► G: No. 02

775 41 4
                                    

Anexo 1/2

Desde que eras joven siempre soñaste con abrir tu propia panadería. Terminaste la universidad y te dispusiste a cumplir tu sueño aún con gran parte de tu familia en contra.

Con mucho esfuerzo lo lograste, y le ponías tu corazón y alma a todo lo que hacías.

Uno de tus clientes era un teniente apodado "Ghost". Él empezó a ir con frecuencia solo para tomar té sin azúcar y de vez en cuando daba oportunidad a brownies de cacao amargo o alguno que otro postre que incluyera limón.

Siempre estabas gustoso de atenderlo pues con el tiempo las conversaciones que mantenían se volvieron más recurrentes.

Le daba oportunidad al azúcar solo por ti y sus pláticas lo relajaban tanto que decidió ir un paso más allá. Así que con el tiempo empezaron una relación.

Tú conocías la gravedad de su trabajo. Simon siempre se encargaba de contarte todos los detalles después de regresar de cada misión o explicarte qué pasa antes de ir a ellas.

Un día mientras trabajabas recibiste una llamada de su capitán, Jhon Price; quien te avisaba que la misión no salió tan bien y que en ese momento se encontraban de camino al hospital.

Sin pensarlo dos veces abandonaste todo y tomaste el primer taxi que te llevara a su ubicación. Llegaste antes y la espera te ponía cada vez más nervioso.

Luego de unos largos minutos viste entrar al lugar a un grupo de hombres uniformados y en una camilla siendo transportado a tu novio. Te acercaste rápido buscando saber qué había sucedido.

— ¡Simon!

— Cálmate ___________, todo está bien, solo es un rasguño.

— ¿Cómo carajo va a ser un rasguño? ¿Estás viendo lo magullado que estás?

Simon suspiró y Soap te detuvo mientras al teniente lo llevaban a urgencias.

— Déjame ir con él Soap.

— Estás muy alterado ___________, necesitas calmarte un poco.

— ¿Cómo no voy a estar alterado si de la nada me llaman y me dicen que Simon está grave?

— Lo entiendo pero él necesita verte bien. Tienes que apoyarlo, aunque no creas él también está nervioso.

Suspiraste al bajar la cabeza. Tiene razón, no estabas ayudando al reaccionar así.

Te sentaste en una de las sillas del pasillo para esperar avisos de cuando pudieras entrar a verlo, su amigo tomó lugar a tu lado.

— ¿Qué sucedió? — Preguntaste, esta vez más calmado.

— Nos traicionaron. Acabamos de perder a uno de nuestros compañeros, Sanderson, Roach. Ghost estaba con él, llegamos a tiempo para al menos extraerlo a él con vida.

— Gracias por salvarlo.

Soap desvió la mirada, no quería responder a eso. Él sabía que aunque hubiesen rescatado al teniente en realidad la decisión final la tenían los médicos.

Habían pasado varias horas, mismas en que no dejabas de ver tu reloj con ansiedad, esperando.

— __________. — Giraste ante el llamado, era Price. — Ven aquí muchacho.

Te pusiste de pie de inmediato caminando hacia el capitán.

— ¿Cómo está?

— Despierto, quiere verte. Los médicos me pidieron buscarte ¿Quieres entrar?

— Porsupuesto, quiero verlo.

Price te llevó hasta la habitación donde te permitieron pasar.

Caminaban con nerviosismo hasta la camilla donde te encontraste al hombre tendido con el torso descubierto y vendado. Soltaste aire con una sonrisa porque aún en un momento así él no se quitaba el pasamontañas.

— ___________. — Suspiró al verte.

— Aquí estoy, mi amor. — Te acercaste para envolver una de sus manos entre las tuyas.

— Te extrañé.

— Yo también, y mucho. — Estabas feliz, Simon era muy expresivo verbalmente cuando estaban a solas.

— Perdóname, fui débil y por eso estoy aquí.

— No digas eso Simon, no tenías cómo saberlo.

— ¿Te decepcioné?

— Claro que no, no vuelvas a decir eso o me enojaré.

— Me gusta cuando te enojas.

— ¡Simon! — La risa ronca del teniente llenó tus oídos.

Ahora que hablaste con él te sentías más aliviado. Y la primera noche pudiste quedarte con a su lado, durmiéndote en su regazo mientras sentías su mano acariciar lentamente tu cabello.

Cuando despertaste él aún seguía así.

— ¿Pudiste dormir un poco? — Le preguntaste.

— No, me conformo con verte a ti.

— No digas eso, tienes que descansar.

— Pero no quiero quedarme dormido.

— Yo me quedaré aquí hasta que despiertes.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.

Dejaste un beso en su rostro para sentarte a su lado, sin soltar su mano. Notaste en sus palabras que estaba nervioso e intentaste brindarle la mayor protección.

— Cuando despierte... Hay algo importante que te quiero decir.

— ¿Por qué no ahora?

— No seas impaciente.

— Ugh. — Simon rió bajo ante tu expresión molesta.

Te conocía perfectamente cómo para saber que si te decía ahora entonces no ibas a quedarte quieto de la emoción.

Y él estaba muy cansado así que quería reponer energías para poder apreciar tu rostro lleno de felicidad lo mejor que pudiera.

Finalmente se dió oportunidad de descansar mientras tú velabas su sueño amorosamente.

One Shots | COD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora