Destino

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Bien dicen que no hay plazo que no se cumpla, y había sido testigo de ello.

La audiencia se llevó a cabo en la fecha pactada, y ninguna de las partes cedió ante la otra. Aspros se mantuvo firme en su exigencia por la custodia completa, y Úrsula le dió el gusto.

El Delta sintió el suelo hundirse bajo sus pies en cuanto la Beta y su abogado accedieron y el juez dió el veredicto final... Había arriesgado todo y era tarde para arrepentirse. Así concluyó aquella citación.

Dos semanas posteriores a eso, de nuevo se vieron cara a cara para la firma de los documentos correspondientes. Úrsula seguía temblando, pero nada la detuvo de firmar y aceptar todos los acuerdos, desde la entrega de la custodia total de ambos niños y la renuncia a sus derechos como madre, hasta la compensación por daños que dictaminó el juez.

Así había terminado en su situación actual...

— Entonces, ¿oficialmente están bajo tu cuidado?

— ¿Eres sordo o simplemente tonto?- Bufó ante la pregunta de Kardia, tallándose las sienes.

— Hey, cálmate.- Replicó el Alpha.- Entiendo si estás cansado, pero nadie tiene la culpa.

El Delta solo suspiró, peinando su flequillo como solía hacer en sus momentos de mayor estrés.

Después de la reunión que ponía fin a ese pleito legal, todos se habían reunido en casa de Asmita para dar la noticia del futuro de los gemelos.

— Ignóralo, Kardia. Solo está haciendo un berrinche porque no se salió con la suya.- Rió ligeramente Fyodor, sentado en una de las sillas del comedor.- Después se le pasa.

— Tú no te metas, Schröder.

— Tú no eres mi dueño, idiota.- Respondió el Omega.- Yo te advertí de las mañas de esa bruja y aún así fuiste y te metiste con ella, así que ahora no te quejes de que el karma te dió una patada en el culo.

— Arschloch*

— Al menos yo sí planeé mi embarazo.- Respondió con burla el Omega.

— Scheisskerl*

— Gracias por el halago, Aspros.

El Delta solo pudo gruñir con frustración, volviendo a ocultar su rostro entre sus manos.

La mayoría de los presentes no tenían idea de qué rayos le había dicho a Fyodor ni el porqué de las respuestas del Omega, con un par de excepciones que intentaban contener la risa.

— Manigoldo...

— ¿Qué?- Replicó el Alpha ante el llamado de atención de su primo.- Él se lo buscó.

Fyodor solo sonrió de lado, tomándose unos segundos para observar a Aspros rechinar los dientes y golpetear el suelo con la suela de su zapato.

— En vez de llorar como princesita berrinchuda, empieza a buscar una guardería para tus hijos, y a buscar otro modelo de auto en el que puedas trasladarlos.- Siguió hablando Fyodor, captando la atención del Delta de nuevo.- No eres tan tonto para siquiera considerar llevar a dos bebés en un Lamborghini Diablo, ¿verdad?

— No lo subestimes, Schröder.- Habló Manigoldo.- Cada vez se esmera más en superarse.

Aspros volvió a gruñir, intentando levantarse de su lugar, a punto de comenzar una pelea, pero Asmita intervino.

— ¡Ya basta!- Exigió el Omega rubio.- Los bebés están durmiendo en el piso de arriba, Kanon está de muy mal humor, y pobre del que lo despierte.

— Como sea.- Suspiró Aspros, incapaz de alegar algo ante la presencia de ese Omega.- Ya veré cómo me las arreglo. A partir de hoy son mi problema.

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