Sol de verano

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El sol brillando con intensidad sobre el claro y despejado cielo azúl, besando con sus rayos suelo griego, elevando la temperatura hasta los 40°. Un día habitual de verano en tierras helénicas.

El primer día de clases para todos los estudiantes, desde nivel básico hasta las universidades. Las vacaciones habían concluido, y era hora de volver a la rutina, ya fuera para reencontrarse con viejos conocidos, o iniciar una nueva etapa en la vida.

— ¿Listo para tu primer día, futuro psicólogo?

— Eso espero, Def.- Respondió con una sonrisa a la pregunta de su mejor amigo.- Gracias por acompañarme.

— No es nada, Mita. Me queda de paso al trabajo de todos modos.

— Perdón por tener consideración entonces, venerable anciano.- Rió el Omega, contagiando a su amigo.- Olvidaba que me sacas seis interminables años.

— Seis años hacen bastante diferencia.- Sonrió ligeramente el Delta, mientras iniciaban su andar.- Prácticamente te conozco desde antes de que nacieras.

— Solo tres meses antes de que naciera.- Bromeó el blondo con aquel dato.- Para cuando mis padres se mudaron a este lugar, cerca de mi tío y Manigoldo, y tú y tu hermano aparecieron en el radar, mi madre ya tenía seis meses de embarazo.

Solo tuvieron que dar unos cuantos pasos para llegar hasta la motocicleta de Defteros, y una vez ahí, el Delta le entregó un casco, que Asmita no tardó en colocarse.

— Lo sé, y recuerdo que desde que eras un bebé, eras un pequeño demonio con cara de ángel... Y como desde siempre tenía que separarlos a ti y a Aspros, con ayuda de Manigoldo.- Mencionó el mayor, colocándose su propio casco.- Por cierto, hablando de él...

— Ya sé, está ocupado.- Interrumpió el rubio.- La mudanza y su ascenso en el trabajo le consumen demasiado tiempo. Lo entiendo.

Defteros se quedó callado por unos segundos, intentando descifrar las verdaderas emociones en las palabras de Asmita, ocultas bajo la mica polarizada del casco que cubría su rostro.

— No era eso a lo que me refería, Mita.

— ¿Y entonces a qué, Def?

— ¿De verdad volvieron de nuevo?

A pesar de la cubierta del casco, Asmita desvió la mirada, agachando la cabeza, huyendo de los ojos azulados de Defteros.

— Mita, ¿por qué lo aceptaste de regreso?

El joven Omega no respondió nada, solo agradecía mentalmente que el casco cubriera su rostro, impidiéndole a su mejor amigo ver su compungida expresión.

— Asmita, los dos sabemos muy bien lo que pasó, y que no era la primera vez.- Añadió el Delta, adoptando un tono más serio.- Tú mismo viste todas las pruebas.

— Él me buscó dos semanas después.- Confesó finalmente.- Admitió todo, y aceptó que sí me engañó con todas esa personas.

— ¿Y entonces por qué le diste otra oportunidad?- Cuestionó el moreno.

— Lo hablamos, hicimos varios acuerdos y decidimos volver a intentarlo.- Respondió Asmita.- ¿Tú cómo te enteraste?, ¿desde cuándo volvieron a hablarse?

— No me enteré por él. Aspros sigue enfadado conmigo, igual que nuestros padres y toda la familia, y llamándome traidor y mal hermano por haber expuesto sus infidelidades y "hacer que lo dejaras."- Aclaró.- Me enteré por Sísifo. En las oficinas los rumores se esparcen como pólvora.

Asmita suspiró, y permaneció en silencio por unos segundos, hasta finalmente decir algo:

— ¿Alguien más sabe?

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