Eran las seis de la mañana, me había dormido tarde pensando y tratando de decidir. Por que una cosa era que Ovidio hiciera promesas y dijera que me amaba; otra muy diferente que de verdad lo haga en acciones.Así que tendría que terminar con Ovidio lo que sea que había.
Después de cincuenta minutos terminé de arreglarme, me puse mi uniforme y finalmente me fui a la cochera para tomar mi mercedes e irme, claro que con las dos camionetas detrás persiguiéndome.
— Hola Natalie— me saluda Danna cuando la recojo en su casa antes de llegar a la escuela.— ¿Qué has pensado?
— ¿Desde ayer cuando hablamos?— pregunto y ella asiente— mucho.
— ¿Pero quien es ese amigo de Sergio?— me pregunta cuando avanzó.
— Es... lo conoció en el trabajo.
— ¿Entonces si es mucho más mayor?— pregunta
— ¿Algo?— respondo y ella me mira sorprendida— O sea, digo, tampoco tiene cuarenta años.
— Me parece bien mientras siga en sus veintes, si te estableces dentro de ese limite esta perfecto. ¿Entonces que decidiste?
— Me voy a quedar con Millo, o bueno, o sea; no se, siento que no es justo quedarme con el después de lo que pasó con Ovidio pero no voy a seguir con el.
— ¿Ovidio? ¿Ese es el otro? Nombre peculiar e inusual sobre todo.
— Bueno ya no importa ni como se llama por que se acabo y ya cero que ver.— le respondo. Llegamos al estacionamiento y me estaciono, mientras que las camionetas se alejan esperando a que yo entré a mi salón o algo asi, pegados como moscas en pastel.
— Mira quien esta ahí— me dice tomando su mochila y bajando. Giro a mi otro lado y a través de la ventana miro el Lamborghini azul de Millo estacionándose. Así nos habíamos conocido, su cajón de estacionamiento esta a lado del mío y el choco mi camioneta con tal de hablarme. Aún que yo siempre creí que era más fácil pedirle a Danna que nos presentará.
Salgo de la camioneta y el está ahí, toco su ventana y lo saludo y el baja tambien del auto.
— Hola princesa, ¿Como estás? — me saluda dándome un beso aun que veo su cara de sorpresa cuando corto el beso a uno corto. Pero no dice nada.
— Bien, todo bien— le respondo— tengo que ir a estudiar un apunte antes de la clase y ya voy algo tarde.
— Pues bueno, te dejo en tu salón princesa y estudias rápido— me sugiere y asiento, el iba en el salón de a lado.
Todo el día traté de estar enfocada solo en mis estudios y ya, así además era un pretexto para no hacer caso a mis amigos.
— ¿Que vas a hacer?— escuchó la voz de Danna en mi oído y suspiro.
— Ahora mismo estudiar.
— ¿Y en unas semanas cuando te vayas a Nueva York?
— Irme con Millo y fin.
— Decisión inteligente querida amiga mía, quédate con el que te ame y no con el que ames.
— Danna eso suena horrible, yo quiero a Millo— le digo— y lo sabes.
— ¿Sabes que? No vamos a seguir hablando de este tema y de ese tal Ovidio...
— Shhh— le digo— Pero si, no tiene sentido. Por que se acabo.
En ese momento todos nuestros amigos llegan a nuestro salón y ambas dejamos de hablar.
— Miren a la futura señora Arteaga, tan estudiosa como siempre la chiquilla— dice Eduardo, el mejor amigo de Millo cuando entra al salón junto con los demás.

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Herencia prohibida | OVIDIO GUZMÁN |
FanfictionNatalia Ortega siempre trato de mantenerse alejada de los negocios de su padre, aun que al cumplir 18 todo cambio, pues hubo algo en aquel negocio que llamó su atención por completo. Alguien. Ovidio la había atrapado y era algo de lo cual ella nunca...