Futuro

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— Recuérdenme una vez más porqué vine.

— Porque necesitábamos ayuda para controlar a los adolescentes y el niño que vinieron con nosotros, querido Mani.- Respondió Kardia a su lado.- Solo dos adultos no nos daríamos a basto.

— ¿Y para qué vino Hasgard entonces?

— Ni me mires. Yo vine por mi cuenta.- Alegó el albino.- Aunque conociéndolos como los conozco, es probable que termine evitando que alguien se caiga a la piscina a medianoche, o metiéndose en una pelea.

— ¿Y por qué vino Sísifo entonces?- Replicó el Alpha, mientras recogían el equipaje.

— Yo vine por trabajo, y de paso, para vigilar a mi sobrino.- Se excusó el Omega.

— ¿Por él, o más bien para sorprender en San Valentín a cierto Delta?

La pregunta y la mirada pícara de Manigoldo fueron suficientes para causar un tenue sonrojo en las mejillas de Sísifo, haciéndolo desviar la mirada apenas tuvo su equipaje en las manos.

— No dejes que la envidia te domine, Mani.- Habló Asmita, riendo suavemente.- Ya te llegará el momento a tí también... Quizás en otra vida, porque hay que estar loco o quererte mucho para soportarte, pero llegará.

— Muy gracioso, rubio cabrón.

Asmita solo se encogió de hombros, sonriendo con cinismo, antes de acercarse a Kardia y dejar un corto beso en los labios del Alpha.

Una vez que todos tuvieron sus maletas en mano, abandonaron el aeropuerto para abordar unos taxis y finalmente, tras algunos minutos de tráfico, llegar al hotel donde tenían las reservaciones.

— ¿Estás bien, Sis?

— Claro, Asmita.

— Te noto algo nervioso.

— No es nada.- Negó el mayor, tamborileando con sus dedos sobre la madera del recibidor de la recepción, mientras esperaban las llaves.- ¿Kardia y tú ya pensaron qué hacer con Atla?

— Dormirá con nosotros. Manigoldo ya tiene más que suficiente con Shion y sus ronquidos, Hasgard ya bastante nos está ayudando al aceptar a Dohko, y Tokusa y Yuzuriha probablemente terminen arrojándolo por la ventana por error.- Respondió el blondo, deteniendo sus palabras únicamente para recibir las llaves al lado de Sísifo.- Pero no me cambies el tema. Tú y yo sabemos muy bien a qué veniste en realidad.

Sísifo solo se mantuvo callado, desviando la mirada al sentirse descubierto.

— Relájate. Estoy seguro de que ese cabeza hueca estará feliz de verte.- Añadió Asmita con una sonrisa.- ¿Necesitas que nos encarguemos de Regulus por unas horas en la noche?

— Gracias, pero no es necesario.- Respondió el castaño con una pequeña sonrisa nerviosa.- Solo haremos unos informes durante una cena en el restaurante y nada más.

— Seguro que sí.- Canturreó Asmita, antes de reunirse con el resto del grupo y comenzar a entregar las llaves de las habitaciones.

Sísifo se tomó unos segundos para controlar el sonrojo en sus mejillas y calmar su nerviosismo antes de seguir el ejemplo de Asmita y entregar las llaves restantes. Realmente no tenía contemplado nada, ni siquiera sabría cómo reaccionar si las cosas tomaban un rumbo distinto... No, debía concentrarse en terminar los asuntos del trabajo. Después habría tiempo para los asuntos personales.

— ¿Cuánto tiempo crees que logren mantener la distancia?- Preguntó Kardia con una ligera burla impregnada en su voz, una vez a solas en su habitación.

Asmita dejó escapar una pequeña risa, mientras terminaba de desempacar algunas cosas.

— Con mucha suerte, un día.- Respondió a la pregunta, girandose para ver al Alpha.- ¿Y tú?

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