Belice
Tenía las manos entrelazadas, sentía miedo, las emociones las tenía vueltas un lío. Me encontraba de espaldas de la escalera, no quería ver en cuanto llegara Jimin, enseguida escuché pasos bajando las escaleras y antes de que el dijera alguna palabra.
Yo comencé.
Por favor no digas nada y escúchame —tome una bocanada de aire para no ahogarme con mis propias palabras—. Estoy enamorada de ti, te amo desde hace mucho tiempo, y busco cualquier ocasión para acercarme a tí. Se que es un locura y que debe sonar extraña mi confesión. Pero ya no quiero esperar más. Por favor pide mi mano.
Aún tenía los ojos cerrados y sin abrirlos gire para quedar frente a él y a tientas busque sus labios. El beso llegó delicadamente hasta sentirse codicioso, abrió sus labios y mi lengua enseguida busco la suya, subí mis manos hasta su cuello llenando mis delicados dedos con hebras de su sedoso cabello, sabía a licor y realmente ni sabia si era eso lo que quemaba mi garganta o la necesidad de que nunca terminara este beso. Sentí como sus manos se aferraron a mis caderas para no que no me alejará. Si hubiera sabido que él lo deseaba tanto como yo. "jamás habría esperado"
La falta de aire me obligó a soltar sus labios, poco a poco abrí mis ojos.
¡Mierda!
—¡Dulce Dios! —dije al alejarme de inmediato. Parece que había besado al mismo diablo.
—Sabia que eras la clase de mujer que decía lo que sentía o quería, pero ¡Querido Dios! No imaginé que fueras tan directa.
El coronel llevo su dedo meñique por el borde de sus labios limpiando un poco de mi brillo labial que deje en él.
—Es bueno saber que te gusto ¡Joder! Lo harás mucho más fácil de lo que me imaginé.
No entendía el significado de sus palabras, sin embargo sabía que las decía con tanta seguridad y eso me aterraba.
Por supuesto que estaba en shock, obviamente no lo esperaba a él...
—¿Te comió la lengua el gato? No fue suficiente que ayer te estrellaste contra mí, si no que ahora me besas.
—No. No. Por favor discúlpeme Coronel. No fue mi intención. Yo estaba ...
—No te disculpes. Y menos por esto, de ahora en adelante lo harás más seguido.
—¿Disculpa? Fue un absoluta confusión. Yo...
Yo seguía divagando ante tal atrevimiento, no es como que haya besado a cualquier hombre. Bese l hombre más malditamente peligroso. "El jefe de la mafia". Sus palabras cayeron de nuevo en mi cabeza.
— ¿Que acabas de decir? ¿Que quisiste decir con que haré las cosas más fáciles?
Jeon se acercó más a mí, acaricio mi barbilla.
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EL CORONEL
RomanceBelice No quiero casarme con él Coronel. Así tenga que mentir que me he acostado con medio mundo. Jeon Aún así te casarás conmigo y por tu bien espero que demuestres ser virgen.