Parte 7

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Abordó

Pasaron otra noche en vela, aún oculto por el cielo previo al amanecer, con Hipo decidido a llegar a la costa sureste de Wessex con las primeras luces del día. Quería descansar un día completo antes de atreverse a cruzar el Canal de la Mancha. Estaba mucho más preocupado por eso que Chimuelo, y encontraba la preocupación de Hipo más insultante que cualquier otra cosa.

"¿Así que qué edad tienes?" Preguntó Hipo. Las preguntas que se le habían ocurrido hasta ahora eran inofensivas y nada personales, como si quisiera solidificar su comprensión de Chimuelo desde cero.

::¿Edad?::

Hipo se encontró con el problema de comunicación antes: los dragones tenían diferentes frases o métodos para realizar un seguimiento de las cosas que los humanos consideraban importantes.

"¿Cuántos... inviernos has visto?" el intentó.

Pasó un momento de silencio antes de que Chimuelo se diera cuenta de que Hipo estaba tratando de medir el tiempo transcurrido desde su eclosión.

::No puedo decirlo realmente. Durante la mayor parte de mi vida había estado con mi manada, y no medimos el tiempo por las estaciones:

"¡Espera!" Hipo interrumpió. "¿Hay otras Furias Nocturnas?... Ah, por supuesto que las hay si tu existes. Quiero decir, no puedes haber sido el único... ¡Lo siento! ¡Lo siento! Sueno muy estúpido, lo sé. Pero tú siempre... Parecías ser el único que atacaba la aldea. Supongo que nosotros... te convertimos en una especie de ícono singular..."

::Mmm. No es que me importe. Es agradable que se me muestre la reverencia adecuada::

Hipo resopló. Y luego tosió, habiendo inhalado accidentalmente una nube por la que estaban pasando.

Había algunos temas que la pareja no había llegado a abordar. Como la guerra.

Llegaría con el tiempo (Hipo no podía evitar hablar de Berk para siempre), pero Chimuelo encontró reconfortante ver a Hipo hablando de la guerra con tanta naturalidad, como si su pasado no los hubiera tocado. Su humano parecía más preocupado por el concepto de su conducción.

::Es porque yo era el único de mi especie en la región:: Chimuelo hizo una pausa, preguntándose por dónde empezar. ::Déjame contarte algo sobre mi manada... TatqiqKivgaq (Furias Nocturnas, como nos habéis llamado los humanos) son un clan de... nómadas. Somos nómadas periódicos. Tenemos dos... ¿momentos? ¡Estaciones! Tenemos dos estaciones. Como tus inviernos y tus veranos. Nos referimos a ellos como Hechizos: el Descanso y el Itinerante.

::Gran parte de nuestro tiempo lo pasamos en una tierra en la cima del mundo, donde el sol no aparece en muchos, muchos patrones lunares. Ese es nuestro hechizo de Descanso. Cuando sale el sol, seguimos a la luna hasta que regresa la época sin sol. Ese es nuestro hechizo itinerante. Los de mi especie tienden a evitar la luz a toda costa. No fue hasta que me separé de mi manada que aprendí a vivir bajo su calor:

"Wow", pronunció Hipo. Por el momento, todas las demás palabras le fallaron.

Sólo había pasado aproximadamente un día desde la visión del sueño, e Hipo sintió que nunca superaría el asombro de tener semejante fuente de conocimiento disponible para él. La voz que escuchó, profunda, vacilante, juvenil, las palabras que intercambió con un dragón , fueron su única prueba de que Gurdid, de que el sueño, era real.

El viento que le azotaba la cara le dijo que ahora no estaba soñando.

"Entonces... eres migratorio con la noche... eh, o lo eras ... supongo. Tus estaciones son diferentes... no en años como los que contamos. ¿No tienes forma de saber cuánto tiempo has estado vivo?"

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