Capitulo Dos.- I have to go.

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Hanagaki Takemichi

—Qué gracioso —dijo una chica con una sonrisa sarcástica.

—Espera, creo que ya te he visto antes —comentó mientras me observaba con atención, hasta que finalmente pareció reconocerme—. Eres Hanagaki Takemichi, ¿no es así?

—¿Qué?

—Vamos —dijo, girándose completamente hacia mí—. ¿Ser capitán se te subió a la cabeza? —bromeó, soltando una pequeña risa—. Soy el teniente de la segunda división, Shiba Hakkai.

—¿Qué? ¿Te refieres a la segunda división de ToMan? —pregunté sorprendido, sintiendo un nudo en el estómago.

—¡Vámonos de una vez! —interrumpió su acompañante, con un tono impaciente.

—¡Esfúmate! —se quejó Hakkai, volteándose molesto para ver a su acompañante—. La pista de bolos me llama.

—¿Todavía te llama? —replicó ella, irritada, mientras se sujetaba el cabello en un moño apresurado.

—Al menos que juegue diez partidos, no siento que haya jugado —respondió tranquilamente, preparándose para lanzar.

—¿No puedes usar esa energía en otra cosa?

—¡Ya estamos aquí, debo aprovecharlo al máximo! —dijo entusiasmado, con los ojos brillando de emoción.

La voz de Hakkai me recordó lo que Kazutora me había dicho y dónde lo había visto. Fue en aquel restaurante, antes de que nos atraparan a Chifuyu y a mí.

—¡Es de Black Dragon! —exclamé, retrocediendo un paso, asustado y sorprendido.

—¿Qué pasa? —preguntó Hakkai, esta vez mirándome directamente.

—No, nada —mentí, tratando de disimular mi nerviosismo—. Tu presencia me pone un poco nervioso.

—Mi capitán ha hablado mucho de ti —sonrió Hakkai; este es muy diferente al del futuro que conocí.

No puedo entender cómo es que un miembro de Black Dragon sea ahora teniente en ToMan. No entiendo nada...

—Hakkai Shiba es el undécimo líder de Black Dragon —me había dicho Kazutora sin apartar la vista del volante—. Dicen que el bastardo asesinó al último líder por dinero y se apoderó de Black Dragon.

—¿Mató a alguien por dinero?

Eso fue lo que me dijo Kazutora. En estos momentos estaba sentado al lado de Hina. Mientras ella observaba, yo no podía dejar de pensar.

—Es alto y delgado —dijo Hina tranquilamente, pero eso de alguna manera me alteró.

—¡Hina!

—¿Qué? —no dije nada y me levanté para observar cómo Hakkai lanzaba la bola de bolos y conseguía una chuza. Él se giró a verme y sonrió, orgulloso de su victoria. Me acerqué a la pista, decidido a demostrarle que no era el único bueno en esto.

Me coloqué frente a la pista y, antes de lanzar, me giré para mirarlo. Cuando notó mi mirada, solo le sonreí. Lancé la bola y también conseguí una chuza.

—¡Vaya! —lo miré con orgullo mientras él ya sostenía otra bola; parecía que habíamos comenzado una competencia amistosa y Hina se llevaba bien con la otra chica.

—Sí, usa la bola más pesada —dijo Hakkai respondiendo a algo que Hina había comentado. Me giré incrédulo para ver cómo sostenía una bola de ocho kilos, lo que indicaba un nivel profesional. Seguimos jugando, hasta que nos detuvimos en un juego de fuerza, uno en donde golpeas un saco y te muestra tu fuerza.

Mi querido Mikey - Segunda Temporada Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora