—¿Qué dijiste, imbécil? —gritó Chifuyu, sosteniendo a un integrante de Toman por el cuello, su voz llena de furia—. ¡Te reto a que lo repitas!
El azabache lo miraba con rabia, intentando mantenerse firme pese a la presión del agarre.
—¡Solo eres un adulador del capitán! —espetó el chico, logrando zafarse de un manotazo y tomando distancia rápidamente.
Otro miembro, de piel morena, intervino con el rostro lleno de desdén.
—¡Te uniste después de nosotros! Deja de ser tan arrogante, Matsuno.
—Y además, eres un año menor que nosotros —añadió otro, su tono goteando desprecio.
Rápidamente, Chifuyu se lanzó hacia los que lo habían desafiado, propinando golpes directos a sus rostros y luego a sus cuerpos con una precisión implacable. Los otros miembros, sorprendidos por su reacción, comenzaron a maldecirlo y a repetir, una vez más, que era un arrogante. Quizás, en ese momento, Chifuyu lo era, pero no iba a permitir que lo humillaran frente a los demás.
—Basura. Nunca me vencerás —dijo Chifuyu con frialdad, mirando desde arriba al miembro caído, que ahora yacía en el suelo, derrotado y jadeante. Sus ojos estaban llenos de determinación y desdén, dejando claro que no permitiría que nadie lo menospreciara ni pusiera en duda su fuerza.
De pronto, el sonido de una motocicleta captó la atención de todos los chicos. Chifuyu entrecerró los ojos, tratando de ver quién se acercaba, pero la luz cegadora de los faros le impedía distinguir claramente. Sin embargo, se reincorporó rápidamente, preparado para cualquier cosa.
—¡Es Baji! —exclamó uno de los chicos al reconocer al recién llegado.
Baji permanecía sobre su moto, observando la escena con seriedad. Su mirada se posó en Chifuyu, su expresión implacable.
—¿Qué diablos están haciendo? —preguntó Baji con voz firme.
—¡Buenas noches, capitán! —gritaron todos al unísono, excepto Chifuyu, que mantenía su mirada fija en Baji.
Baji apagó la moto y descendió con pasos decididos, acercándose a Chifuyu. Ambos se miraron fijamente, sin decir una palabra. La tensión en el aire era palpable. De repente, Baji lanzó un puñetazo directo a Chifuyu, quien cayó al suelo por la fuerza del impacto. Sin darle tiempo a reaccionar, Baji continuó golpeándolo, uno tras otro, sin misericordia.
Los demás chicos se pusieron tensos, algunos mirando con incomodidad, mientras que aquellos a los que Chifuyu había golpeado anteriormente no pudieron evitar sentir una ligera satisfacción al verlo recibir el castigo.
Había pasado un buen rato desde que los otros miembros de la pandilla se habían marchado, dejando a Chifuyu y Baji solos en el lugar. La atmósfera seguía tensa, pero el silencio se había asentado entre ellos.
Baji, de espaldas a Chifuyu, rompió el silencio.
—No causes problemas en la división —dijo con firmeza, su voz cargada de autoridad.
Chifuyu, con el rostro adolorido y la mirada fija en Baji.
—Pero esos idiotas... —empezó a decir, pero Baji lo interrumpió.
—Ya no estás solo, Chifuyu.
El joven ojiverde paso saliva.
—¡Me uní a Toman porque te admiro, Baji! —exclamó con vehemencia, esperando que Baji comprendiera lo que eso significaba para él.
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Mi querido Mikey - Segunda Temporada Tokyo Revengers
FanfictionNo siempre es bueno hacer promesas, porque es compremeterse a algo que posiblemente no este en tus manos. Pero, tambien hay personas que logran cumplirlas y tienen un final feliz, ¿nosotros tambien podremos ser unos de ellos?. ¿soy egoista por quer...