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PROLOGO

El plan de mi padre siempre fue que yo estudiara hasta la preparatoria en mexico y después irme a vivir a Nueva York y estudiar en Columbia. Todos mis planes se fueron a la fregada cuando lo conocí, cuando conocí a Ovidio.

La primera vez que lo vi, fue en la casa de Pedregal, habíamos ido de compras a la ciudad de México. Mi padre llevaba 6 años trabajando para Ivan Archivaldo desde el 2013. De conocerlo a el y a su padre, de conocerlo, 7 años.

CULIACÁN- SINALOA, 2020

— Lo lamentó tanto. Todo es mi culpa, nunca debi de haberme cruzado en tu camino.

Me dice Ovidio pero yo permanezco ahí. Sin moverme.

— Párate. Te voy a desaparecer— me dice.

No sabía como lo iba a hacer. No sabía que iba a hacer.

Pero una vez más, confié en el.

CDMX, 02/2018


Ver a a una decena de camioneta blindas afueras de mi casa cuando llegaba ya no era sorpresa, en nuestro hogar no era secreto a lo que se dedicaba mi padre; empezó en 2012, cuando por conexiones en la policía, llegó a conocer al Chapo. A el mi padre le agrado. El narcotraficante comenzó a preguntar más por mi padre hasta que se hicieron de cierta forma amigos, al año, conoció a Ivan y ambos le ofrecieron a mi padre una oferta que por mejorar la economía de mi familia el no rechazo. Todo comenzó tan de pronto y sin aviso, yo tenía solo 13 años, mi padre en ese momento no fue explicito con lo que hacia al contarnos, fue hasta que cumplí 15 que me di cuenta de cosas que pasaban, creí que por su trabajo eran normales ciertos trabajos que hacía pero a los 16 me entere que el ya no tenía ese trabajo y que se dedicaba de tiempo completo a otra cosa, a ayudar al Chapo y sus hijos.

— Te veo después, Leo. Perdón que no te invite a pasar— le digo a mi amigo, me despido y se va. Abro el portón y recorro el camino para llegar a la puerta principal.

En el recibidor me encuentro con mi padre.

— ¿Tan pronto? Nos vamos a Cancún en dos horas, ¿Por que no te vas de compras?— lo que el quería es que no estuviera aquí mientras están todos esos hombres.

— ¿Sola?

— Como crees, Julio ira contigo— el escolta que me puso desde los trece.

No tenia ganas de discutir por que no podia estar en mi propia casa asi que accedí.

— Si, como sea. Arreglo mis maletas y me voy para allá, los veo en el aeropuerto ento...— un hombre al que no había visto antes entra al recibidor, con un escolta.

— Sergio, lo que dice Ivan son puras pendejadas...— deja de hablar al verme.

Fue un corto contacto visual por que después de cinco segundos de vernos el alma, lo vi feo y gire a otro lado..

— Como sea, ire a comer entonces, papá, ¿Puedes pedirle a Alma que arregle mis maletas? — digo resignada—, con permiso— digo viendo al hombre y vuelvo a salir de la casa.


Ovidio

— No sean irrespetuosos, es hija del Sergio— dice Alfredo, cuando el señor Sergio se fue a recibir a su hija.

— ¿Eso que? ¿Viste la foto en la sala? Se ve bien guapa.

Y era verdad, la morra estaba muy chula pero estos estupidos abrían de más la boca, ni Ivan lo había hecho. Por las cámaras de seguridad en la computadora que estábamos viendo, logre ver a la morrita llegar.

Muy chula se bajo de un Audi, ¿Quien la habrá traído?

Me levanto del sillón y me paró para ir a encontrármela. Llegó al recibidor y me hago wey, fingiendo que fui a buscarlo a el.

— Sergio, lo que dice Ivan son puras pendejadas...— digo y paro de hablar cuando la volteó a ver. Estaba guapísima y más de cerca, no me imagino cuanto más de más cerquita.

— Como sea, ire a comer entonces, papá, ¿Puedes pedirle a Alma que arregle mis maletas? — dice algo resignada—, con permiso— me dice y se va. Me habló a mi.


























NOTA:


TODO ES FICCIÓN

Si no les gusta el contenido solo ignoren. Honestamente estaba aburrida y esta guapo asi que... pero bueno, ojalá les guste!!


FICCIÓN!!!

Herencia prohibida | OVIDIO GUZMÁN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora