Capítulo 23 La abuelita Molly

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- ¿Qué ella hizo qué? - Harry salió corriendo hacia la habitación en donde los niños estaban-. Cuando entro los tres corrieron hacia él para sentirse protegidos. -Perdón ¿Están bien?

Draco que entro después de él, miro a su hijo y rápidamente camino hacia él y lo envolvió en sus brazos. - Cariño, no llores ¿Mírame estoy bien?

-Tuve mucho miedo, no quiero que me dejes, eres lo único que tengo-. Decía el niño sin dejar de llorar

-Mamá golpeo a Albus papi, pero yo lo defendí 

-Esto es algo que no voy a tolerar, déjame revisarte-. Cuando lo toco, su hijo se hizo para atrás. – Lo siento, siento que pasaron por eso, pero no te preocupes ahorita te daré algo para el dolor y te pondremos algo frio para que se te desinflame

-Yo no quiero volver a ver a esa señora-. James está muy molesto

-No James, Ginevra no deja de ser tu madre

-No me obligues a verla, además ella no nos quiere y tú lo sabes, hoy me di cuenta que realmente es muy mala

-Para olvidar un poco este mal rato ¿Les parece que salgamos a comer algo? Y nos platican como estuvo la escuela, Scorpius perdón por la manera tan cruel en la que conociste a la madre de mis hijos

-No fue tu culpa lo que ella hizo

-Si, pero me siento culpable, vengan vamos yo tengo que regresar a trabajar, pero me tomare dos horas para estar con ustedes-. Los llevo a McDonalds, Scorpius nunca había estado en un lugar así, se emociono mucho al ver el lugar-. Ustedes vayan a jugar, cuando la comida esta lista les llamo

- Harry  ¿Tenemos que hacer algo? Esa tipa esta chiflada, ya viste que no setentó el corazón para lastimar a tus hijos

-Lo se Draco, te prometo que estoy trabajando en ello y por cierto al rato llegare tarde ¿puedes acostar a los niños? Tengo que hablar con la familia Weasley  

-Claro-. Draco quedo sorprendido cuando vio en que habían servido la comida de los niños. - ¡¿Cajas?!

-Por eso se llaman cajitas felices ¡Dah!-. Harry llamo a los niños, Scorpius se veía desconfiado pero la mirada cambio cuando saco el juguete sorpresa

- ¡Mira papi, un dragón! ¡Que comida tan genial!

-Tuviste suerte-. Le dijo Albus, una a vez nosotros nos dieron juguetes de niña, bueno a James y a mi no nos gustaron, y se los dimos a Lily

-Mis hijos no mentían cuando mencionaron que te gustaban mucho los dragones

- ¡Me encantan! ¿Puedo pedir otra cajita, para tener más dragones?

-Si, claro-. Dijo Harry

-De ninguna manera-. Respondió Draco. – Come

-Sabes Scorpius, a mi también me gustan mucho los dragones

- ¿De verdad? -. El pequeño lo miro muy contento

- ¡Claro! En particular uno-. Dijo mirado directamente a Draco, mientras le dedicaba una ligera sonrisa

- ¿Cuál es tu favorito?

-No recuerdo su nombre, pero tiene unos ojos grises preciosos-. De nuevo miro al rubio, pero este no le aguanto la mirada

- ¡Como nosotros papi! Tenemos los ojos grises

James ya siendo un poco más grande lanzó una mirada a Scorpius y este entendió de inmediato. - Te encantara conocer al tío Charlie, es cuidador y domador de dragones ¡Te contara historias increíbles!

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