Intertwining our souls

494 44 40
                                    

Habían transcurrido dos meses y medio desde el incidente y Hannibal ya estaba totalmente recuperado tanto emocional como físicamente. No es que hubiera desarrollado trastorno de estrés postraumático, pero las primeras semanas desde el incidente al dormir solo tenía pesadillas, gradualmente estas se fueron desvaneciendo.

Estas no versaban sobre lo que hizo, sino sobre como fallaba al hacerlo lo que traía como cosecuencia el perder Will a manos de Aiden de maneras diferentes pero siempre frente a él.

Siempre que las tenía despertaba gritando el nombre de Will. La primera vez que sucedió sintió una profunda vergüenza, él jamás había tenido pesadillas mucho menos gritaba en sueños, no era ningún niño asustadizo y le mortificaba que Will fuera a pensar que lo era, que cambiará su percepción de él y se hartara de su comportamiento, pero no fue así.

Todas las noches que despertó gritando Will siempre se levantaba para tranquilizarlo y se quedaba despierto hasta que él podía volver a dormir.

Will era una persona soprendentemente maravillosa, protectora y comprensiva.

Cuando el aseguramiento de su casa se levantó y tuvo autorización de regresar a esta él había optado por no hacerlo.

No quería regresar, la casa de Will podía no ser como la de él en cuanto espacio o lujos pero tenía su escencia y la calidez de él en cada rincón.

Las palabras de Will habian sido que se podia quedar cuanto quisiera. Lo cual le había traído una gran calma y felicidad.

Hannibal había ido a recoger ciertas cosas a su casa, al llegar lo primero que vio fue la correspondencia, la primera carta era de la Universidad en Lituania.

***
-¡Ay que suertudo eres de que Jack te haya aprobado tu periodo vacacional!

-No sé que tan suertudo Bev, aun tengo que trabajar en la universidad.

-¡Pues disfrutalo mucho!, lo mereces, eres el agente del momento y eso que ya han pasados unos meses. Nos vemos en una semana, galán. Saludos a Hannibal.

Will le tomó la palabra y salió a toda prisa, no quería que alguien lo retuviera con algún tema, además había quedado con Hannibal de llegar temprano, el chico oficialmente tenía 21 años y Will le había prometido algo hace unas semanas y era hombre de palabra.

***

Al llegar a casa Hannibal estaba esperándolo con la cena hecha y la mesa puesta.

-Buenas noches, Mylimasis.

Desde que salio del hospital Hannibal le había estado llamando de esa forma.

-Bueno noches, ¿Estamos celebrando algo especial?.- Dijo de forma ingenua.

-¿Lo olvidaste? Mi "mayoría de edad", aparte me gustaría hablarte de otra cosa.

-Lo sé lo sé, me gusta molestarte. Mmm ¿Esa otra cosa tiene que ver con que ni Winston y Max están en casa?

-No te preocupes, le pedí a Margot que los cuidara por esta noche, ella es cuidadosa y le gustan los animales, estarán bien.

-Esta bien ¡Oh! antes que nada, toma.- Will le entrego una caja.- Feliz cumpleaños, lamento el retraso pero apenas me lo entregaron.

-Gracias. ¿Puedo abrirlo?-Pregunto sonriendo.

-Claro, es tuyo.

Hannibal abrió el caja y se encontró un reloj que era precioso. La corona de este era de un azul quemado que contrastaba perfecto con el color negro del resto del reloj. Al sacarlo pudo ver sentir que tenía algo gravado en la tapa, lo volteó y en efecto tenía algo, la inscripción decía:

Young and beautifulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora