Parte 37

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Resumen:

La aceptación y reputación de Hipo se vuelve más grande y Patán se ve amenazado por su presencia, decide tomar medidas drásticas.

Holmganga

::¿Qué le pasa al humano?::

Chimuelo no respondió. Su cabeza permaneció sobre sus patas cruzadas, aunque una aleta de su oreja se movió.

::¿Qué le pasa?:: repitió el Cortaleña.

El labio del Cortaleña se curvó.

::Cállate . Su nombre es Hipo. Por última vez, olvidada por Tiamat.

El Cortaleña le hizo un gesto con la lengua a Chimuelo en un gesto bastante grosero.

::Qué nombre tan estúpido para tu humano. Se me podría ocurrir uno mucho mejor...::

::¡Bueno, él no es tu humano!::

Basta ya!"

Chimuelo miró hacia arriba, con las orejas pegadas al cráneo, mientras espiaba la parte inferior de la rama en la que Hipo descansaba. El niño tenía un brazo sobre los ojos para bloquear la luz del día y una pierna colgando sobre la rama ancha. Hipo había insistido en que quería dormir un poco antes de llevar a Astrid a la isla. La niña prometió empezar a volar hoy.

::Ya has elegido a la hembra:: Chimuelo continuó en un tono mucho más tranquilo.

El Cortaleña levantó la cabeza y movió la cola detrás de él.

::Disfruto de su presencia. Es fuerte, pero necesita protección. Puedo sentirlo, esta triste::

La Pesadilla Monstruosa resopló desde su roca iluminada por el sol, un anillo de humo se elevó desde cada fosa nasal.

::Parece bastante capaz...para ser humana:: comentó.

Chimuelo miró al dragón mayor con interés. ::¿Qué piensas de los demás humanos?::

::Los Similares eran demasiado rebeldes:: decidió el Cortaleña.

::No estaba hablando contigo :: espetó Chimuelo.

::Los Similares eran bastante enérgicos para mi gusto:: la Pesadilla asintió lentamente. ::Aunque la hembra hizo un trabajo inteligente con esas manos. El grande carecía de cierta presencia. Demasiado dócil::

Chimuelo se acomodó de nuevo, las comisuras de su boca se curvaron hasta formar un ceño fruncido, como lo puede hacer un dragón. Sabía que Hipo había estado esperando que la Pesadilla se uniera a un humano, ya que también sentía la presión compartida de crear más jinetes. El hecho de que la Pesadilla no se sintiera cómoda con los otros humanos significaba que traería más a la isla, lo que significaba encontrar más humanos dispuestos a hacerse amigos de los dragones.

Hablando de eso...

::Hipo:: habló, nuevamente en voz baja, como para crear un suave empujón con sus palabras. ::Ya casi es la hora::

Por encima de él, el chico suspiró: "Sí, lo sé".

Los movimientos de Hipo eran lentos mientras se sentaba, y emitió un gemido bajo junto a unos trozos de corteza desgastada. El chico se dejó caer de la rama sin apenas apoyo, y aterrizó en cuclillas. Chimuelo hizo lo mismo; con el letargo de su humano de alguna manera contagioso, ponerse de pie requirió más esfuerzo del que esperaba.

Chimuelo no necesitaba ver los ojos hundidos y las líneas alrededor de su boca para saber que Hipo no había podido dormir ni un segundo durante su "siesta". No era solo el estrés lo que le impedía descansar. Algo andaba muy mal.

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