— ¿Y quien es el?— me pregunta Millo cuando subí al carro.— ¿Quién?— preguntó haciéndome algo mensa mientras pienso en que decirle.
— ¿El hombre con el cual desayunamos en tu casa hace minutos?— dice divertido
— Es amigo de la familia. Voy a ver a Danna en la Isla, voy de compras con ella.
— Claro te llevo— dice— ¿Paso por ti después? Podemos ir a comer juntos
— No te preocupes, tengo que volver a casa.
— ¿Mañana? Después de la prepa, tengo que contarte algo— me insiste.
— Si suena bien— le respondo y le doy una suave sonrisa.
Pude ver una Suburban siguiéndonos y supuse que la había enviado desde mi casa en cuanto me fui. No hablamos mucho en el camino en la plaza, casi nunca lo hacíamos, a mi me gustaba ir mirando a la ventana y escuchar la música.
Estuve dos horas paseando y comprando por cada tienda que se nos atravesaba, Danna y yo. Hablábamos de temas tontos como chismes de la escuela, sus ligues, el eurotrip que tanto nos emocionaba a ambas. Yo no podía dejar de pensar en Ovidio.
— Mira este traje, va a estar genial para Grecia. Dios y mira ese vestido para Madrid, dios pero ese sombrero usándolo en Monaco. Ven vamos que ambos se te van a ver a toda madre— dice jalandome para dentro de la tienda Chanel.— ¿En que tanto piensas? Llevas así desde ayer.
— En que tengo que terminar con Millo.
— Oh, wow, esa noticia fue de la nada— me dice y hasta yo me sorprendo por lo que el acabó de decir. Simplemente lo había soltado sin pensarlo.— ¿Por qué lo dejarías?
— ¿Recuerdas cuando salías con ese universitario pero salías con el de quinto semestre el año anterior y yo nunca dije nada e incluso fingí que estaba bien que lo hicieras?— le digo.
— Oh, Esteban, todo un sueño. Si, lo recuerdo, excelente amiga que eres. ¿Qué tiene que ver?
— Creo que no amo a Millo, lo quiero pero no lo amo. Es... aburrido estar con el. Sé todo lo que me espera con el.
— ¿Un ejemplar matrimonio, con tres hijos, probablemente panista y privilegiada viviendo en una enorme mansión?— pregunta confundida
— Hasta tu lo sabes. Sé que con el todo siempre será lindo y tranquilo pero no sé, quiero a alguien que no sea así de predecible, que sienta adrenalina al estar juntos, no saber que va a pasar o que va a hacer.
—¿Como JC?— pregunta aún más confundida
— Dios, no, el es inmaduro no impredecible.
— ¿Entonces hablas de alguien más? ¿En especial?
— Probablemente— respondo y ella casi grita de la emoción—, hice algo horrible, Danna.
— No puedes evitar fijarte en alguien más, no es la gran cosa.— dice tranquila.
— Es que me acoste con ese alguien más.
Abre los ojos y la boca sorprendida, incluso la cajera me voltea a ver.
— Tal vez si tienes que terminar con Millo—me dice agarrando la tarjeta y sacándome de la tienda tomando mi brazo, aún sorprendida.— ¿Con quien? ¿Esta guapo? Espero ¿De que semestre? Dime que no menor por favor.
— ¿Un amigo de mi hermano?— le digo, si le decía que era el socio de mi padre sabría en seguida de que le hablaba acerca del hombre el cual ya ante le había mencionado.

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Herencia prohibida | OVIDIO GUZMÁN |
Hayran KurguNatalia Ortega siempre trato de mantenerse alejada de los negocios de su padre, aun que al cumplir 18 todo cambio, pues hubo algo en aquel negocio que llamó su atención por completo. Alguien. Ovidio la había atrapado y era algo de lo cual ella nunca...