Capítulo 1 Tú y yo contra el mundo

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Lo único que deseaba después de que lo corrieron de su trabajo era llegar a su departamento para estar con su pequeño hijo que hoy cumplía seis años, pero como papá trabaja todo el día y desde muy temprano le fue imposible darle su abrazo, paso a comprar algo para cenar y un pequeño pastel, al abrir la puerta se sorprendió por no ver esos ojitos grises que lo esperaban todos los días y esas manitas no se estiraban con animo para abrazarlo, lo que pudo ver apenas entro fue a su hijo sentado viendo por la ventana.- ¿Scorpius?-. Su hijo volteo a verlo, con sus ojitos llenos de lágrimas mientras abrazaba un pequeño Dragon, sintió que el corazón se le hizo chiquito, no dudo ni un segundo en entrar, dejar las cosas y acercarse. - ¿Bebé que pasa? -. Antes de que su hijo pudiera decir algo se hinco para quedar a su altura y abrazarlo. - ¿Estas así por tu cumpleaños? Mi amor, sabes que papá tiene que trabajar, pero no es para que llores, mira te traje pastel -. Cuando se separo un poco de él noto que se agarraba su brazo izquierdo intentando tapar algo. - ¿Puedo ver tu bracito?

-Papi ¿Qué es un mor- mortifago? -. Dijo con una voz tan tímida que Draco nunca había escuchado salir de la boca de su hijo. - Hoy mientras Dobby me llevo al parque un niño me dijo eso y rasguño mi brazo ¡Mira! Me hizo daño

Draco no pudo evitar ver su propia marca que estaba toda pintada, obra de su pequeño hijo que una noche antes se había encargado de ponerla colorida con los plumones de colores que la tía Pansy le regalo, para su hijo no era más que un tatuaje, al vivir en el mundo muggle fue la mejor explicación que Draco pudo darle la primera vez que pregunto por su marca y desde entonces cada que podía le pedía a su padre que le dibujara una para ser iguales, no había maldad solo era un niño que quería ser igual que su papá.- Eres muy pequeño para entender algunas cosas, pero te prometo que cuando seas más grande lo hare

-No soy un tonto-. Cruzo sus brazos, indignado por lo que suponía su papá

- Y yo no dije eso, pero hay temas algo fuertes para tu edad

- Te puedes esforzar, tú siempre sabes que decir, te prometo poner atención para entender, además entre más rápido hables, más rápido cenaremos y comeremos pastel, habla papi te escucho-. De nuevo tomo asiento para poner atención, moviendo sus pequeños pies que colgaban de la silla

Con todo el valor que eso representaba puso a trabajar rápido su mente para tener las palabras correctas para un niño de seis años. - Bueno hace unos años existió un hombre malo y papá tuvo que trabajar para él entonces me puso esa marca

- ¿Entonces somos malos?

-No, no-. Se apresuro a decir al ver la preocupación con la que su hijo preguntaba. - Tú no puedes ser malo mi niño y desde que tú llegaste a mi vida yo he tratado de ser el mejor ser humano que puedo, pero no te puedo mentir, si hice algunas cosas malas que me fueron ordenadas y no hay un solo día en que no me arrepienta, pero por favor que eso no te afecte, no hagas caso a nada malo que te digan ¿Sí?

-Esta bien, pero ese niño de verdad estaba molesto, me asusto mucho, bueno eso sin contar que era más grande que yo-. Scorpius noto de la molestia de su papá y de inmediato trato de tranquilizarlo. - Pero no paso nada papi ya estoy bien, lo prometo Dobby me curo

-No estoy molesto, es solo que no es justo que tú cargues con mis errores del pasado-. Era tanta su impotencia que las lagrimas bajaron por sus mejillas, era eso ver a su hijo lastimado, no haber pasado tiempo con él en su cumpleaños y para rematar con broche de oro esa tarde lo habían corrido del trabajo, hoy el día se había propuesto de mil formas gritar ¡Te odio Draco Malfoy!

-Ven vamos a cenar papi, debes tener mucha hambre, ya no hablaremos más sobre eso de los mortifagos, no quiero que estes triste-. Con cuidado deposito un pequeño beso en la mejilla de su padre. - Te amo papi

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