Recomenzar

Capítulo 42 ¡Ella nos puede ayudar!

Pasaron algunos días desde que Dobby apareció con el retrato de Astoria y aunque el elfo le quiso explicar Draco se negó, no quería que su hijo volviera a sufrir, la simple idea le dolía, ni siquiera él quería hablar con ella.- Harry ¿Crees que hago mal al negarle a Astoria hablar con mi hijo? Es solo que se puede tratar de otro truco sucio

-No estás obligado, se que ya no confías, pero con ese cuadro confirmamos que Astoria está muerta y seguramente ella tendrá esa verdad que tanto añoramos escuchar, veo conveniente que primero hables tú con ella y después que vea a Scorpius

-¿Estarás conmigo?

-¿Quieres que esté contigo?-. Le ofreció una caricia en la mano, para tranquilizarlo

-Si, por favor

-Vamos entonces-. Aprovecharon que Charlie se había llevado a los niños al parque de diversiones, tendrían mucho tiempo para hablar con ella, buscaron el retrato y lo descubrieron, unos segundos después ella se hizo presente

-Draco mi amor

-No me digas así por favor y menos enfrente de mi esposo-. Harry agradeció el gesto con una caricia en su mano

-¿Esposo? Perdona, no lo sabía ¿Cómo está Scorpius, me permitirás verlo?

-¿Eso depende de ti? Quiero que me cuentes qué tanto de lo nuestro fue cierto, he tenido la verdad a medias que ya me cuesta mucho creer

Fue Daphne, ella siempre fue la culpable de todo, ni siquiera se por donde empezar a hablar, todo viene desde que ella era muy pequeña, pero eso será irrelevante para ustedes, lo sé, mi hermana siempre fue peligrosa, mis padres trataron de mantenerme lejos y a salvo de ella, pero al entrar a Hogwarts eso fue más complicado y luego cuando ellos me nombraron su heredera aunque ella era la primogénita, se puso muy mal y no es que mis padres no lo quisieran, pero nuestro linaje no la reconocía, como heredera, la magia de la familia detectó la maldad y la repudio, pero mis padres no podían decirle eso, ese fue el error que nos condeno porque en ese momento ella empezó a planear su maquiavélico plan, utilizando a cada persona que estaba en su paso, yo fui su primera víctima, después Ginny ¡Oh pobre chica! Ella amaba tanto a mi hermana, me lo confeso, me pidió ayuda para conquistarla y si Daphne hubiera elegido el amor, estoy segura que nada de esto habría pasado, mi hermana también la amaba, lo descubrí un día que le di a oler amortentia, dijo que olía a rosas y frutos rojos, el olor de Ginny, no supe hasta después de mi muerte y eso por boca de ella que a ambas nos tenía bajo un imperius, para conquistarlos a ustedes y quedarse con su fortuna y no saben como me dolió eso, ella no tenía ningún derecho de hacerles lo que le hizo

-Pero lo hizo, y tu hermana nunca ha amado a nadie ni siquiera a Ginny, como tú lo aseguras de lo contrario no la habría matado y no hubiera dejado sin su madre a mis hijos

-Lo siento Harry

-No es tu culpa, no tienes que cargar una condena que no te corresponde, lo único que siento es que mis hijos no tendrán una oportunidad como esta, de ver a su madre aunque sea por medio de un retrato, para Ginny no hubo una segunda oportunidad y no tuve oportunidad de perdonarla, porque era lo que quería para estar tranquila, ella dio la vida por nuestros hijos, era lo menos que se merecía

-Créeme que donde quiera que esté ella sabe que la has perdonado

-Gracias me consuela un poco eso

-Continúa por favor ¿Qué pasó con tus padres? ¿Cómo permitieron tantas atrocidades?

-Los mato, cuando descubrió que la estábamos engañando, mis padres buscaron ayuda para ver si de cierta manera podíamos limpiar su magia, le mentimos le hicimos pensar que tenía una maldición de sangre, lo cual si conocen la historia de mi familia saben que es verdad, mi misión era darle sus pociones, pero cuando ella se dio cuenta-. Soltó un sollozo.- Se enojó y más cuando se enteró que el primer nieto o podría ser heredero, mato a mis padres, todo fue mi culpa y mi castigo fue esa maldición de sangre, eso si fue verdad, cuando tú y yo Draco nos casamos ella me quito el imperius y se encargó de modificar mis recuerdos y yo de verdad pensé que nosotros nos amábamos y que Scorpius había sido fruto de ese amor ¡Mi pobre bebé, tan inocente! Ojala hubiera tenido la fuerza para defenderlo