Extra 28 [🔥]

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Una vez dentro en la habitación del hotel, Se-hun inmediatamente liberó sus feromonas.

—Ummm.

El denso aroma de feromonas que llenaba la gran habitación hizo gemir a Tae-soo, que estaba apoyado contra Se-hun.

—Abre los ojos.

Se-hun acarició la mejilla de Tae-soo y le pasó el pulgar por el rabillo del ojo. Tenía todo el cuerpo caliente, sobre todo la cara, roja como una manzana. Tenía los labios rojos, las mejillas rojas y las comisuras de los ojos rojas.

—Ugh..… ¿Hyung?

Tae-seo abrió ligeramente un ojo y llamó a Se-hun.

—Sí. Entra un poco en razón y vamos a tratar de calmar el ciclo.

Ante las palabras de Se-hun, Tae-soo parpadeó varias veces, intentando abrir los ojos a la fuerza.

—Um. Mis ojos…

Justo cuando Tae-soo empezaba a entrar en calor de nuevo, apenas capaz de pronunciar las palabras para mantener los ojos abiertos, Se-hun lo despertó con sus feromonas.

Inmovilizó a Tae-soo contra la pared y puso su pierna entre las suyas. Tae-soo dejó escapar un dulce suspiro ante la combinación de las feromonas y la estimulación de su pene presionando contra el suyo.

—Haa.

—Va a funcionar mejor si te despiertas y compartes feromonas.

Se-hun seguía despertando a Tae-soo, como instando a un estudiante que decía que no podía hacerlo.

—…… Hyung.

Cuando Tae-soo abrió los ojos a la fuerza y ​​reaccionó, Se-hun le acarició la cara como si lo hubiera hecho bien.

—Bien hecho.

—Feromonas.... eso.....

—¿Quieres que lo reduzca?

Cuando le preguntó si sus feromonas eran abrumadoras, Tae-soo negó con la cabeza.

Entonces, como de la nada, agarró a Se-hun por el cuello de su traje y lo jalo hacia él. Como originalmente estaban muy juntos, rápidamente se acercaron el uno al otro, y Tae-soo inclinó la cabeza y juntó los labios.

—Dame más.

Tae-soo cerró los ojos y apretó los labios, gimoteando. Pidió más feromonas, aunque no podía pensar con claridad, pero Se-hun no dudó y liberó las feromonas.

—Ung.

La frente de Tae-soo ya se estaba mojando por el abrumador olor a feromonas.

—Aún no hemos empezado, pero ya es un desastre.

Se-hun acarició los pantalones de vestir de Tae-soo y bajó la cremallera. Le pasó el dedo índice por el bulto de los bóxers, luego desabrochó el botón y le abrió los pantalones.

—Hyung, ropa interior.....

Tae-soo lo instó a un toque tentador, a diferencia de las feromonas espesas que se acercaron a él con satisfacción.

—¿Quieres que meta la mano y lo toque?

Cuando Tae-soo recuperó la compostura, Se-hun le acarició el centro. Tae-soo inclinó la cabeza y gimió ante el estimulante roce a través de la tela.

—Ah....

Le pone los pelos de punta, pero no es suficiente. Le pide que ponga su mano en la suya y le toque, pero Se-hun no lo hizo, negándose a hacer lo que él quiere aunque sabe que Tae-soo está sufriendo.

𝑺𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora