Capítulo Díez.

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Capítulo dies:Antes de la pelea.

Se adentro asta aquel sistema; el batallón lucharía contra el ejército de Titanes el próximo mes por lo que tenían tiempo.

—Muy bien chicos, al fin llegamos, necesito que comiencen a practicar con los metales y armas que tengo preparadas para ustedes. —tomó de un portal en donde guardaba sus cosas sacó bastantes armas. —Lo Titanes pueden ser muy habilidosos, pero al parecer no son invencibles. —un asteroide se levantó dejando ver a Ganimedes que simulaba una manos.

—¿Qué es un Titán? —pregunto con curiosidad al no tener conocimiento del tema. —Son seres muy peligrosos, inmortales y tienen una corteza gruesa y dura difícil de penetrar. Durante años se pensó que esas cosas eran indestructibles, pero al perecer no es así. —dijo entregándole a cada uno un arma, se acercó a Ganimedes otorgándole una lanza.

—¿Donde está Europa? —el mayor solo pudo apartar la mirada. —¿¡Qué fue lo que hiciste!?

—¡Yo no hice nada! Ella se fue junto a su hermano.  —respondió pasando a cada astro, Luna planeta u estrella.

¿Irse? A dónde, ¿estara bien? ¿La volverá a ver? Su núcleo se lleno de angustia pues, no puede poner sus ojos en otro cuerpo celeste.
El día paso no tan rápido para Ganimedes que parecía bastante distraído, en el entrenamiento se mantuvo quieto sin hacer nada hundido en su cabeza.

—Hablare con él. —ese fue la Tierra que se acercó a su no tan querido yerno, y lo tocó en la cabeza para llamar su atención. —¿Qué es lo te sucede? —preguntó mirando al menor se alejó notoriamente molesto.

—¿Como puede descuidar de esa manera a sus hijos? —mencionó apretando la lanza que tenía en gravedad a lo que el mayor solo pudo dejar escapar aire que tenía atorado. —Yo no los estoy descuidando, he sido tan protector con ellos durante tanto tiempo que ahora... Debo dejar que tomen sus decisiones, por menos de acuerdo que yo este. —Ganimedes lo miro por unos segundos.

—Entreneme. —la Tierra lo miro sorprendido pues nunca Ganimedes había querido algo de él aparte de quitarle la vida. —¿Qué te entrene dices? ¿Porqué? —la Luna más grande del sistema solar solo pudo voltear a otro lado.

La Tierra sonrió, se devolvió a su forma habitual, saco sus dos armas y se posicionó en combate.

—Listo. —Ganimedes se acercó a paso rápido dispuesto a atacarlo, pero fue golpeado en la mejilla sin darle oportunidad a defenderse. —Los Titanes no tienen piedad y son feroces, debemos trabajar en tus habilidades. —la gigante Luna miraba sorprendido al planeta.

[...]

En el mismo lugar donde la reunión se había llevado a cabo tres individuos en total silencio evitaban verse entre ellos.  La más pequeña miraba un rincón de la gran habitación de la Corte con total indignación.

—¿Como pueden hacer esto? —preguntó la estrella morada mirando a sus hermanos que solo voltearon hacia otra dirección. —Lilith, estamos haciendo esto por...

—¿¡Por qué, para mantener su maldito poder!? ¡Me han estado mintiendo durante años! —el de corteza rosada por primera vez en toda la reunión habló. —¡No tenemos otra opción, no sabes siquiera el contexto, y si sigues con esta actitud tendremos que hacer lo mismo que con Águeda! —el mayor lo observo de forma acusadora a lo que el menor supo que lo habia arruinado.

Tierra, el planeta extranjero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora