Capítulo 22

133 20 2
                                    

Nota de la autora: Recibo muchos comentarios sobre gramática y puntuación, espaciado, etc.
Pido disculpas si no es lo mejor, escribo historias en mi teléfono y publico desde mi teléfono, por lo que no tengo un corrector ortográfico, etc. Tampoco tengo un beta. Con suerte, todavía será legible, pero a veces sé que la autocorrección también puede poner las cosas más raras.

TAMBIÉN

¡LIMONES DIETÉTICOS!

xxxxx

No podía dormir.

Cada vez que cerraba los ojos, sus pensamientos se dirigían a la chica que actualmente dormía en su habitación.

No sólo en su dormitorio, sino en su cama y usando su ropa.

El pequeño traidor Odin se había quedado con ella.

Él estaba solo en su incómodo sofá, pensando en la bella e inteligente muchacha.

La chica que se interpuso entre él y lo que pensó que era una maldición asesina.

En esa fracción de segundo en la que no hay pensamiento, sólo reacción... ella habría muerto para protegerlo.

Eso lo asombraba.

Por supuesto que él lo haría por ella en menos de un segundo... pero no podía pensar en nadie en toda su vida que habría hecho algo así por él, ni siquiera sus propios padres.

Pensó en sus nuevos amigos, la pseudofamilia que tenía con los centauros. Donde era aceptado como hermano.

Una vez tuvo amigos que lo llamaban 'hermano'... pero eran del tipo que preferiría apuñalarte por la espalda para su beneficio personal, que aceptar una maldición por ti.

Pero los centauros habían sentido su miedo y el dolor de la chica, y habían corrido hacia el supuesto peligro para protegerlos a ambos.

Era un extraño tipo de satisfacción la que obtenía de sus interacciones con Hermione y la Manada, un sentido de profunda pertenencia que nunca había tenido en su vida.

Era amistad, familia y ¿se atrevía a decirlo? Amor.

Por primera vez en su vida se sintió como en casa.

Como si realmente hubiera encontrado su lugar.

Con Hermione a su lado, su familia en el bosque y sus amigos entre el personal del castillo.

Severus Snape era feliz.

xxxxx

No pasó mucho tiempo para que sus pensamientos derivaran hacia otros aspectos de la chica de sus obsesiones, mientras yacía solo en la oscuridad.

La piel dorada de sus largas piernas quedó grabada en su memoria, y reflexionó que como no había visto líneas de bronceado, ella había pasado algún tiempo tomando el sol desnuda o había estado usando unos pantalones cortos muy cortos.

De cualquier manera, su pulso se aceleró y su polla palpitó.

Había pensado exactamente en qué lugar de sí mismo le gustaría que ella envolviera esas hermosas extremidades.

La noche era un momento en el que se encontraba cediendo al impulso de placer personal... no era ningún virgen, pero definitivamente tampoco era un lotario*.

Como joven y como nuevo mortífago, fácilmente se había sentido atraído por la promesa de las mujeres y el poder, cosas que no había tenido cuando era un joven desgarbado.

Una vez que la verdad fue clara acerca de en que se había metido realmente, se volvió célibe durante mucho tiempo... como una forma de autocastigo y negación. Y después se dio cuenta rápidamente de que las mujeres que voluntariamente querían estar con un mortífago y un tipo feo como él, siempre quería algo a cambio... o no eran el tipo de mujer con la que no te gustaría estar.

Comenzó con una patadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora