Capítulo once.

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Capítulo once:La batalla que no será la última.

Los astros miraban con decisión aquella grieta que conectaba galaxia madre, o más bien llamada realidad original, con el universo. Los overlords tenían su forma humana mientras tenían armas a su disposición, al frente de todos el líder Tierra miraba con nervios. La batalla o la rebelión en contra de esos tiranos ya estaba punto de comenzar.

Si pierden mueren, y si ganan, tienen que tener la idea de que más conflictos como este se harán presentes en el futuro. El portal comenzo a abrirse a lo que la Tierra se giro hacia sus aliados mirandolos con el rostro totalmente determinado.

—¡Muy bien! Deben saber que aunque sepamos que podemos matarlos, eso no nos mantiene a salvo del todo, quiero que sepan que ha sido todo un honor luchar al lado de mi sistema solar y del sistema caníbal. —todos sonrieron aclamando por sus palabras. —Hagamos esto por nuestro hogar, por los que fueron esclavizados y maltratados, por los que vieron morir a sus seres queridos a causa de la crueldad y por los jóvenes planetas, lunas y estrellas que fueron silenciados cuando trataron de hacer algo. —una ves el blanco espejo que conectaba ambos mundos se abrió grito con ambas espadas al aire.

—¡Hagamos que de sus malditas amenazas y maltratos se arrepientan! —y con ello todos alzaron sus espadas u otras armas y alzaron la bandera que tenía una águila y un león ilustrados. Esto tenía un significado, la águila significaba libertad y el León soberanía y pacifismo. —¡Somos Los diamantes en bruto! —todos gritaron lo mismo y así la guerra empezó.

El ganador se llevaría todo, valía la pena intentar, estaban artos de soportar maltratos y esclavitudes, ser desterrados y maltratados y obligados a servir a los mismo que mataron en las conquistas a los que amaban, esto se acaba aquí.

Ingresando al universo Iris noto aquel batallón riéndose juntó a Planeta X.

—¿¡Ves eso!? ¡Planean matarnos, pendejos, mis chicas son los seres más indestructibles de todos! —yo no estaría tan segurx de eso Iris.

Una vez ambos ejércitos se mezclaron entre si la batalla comenzó, las armas de los cuerpos celestes penetraban a los Titanes que parecían en el intento de hacerles algo; los experimentados overlords eran los que más asesinaban.

—Ho, bueno creo que me he equivocado. —dijo Iris con algo de nervios por lo que había dicho anteriormente. —¡Señor cuidado! —Planeta X lo apartó de la luna que se acercaba al planeta naranja, Ganimedes miraba con odio al capitán.

—Una simple y patética luna quiere enfrentarse a MÍ, que estupidez. —con su arma se acercó al astro que tenía una lanza, este lo evitó colocando el manto de la misma en el arma, tenía su forma humana después de todo. —No me subestimes líder. —lo burló de una manera increíble acertandole un golpe en el estómago.

Sin embargo cuando estaba a punto de ser atravesado por el subcomandante fue detenido por Júpiter que se llevó lejos al planeta. Luego de eso apareció Neptuno llevándose lejos a Iris, un Titan se apareció y el menor tomó su lanza con fuerza.




[...]

En el lugar alejado de la batalla dos lunas deambulaban por el espacio, no saben cuanto tiempo ha pasado pero sin dudas les preocupa.

—Jamás debimos irnos. —mencionó Europa para sorpresa de todos, Luna solo pudo concordar con ella, siquiera le dieron la oportunidad de explicarse. —Lo dejamos solo para pelear, dijeron que lo primero que harían seria ir a por nuestro sistema solar. —la mayor solo pudo ver a su hermano con algo de preocupación.

Tierra, el planeta extranjero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora