Capitulo 10.--- Encuentros inesperados y despedidas no deseadas.

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Hanagaki Takemichi

No podía creer lo que estaba viendo. Estaba seguro de que la persona que tenía frente a mí era la misma ___ que conocía, pero al mirarla más de cerca, me di cuenta de que estaba equivocado. Llevaba cubrebocas, y aunque sus ojos me resultaban familiares, al observarla bien, me di cuenta de que no era ella.

—¿Quién es ___?—, escuché que volvió a preguntar, mientras me observaba con atención. Parecía que había captado su interés.

—O-Oye—, traté de hablar, pero los nervios me traicionaron—. ¿Quién eres tú?

El chico frunció el ceño, claramente confundido.

—¿Qué?—, me miraba incrédulo, como si no entendiera qué estaba pasando.

—Mira, la verdad es que estoy algo confuso...

—¿Hanagaki?—, una voz más grave se unió de repente a la conversación.

El chico miró detrás de mí y se levantó rápidamente, como si algo lo hubiera alertado.

—Olvídalo—, murmuró antes de irse apresuradamente pero a la vez tranquilo, dejándome completamente solo en compañía del recién llegado.

—¿Hanagaki?—, volvió a preguntar la voz grave, y me giré, aún algo aturdido.

—¿Qué? ¿Sí?—, respondí, encontrándome con un hombre de gafas que me observaba con seriedad.

—Eres Hanagaki Takemichi, ¿verdad?—, insistió, asegurándose de que realmente era yo o quizás esperando haberse equivocado.

—¿Naoto?—, dije incrédulo, como si este día estuviera decidido a mantenerme en un constante estado de confusión.

El hombre de gafas me miró con una leve sonrisa, pero su expresión no perdió esa seriedad que parecía parte de su naturaleza.

—Un gusto conocerte, Hanagaki—, dijo, manteniendo su tono firme y profesional.--- Soy Masato Tachibana, el padre de Hinata y Naoto.

—¿Qué? ¿El padre de Hina?—, murmuré, entrando en razón de repente. Al comprender quién estaba frente a mí, me incliné rápidamente en señal de respeto. —¡Lo siento! ¡Disculpe!—, exclamé, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas mientras intentaba corregir mi torpe reacción inicial.

Cafetería Koshaku...

—Mi esposa me ha hablado mucho de ti—, dijo mientras daba un sorbo a su café. Su tono era calmado, pero había algo en su mirada que me ponía nervioso. —Sales con mi hija, ¿no?

Santo cielo, es su papá en persona. Aunque tengo 26 años, ¡me siento increíblemente tenso!

—No estés tan nervioso—, dijo con una leve risa que intentaba aliviar la tensión en el ambiente. —No te arrancaré la cabeza..

—Es que... Bueno...

—Casi no tengo tiempo para estar con mis hijos—, dijo mientras daba otro sorbo a su café. —Solo me entero por mi esposa—. Miró la mesa con una expresión de pesar. —Es difícil para Naoto; no me extraña que odie mi trabajo. Desde que nació, casi nunca estoy en casa, así que no pasamos tiempo juntos.

Me relajé un poco al escuchar su sinceridad.

—Pero el otro día me dijo esto: "Quiero ser oficial de policía". Eso es gracias a ti, ¿no?

—¿Qué?

—No sé qué le dijiste, pero gracias. Estoy agradecido —dijo mientras hacía una reverencia.

Mi querido Mikey - Segunda Temporada Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora