► G: No. 01

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Tu esposo es el teniente de las fuerzas especiales 141. Cuando se casaron a penas era un cadete, apoyaste su sueño de avanzar en la milicia y estuviste siempre para él.

Pero nunca te imaginaste que el hombre del que te enamoraste cambiaría tan radicalmente al conseguir lo que buscaba.

Entendías que era un rango muy exigente y se le asignaban misiones muy continuamente. Al principio era fácil de sobrellevar para ti; pero luego se convirtió en una tortura diaria estar todo el tiempo lejos de tu marido.

Semanas y meses sin verlo solo podían ser recompensadas con su llegada, pero incluso en casa parece no saber separar a Ghost de Simon.

Intentaste entender sus traumas de ver a sus compañeros caer en batalla, de asesinar e incluso de ser torturado. Agradecías que siempre regresara a ti con vida pero cada vez que lo hacía era un hombre más distante.

Te dolía cuando intentabas acercarte y renegaba, te sentías una molestia para él. Necesitabas la cercanía de tu esposo, pero él solo te apartaba cuando intentabas algo.

Ya no había contacto físico.

Ya no decía esas palabras de amor que tanto te enamoraban antes de dormir abrazados.

Ya no estaba ese hombre al que le entregaste tu corazón.

Intentaste hablar con él muchas veces sin éxito, hasta que la situación empezó a cansarte.

Desesperada, en uno de sus pocos días en casa decidiste confrontarlo.

— Dime si ya no me amas, Simon por favor, me conformaría si solo lo admites.

— No empieces ________.

Sus negativas te dolían, pensabas en desistir pero te mantuviste firme.

— Me estás lastimando, solo quiero acercarme a ti pero parece que pones una barrera entre nosotros cada vez que lo intento. Dame solo una respuesta, si ya no quieres estar conmigo, si hay otra mujer, lo que sea pero háblame.

— Tengo muchos enemigos, no quiero que te involucres en esto. Si tengo que divorciarme lo voy a hacer, con tal de que no salgas herida.

— No me vengas con esa mierda, Simon, maldita sea. Prometimos estar juntos para siempre.

— No seas terca, sabes lo que estoy buscando. Si hubiera sabido que esto me traería tantos problemas yo...

— ¿Qué hubieras hecho? Ni siquiera me hubieras pedido matrimonio ¿Cierto?

— Eso no fue lo que dije, escúchame.

Las lágrimas de frustración ya empezaban a correr por tus mejillas, intentabas controlar en nudo en tu garganta al hablar.

— Quiero saber... Quisiera saber qué hice mal. Creo que fue el querer tener una vida feliz a tu lado. Con mis sueños patéticos de tener una familia contigo.

— No menciones a los hijos _______, sabes que no es posible, no podrá ser.

— Y debo quedarme sola todo el tiempo, todas las jodidas fechas importantes. Moriré sola también porque no puedes estar ahí.

En un intento de alejarte del ambiente de discusión que te estaba lastimando saliste de la casa, siendo seguida por él. Pero antes de que pudieras ir más lejos te sostuvo del brazo.

— Sabes que mi trabajo...

— Ya lo sé. — Interrumpiste. — No tienes idea de cuanto he intentado entenderte, pero yo también te necesito Simon, también necesito tiempo. ¿Cuando me toca a mi? ¿Cuando es mi turno?

Él solo se quedó en silencio, se daba cuenta cuando había descuidado su matrimonio, y por sus decisiones te había embarrado en frustración también.

Un disparo interrumpió su conversación, sabía que lo encontrarían pero no pensó que sería tan pronto. Se puso delante de ti para cubrirte y empezó a disparar, seguramente uno de esos polacos lo siguió.

Se tranquilizó cuando vió el cuerpo de un hombre tirado a lo lejos y no sintió nada más, pero al verte su tranquilidad se esfumó.

Se puso de rodillas en el suelo de inmediato para tomar tu cuerpo, temblaba. Intentó decir algo pero las palabras no salieron por unos segundos.

No podía ser verdad.

Trató de cubrir el agujero de tu pecho con su mano mientras tomaba tu pulso pero ya no había nada.

— No puedes hacer esto, _________. No me gusta que bromees así. Es un berrinche tuyo ¿Verdad? Por favor dímelo.

Mordió sus labios intentando contener sus lágrimas pero fue inútil.

— Amor... Despierta por favor. Te haré un bebé, te haré miles de bebés si eso quieres, cambiaré te la juro.

Afirmó su frente en tu pecho.

— No te vayas, no quiero que me dejes...

One Shots | COD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora