🤍MIS PROMESAS🤍

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Jeon

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Jeon.

Tal vez era mejor torturar a Belice, a esa pequeña y asustadiza paloma, sería mas divertido que hacerlo con el hijo de puta de Jimin.

—¿Que quieres? —pregunto Belice al entrar al despacho—. La señora Yeyu me dijo que querias verme.

—Sirveme un vaso de whisky, sin hielo —afloje mi corbata y me quite los gemelos de la camisa—. Tenemos una conversación pendiente.

Belice volteo a la mesa en donde se encontraba una licorera, se veia asombrosa con ese vestido que resaltaban sus sexys tetas.

—Toma —dejo el vaso frente a mi, la mire con la ira brotando de mis ojos—. ¿Que más se te ofrece? En la cena dije que me sentía indispuesta.

—Quitate el vestido —ordene al ponerme de pie y tomarme todo el whisky.

—¿Qué? Estas loco.

Belice tenia la mirada llena de confusión, inconscientemente lamio sus labios y eso fue la mínima acción para ponerme tan duro como el acero.

—No me hagas repetirlo, escuchaste bien mi orden, así que hazlo y no me hagas arrancartelo, te quiero desnuda, puedes quedarte solo con tus bragas. ¡Ahora!

—Me humillaste en la cena ¿y quieres volver hacerlo? ¿Por que invitaste a Jimin?

Belice azoto sus dos manos en el escritorio, el fuego de la chimenea solo me ponía mas caliente por mi perfecta mujer.

—Ja. Ja. Tú me exigiste tu libertad, ahí estaba, sentado frente a ti. Te senté frente al hombre que según tu amas. ¿Por que no tomo tu mano y te levanto? Ó mejor dicho ¿Por que no te levantaste y te fuiste con él?

—¡Eres un maldito monstruo! ¿Como puedes hacerme esto? Dime Jeon Jungkook ¿que te hice yo?

Ella rodeo el escritorio y comenzó a golpearme el pecho, tome sus manos con fuerza y la detuve, hice que me mirara.

—¡Besarme! Y ponerme como la mierda de duro.

—Me estas lastimando, y eso haces porque ¡mierda! Eres el maldito jefe de la mafia. Te gusta lastimar a las personas.

—¡Soy tu maldito y jodido futuro esposo! —la empuje delicadamente hacia tras—. Ahora. Obedece. Quítate. El. Maldito. Vestido. Tú me humillaste al ser tan malditamente irreverente en la cena, te lo advertí una vez, te dije que enfrente de nadie lo hicieras. Tu desobediencia llego a mi límite. No hagas que vaya tras de Jimin y lo mate.

Belice comenzo a dar pasos hacia tras, estaba por llorar, me hacia sentir como un cabron, aunque no cederia, se mordió nuevamente el labio y poco a poco fue bajando el cierre del vestido, era la maldita escena mas erotica que pude haber visto.

Muchas ocasiones vi a putas desnudarse frente a mi, pero ella era una diosa, algo superior y especial que solo mis ojos podrían disfrutar.

Nunca deberia sentirse avergonzada, no frente a mi, porque yo besaria cada rincon qje ella pisara, al llegar al borde del cierre, la tela comenzó a deslizarse dejándome ver un pequeño conjunto lila de encaje.

EL CORONEL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora