabras de Iris que tenía una horrible sonrisa.

—Eres uno de ellos. —dijo la Luna más grande cruzada de brazos. —¿¡Cuando planeabas decirnos!? —preguntó de forma alterada con los ojos llenos de pequeñas lágrimas.

—Europa, yo no... —fue detenido por la misma que con la voz dura habló. —No me digas, no quiero saber lo que has estado haciendo. —se aleja de él sin dejar que se defienda, esto hace que se sienta peor de lo que se sentía, miro a su hijo menor que tenía la mirada decepcionada.

Se levantó tomando su forma normal y siguió a su hermana mayor, ahora todo estaba jodido, sus hijos se habían ido. Tal vez, no debió de confiar en ellos.

Llegó con la cola entre las patas acercándose a la casi última orbita, Neptuno lo recibió confundido por verlo tan decaído.

—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó mirándolo con preocupación a lo que la Tierra solo pudo comenzar a llorar. —¡Son mis hijos, la cague por completo, ya saben que soy de la familia imperial y ahora no quieren saber de mi! —sus lágrimas no dejaron de caer por sus ojos mientras trataba de detenerlas con las palmas de sus manos.

Neptuno se acercó tomando su forma humanoide para abrazarlo y así consolarlo, la Tierra solo podía soltar más sollozos de forma pesaba, luego de un tiempo el planeta con vida logró tranquilizarse.

—¿¡Qué planean venir acá!? —asintió; le había contado todo lo que pasó en la reunión. —Tierra, debemos hacer algo. —dijo, el menor se negó de manera rotunda.

—¿Qué caso tiene? Lo último qué me quedaba se ha ido, solo quiero morir. —sintió su mejilla arder, ese fue Neptuno qué tenía su manos en una posición que dejaba ver que le había golpeado. —¡No digas estupideces, tu madre y Júpiter no lucharon por mantenerte a salvo por nada! —las palabras de él hicieron que la Tierra agrandara sus ojos en sorpresa.

—¿Como lo sabes? ¡¿Como lo sabes!? —se levantó mirándolo con la mandíbula tensa. —Escuche todo lo que esa estrella te dijo. —ho, bueno eso explicaba mucho.

—Tierra, si no haces algo tus hijos estarán en peligro, así que será mejor que lo intentes. —eso era cierto, debía actuar como el soberano que ahora era, no ha hecho más que huir sin querer luchar. —¿Como fue que mataste a ese Titán? —preguntó a lo que la Tierra habló.

—Cuando esas cosas nos acorralaron utilice mis espadas. —saco las armas de sus fundas que brillaron por un segundo. —Están hechas de material común.

—¿¡Qué, solo con eso se mata a un ser inmortal!? —ese fue Neptuno sorprendido. —Nadie comprobó qué eran inmortales, pero con su gran tamaño la gente se acobardo y tomó sus propias conclusiones. —eso es verdad, jamás se ha demostrado de forma real que esas cosas son invencibles, pero por su gran tamaño y de quienes son creación las personas simplemente decidieron mejor no intentar ni comprobar nada.

—Bien, ahora que tenemos la información necesitamos de alguien que nos ayude. —lo miro con curiosidad a lo que Neptuno sonrió. —Con el sistema solar no somos suficientes, necesitamos la mayor cantidad de ayuda pasible. —comenzó a pensar asta que lo encontró.

Tierra, el planeta extranjero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora