Capítulo 5 ¡Malditos malagradecidos!

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- ¡Scorpius ya deja de gritar y correr! ¿Cuántas veces te tengo que decir, que mientras esté hablando por teléfono guardes silencio? Bajo la mirada para colgar -. Su hijo paro en seco al escuchar la fuerte voz de su padre. - Y tú Dobby, te dije que le dieras un bocadillo no una bomba de azúcar-. La molestia surgió porque no entendía muy bien como funcionaba un teléfono y por los gritos no escuchaba nada de la entrevista que le estaban haciendo, al final solo le dijeron *nosotros te llamamos* y él sabia lo que eso significaba, ya era viernes y no conseguía ningún trabajo y empezaba a desesperarse, cuando reacciono Scorpius había salido corriendo del departamento y Dobby había desaparecido porque en ese momento fue llamado por Harry. - ¡Scorpius! -. Grito mientras corría desesperado, el corazón se le acelero cuando se dio cuenta que su pequeño se dirigía hacia los autos, no podía hacer magia, había muchos testigos sobre todo niños. - ¡No, no por favor! -. El pánico le hizo cerrar los ojos. -Hasta que escucho a una mujer consolando y regañando al mismo tiempo

- ¿Cariño, estas bien?

-Si-. Apenas pudo responder el niño

- ¡No vuelvas a correr así y menos solo, es muy peligroso! ¿Dónde están tus padres?

Draco reacciono acercándose, quitando del agarre de la señora a su hijo, estaba agradecido, pero no iba a permitir que le hablara así, le lanzo una severa mirada, pero la suavizo en cuanto miro a su hijo. - ¿Estas bien? Deja que te revise-. Desesperado buscaba alguna señal de daño en el cuerpo del niño

-Su hijo, esta bien, debe tener más cuidado

-Lo hare gracias-. Su tono era frio, tomó a su hijo entre sus brazos y salió de ahí de vuelta al departamento-. Ve a la habitación por favor enseguida estoy contigo

-Papi, yo. - No continuo, sabía que no tenía permiso de desobedecer después de lo que había pasado

...

-De verdad Dobby ¿Nadie ha venido? -. Harry había tenido la idea de contratar una niñera para sus hijos, debido a la discusión del martes no quería tener contacto con la familia Weasley y no estaba a gusto de dejar a sus hijos con ellos, bastaron unos segundos después de que Ginny gritara a los cuatro vientos sobre su homosexualidad para que todos lo juzgarán, nadie dijo nada, pero Harry era experto en el rechazo y sabia como se sentía. - ¿Ni siquiera por qué pones que son para los hijos Potter?

-Ese es el problema-. Dijo el elfo apenado. - Nadie quiere una responsabilidad de esa magnitud incluso con la cantidad de galeones que ofrece

- ¡Malditos malagradecidos! Derroto al señor tenebroso y no me pueden hacer un jodido favor-. El enojo empezaba a manifestarse, la vena que se le saltaba en el cuello era prueba de ello

-Justo por eso, piensan que, si algo les pasa a los hijos del salvador del mundo, la furia de Harry Potter no será nada comparada a cuando se enfrento al señor tenebroso

- ¡Carajo!

- ¡Papi! -. La voz dulce de su hija lo hizo reaccionar. - Estas diciendo muchas malas palabras

-Perdona princesa, papi esta algo desesperado, Dobby ofrece más galeones, es viernes y tengo que irme mañana en la noche

-Dobby piensa en alguien, pero no sabe si sea correcto y tampoco sabe si la persona quiera

-Si tú confías en esa persona yo lo hare, si acepta puedo verle mañana temprano-. El elfo dejo la casa

- ¿Puedo entrar? -. En la puerta estaba James a quien lo primero que se le vio fue el cabello castaño y los despeinados rizos

- Claro hijo ¿Qué pasa?

-Nada, es solo que hoy nos prometiste que veríamos películas y mis hermanos y yo ya tenemos todo preparado

- ¡Si papi! Yo vine a decirte eso, pero se me olvido

- ¡Ay no! Lo olvide, hijos perdón, pero tengo muchas cosas que hacer antes de irme y no me da tiempo de terminar

- ¡Siempre es lo mismo! ¡Nunca nos cumples lo que prometes! ¡Te quejas de mamá y estas igual! -. El enojo del hijo mayor era evidente, era un digno hijo de su padre

-James basta, no me grites, puedo entender que estés molesto, pero no me puedes hablar de esa manera

-De acuerdo ¿Cuál será el castigo esta vez? -. Bajo la mirada resignado

-Ninguno mi amor-. Trato de comprender a sus hijos, la semana había sido pesada para todos y no quería irse sabiendo que sus hijos estaban tristes. – Ven dame un abrazo-. En ese momento su pequeño James se puso a llorar

- ¿Por qué a mamá no le gusta estar con nosotros? ¿somos malos hijos? ¿No nos quiere? -. Su voz se cortaba cada que intentaba continuar. - ¡Perdóname, por favor! No, no quise decirte todo eso, pero nos es justo, he hecho lo que mamá me a pedido para no fallar y nu-nunca es suficiente, nosotros no somos suficiente para ella-. James empezó a temblar

A Harry le dolieron las palabras de su hijo, estaba tentado a mandar todo al diablo y quedarse con sus hijos, de trabajar no tenía necesidad, pero lo hacia para ser un buen ejemplo para sus hijos, pero ¿Qué tanto valía la pena, si ni siquiera estaba con ellos? – No mi amor no vuelvas a decir eso, tu mamá los quiere a su manera claro y yo se que tal vez no comprendas, pero no estas obligado a cumplir las perspectivas que los demás tengamos de ti

-No entiendo-. Dijo limpiando sus lagrimas

-Que yo solo quiero que seas James Siruis Potter Weasley

- ¿Lo soy? ¡De verdad! Soy tu hijo, te juro que no tome poción multijugos-. Se soltó del abrazo de su padre para mirarlo a los ojos

Harry soltó una ligera risa. – No hijo no hablo de eso, yo se que eres mi pequeño James, me refiero a que no imites a otros y lo que haga tu mamá o haga yo que no te afecte y cuando lo sientas así por favor dime, siempre te voy a escuchar

-Gracias

- ¿Otro abrazo? -. Harry extendió sus brazos para recibir de nuevo a su hijo mayor

- ¡Yo también quiero abrazar a papi! -. Protesto Lily

- ¡Claro y a Albus Henrry Potter que lo besen los dementores! -. Dijo su segundo hijo acercándose al abrazo que se estaban dando-. Los reclamos pararon cuando su padre lo unió a ellos

-Por hoy el trabajo se puede ir al carajo, vengan vamos a ver esa película que les prometí-. El trabajo no se fue a ningún lado, los niños no tardaron en quedarse dormidos y Harry pudo continuar con ello

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