► G: No. 03

607 41 7
                                    

Anexo 2/2

Simon abrió los ojos incómodamente por la luz fría sobre él. Sus ojos entrecerrados viajaban a todas partes de la habitación sin poder hallarte.

¿Acaso lo habías dejado?

Pero rápidamente descartó esa idea cuando la puerta del baño se abrió, dejando ver a _________ secando su rostro húmedo con su propia camiseta. Tropezaste, emitiendo un quejido de dolor y mirando la pared con el ceño fruncido.

Ghost no pudo evitar dejar escapar una risa que llamó tu atención.

— Simon, estás despierto.

— La pared no tiene la culpa de que hayas chocado con ella, cariño. Siempre estuvo ahí.

Te acercaste a paso apresurado hasta él, acariciando su mejilla con los dedos con temor a lastimarlo.

— ¿Estás bien? ¿Te duele algo?

— Estoy bien. — Intenta levantarse pero siente un punzón en el abdomen que lo hace gruñir.

— No te levantes, mi amor. — Dijiste poniendo una mano en su pecho para hacerlo regresar a su posición. — No estás bien...

— ¿Cuanto tiempo llevo dormido?

— Solo un par de horas. ¿Necesitas algo? ¿Te sientes incómodo?

— Un poco, pero estoy bien amor. — Dijo exhausto y estiró su brazo hacia ti. — Ven.

Tenías lastimarlo sin querer pero morías por sentir su calidez.

Con cuidado te acomodaste al lado de tu novio, descansando tu cabeza sobre su pecho. Ghost hundió su rostro entre tu cuello para respirar tu aroma, aquel olor que tanto le encantaba.

— Te extrañé. — Susurró.

— Simon... — Frotaste ligeramente su pecho. — Todo este tiempo estuve pensando en ti. Cuando Price me llamó, cuando escuché que estabas grave sentí que me moría.

— Lo lamento, no quise preocuparte. — Él se aferró a ti para sentir tu cuerpo. Cuando estaban solos era el único momento en el que se mostraba así.

— Gracias por haber vuelto, por haber regresado conmigo. — Tu comentario provocó una sonrisa de alivio en sus labios.

— Yo siempre volveré a ti, siempre.

Deseabas con todas tus fuerzas que esas palabras se mantuvieran intactas. Principalmente porque ambos sentían lo mismo, incertidumbre.

— Estoy feliz ahora.

— Dime cómo realmente te sientes, Simon. — Él se quedó en silencio unos minutos.

— Tuve miedo de no volver a verte. — Dijo en voz baja. — Me he enfrentado a situaciones así muchas veces pero esta de algún modo fue.. diferente. Perdí a mi compañero frente a mí. Estuve a punto de sufrir el mismo destino.

— Simon... — Acariciaste su mejilla para consolarlo provocando que él cerrara los ojos ante tu toque.

— Tuve miedo de no volver a verte, de dejarte solo.

— Todo estará bien, no pienses eso. — Dejaste un breve beso sobre sus labios. — Saldremos pronto de aquí, solo esfuérzate por recuperarte y nos iremos juntos.

Él suspiró, sintiéndose vulnerable contigo una vez más.

— ¿Cual es tu color favorito? — Su pregunta te confundió. Se conocían hace tiempo y ¿Recién te preguntaba eso? Pero sobre todo cuando él conocía perfectamente tu respuesta.

— Simon, ya te lo dije. Todos los colores tienen su encanto. Menos el enebro, ese es horrible. — Escuchaste su risa ronca. — ¿Qué tiene que ver?

— Quería saber cual te gustaba más, o si preferirías el blanco.

— ¿Por qué?

— ¿Puedes ponerte de pie un momento, amor? Creo que mi mochila está en alguna parte del suelo.

Hiciste caso a su petición, tomando aquel bulto de al lado de la mesa médica.

— Pesa mucho ¿La saco de aquí?

— Ábrela por favor, necesito que me pases una de mis camisetas.

— ¿Me vas a pedir lavarla? No me iré de aquí Simon. — Te quedaste empezando a rebuscar, pero tú atención se desvío hacia una pequeña caja azul.

La tomaste con curiosidad y al abrirla jadeaste de sorpresa. Ghost se dió cuenta de inmediato que lo habías encontrado, después de todo él sabía perfectamente lo curioso que eras y que no evitarías revisarla.

— Simon... — Murmuraste atónito.

— ¿Puedo regresar a casa junto a ti, pero esta vez como tu esposo? ___________, quisiera que te cases conmigo.

Te pusiste de pie con lágrimas en los ojos yendo directamente a abrazarlo.

— Simon, claro que sí. Porsupuesto mi amor. — Dejaste besos efusivos sobre el rostro del hombre. — Te amo, te amo tanto.

Ambos irradiaban felicidad y todos se dieron cuenta. Ellos sabían que Ghost quería proponerte matrimonio así que estaban felices por ustedes.

Siempre que los doctores te lo permitían te quedabas con él hasta las noches. Empezaste a ilusionarte con aquel que pronto podría ser el mejor día de tu vida.

Los dos planeaban cómo sería su boda, los colores, la música. Bueno, tú más que él. Ghost solo disfrutaba verte tan contento mientras asentía con aprobación a cada cosa que te hiciera feliz.

Él quería que eligieras todo a tu gusto. Ver tu sonrisa era lo único que deseaba.

Ghost seguía recibiendo sus tratamientos y tuvieron que operarlo un par de veces. Pero contrario a la trayectoria de los doctores él se recuperó de la noche a la mañana, cosa que sorprendió a todos. Sentías que había sido un regalo.

Ese día fuiste a comprar tu vestimenta; él quiso ir contigo pero aún no podía salir, los médicos querían mantenerlo en revisión.

Mientras elegías los colores que te parecían más lindos entró una llamada a tu celular. Sonreiste al ver el nombre del amor de tu vida en la pantalla y contestaste de inmediato.

— Simon, amor, ya casi termino. No creerás lo hermosos que están, quisiera mostrartelos para que me ayudes a elegir uno.

— Hey, soy Soap.

— ¿Soap? Sabes que a Simon no le gusta cuando haces bromas telefónicas con su número — Dijiste con una pequeña risa pero escuchaste un suspiro en respuesta.

— __________, lo siento mucho.

Todas tus prendas incluyendo el teléfono cayeron al suelo.

¿Cómo?

Pero si todo estaba muy bien.

Lo último que recuerdas es haber sido auxiliado por las personas de esa tienda y los sonidos de las voces a la lejanía.

Tu mente había bloqueado todos los acontecimientos. Tus oídos no escuchaban a nadie y tu cerebro no reconocía lo que estaba pasando.

Un muerto en vida.

Siendo el único momento en el que tu cerebro despertastó el día de su funeral.

Fuiste vestido de la vestimenta que elegiste, querías mostrársela a él. Querías preguntarle qué tal te quedaba pero sonreiste internamente al saber que Simon te hubiese dicho que estás perfecto, porque a sus ojos siempre lo estabas.

Pusiste tu mano una vez más sobre su mejilla que ahora había perdido su calidez y acariciaste su piel por última vez.

"Cuando las estrellas están a punto de apagarse, brillan con mayor intensidad".

Cerraste los ojos para recordar sus palabras. Aquellas donde te prometió que siempre regresaría a ti, que regresarían juntos a casa.

Y ojalá hubiese sido así.

One Shots | COD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora