El fin de semana de ensueño en Santorini había sido una maravilla, hasta que a su retorno, tuvo que enfrentar las consecuencias de sus actos.
Los reproches de toda su familia no se hicieron esperar, y la tensión solo empeoró aún más. Al grado de que Manigoldo y Aspros llegaron a los golpes, teniendo que ser separados y contenidos por todos los demás presentes.
Por suerte, y tras una larga e incómoda conversación de sus padres con él y Aspros, la mayoría de los problemas se resolvieron.
El desprecio hacia el Delta seguía siendo evidente, pero no tenían otra opción más que aceptar la relación.
— Oye, Mita.
— ¿Pasa algo, Kardia?- Suspiró, secando el sudor de su frente con un pequeño pañuelo.
— Hoy es tu cumpleaños, ¿cierto?
— Sí. A partir de hoy tenemos la misma edad por un mes.- Sonrió, bromeando con aquel detalle.- ¿Por qué?
Los días habían pasado volando, de nuevo el fin de semana había llegado, y con él, el ajetreo típico y esperado de un viernes por la tarde-noche, especialmente con el espectáculo de música en vivo que la banda de Kardia ofrecería. Así que, a pesar de ser su cumpleaños, tuvo que quedarse un par de horas más.
— Felíz cumpleaños.- Sonrió el peli-violeta, ofreciéndole una porción de pastel en un recipiente desechable, decorado con un pequeño lazo rosa, y algunos detalles de flores de igual color y estrellas doradas.- Toma este como una parte de mi regalo.
— Gracias.- Respondió con timidez y un tenue rubor en las mejillas.
Después de todo lo ocurrido una semana atrás, absolutamente nadie había mostrado demasiado entusiasmo por su cumpleaños. El único que le había ofrecido una felicitación y un abrazo había sido Defteros, los demás ni siquiera tocaron el tema.
Bueno, tampoco podía culparlos por seguir molestos con él, no después de cómo se comportó y lo grosero que fue. Podía entender a su familia y amigos, pero no la indiferencia de Aspros y que parecía haberlo olvidado por completo.
Pero ese pequeño gesto por parte de Kardia, había logrado alegrarlo y hacer su día menos amargo.
— No olvidaste que prometí presentarte a los chicos, ¿verdad?
— ¿Lo decías en serio?
— Por supuesto. Incluso mamá Degel prometió venir hoy.- Afirmó el Alpha, alzando la vista, justo a tiempo para notar una melena verdosa a la distancia.- Y hablando del rey de Roma...
Asmita dirigió su vista al mismo punto que su colega, y rápidamente notó a aquel joven, que no tardó mucho en acercarse.
Piel pálida, largos cabellos verdes perfectamente peinados, y unos enigmáticos ojos púrpura, enmarcados por un par de anteojos. Todo, enfundado en un traje de color marrón, totalmente formal. Y para coronar, un fresco y sutil aroma a limón.
Un hombre en extremo elegante y atractivo, debía admitir, aunque algo intimidante a la vez. Totalmente opuesto a Kardia.
— Casi llegas tarde, mamá.- Bromeó Kardia, recargándose en el hombro del recién llegado.- Mi presentación ya casi comienza, creí que no llegarías.
— Kardia...
— Relájate, aromatizante andante. Sabes que solo bromeo.- Rió el peli-violeta, golpeándole suavemente el hombro.
El aroma a limón se hizo ligeramente ácido, aunque no a un punto desagradable, delatando el pequeño enojo en su dueño.
Sin embargo, el Alpha peli-verde solo suspiró y acomodó los anteojos sobre el puente de su nariz, devolviendo su aroma a su estado inicial, antes de preguntar por la presencia del Omega.
ESTÁS LEYENDO
Rosas de Mayo
FanfictionEn Mayo le regaló las primeras rosas. En Mayo nació un amor, que con el tiempo se marchitó hasta perecer. En Mayo su corazón fue curado completamente, recuperando la capacidad de amar profundamente a alguien. En Mayo brotaron las rosas más bellas, h...