Capitulo 05

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-¿De cuánto estamos hablando? - Ama pregunta en un susurro, sentada en el sofá justo al lado de Amy.
 
En la pantalla del televisor una película de Disney estaba pausada mientras que se escuchaba el microondas desde la cocina, donde Abril se encontraba preparando las palomitas, canturreando mientros esperaba a que estuvieran listas.
 
-De mucho- Amy dice abriendo los ojos pero manteniendo el tono de voz bajo para que su madre no pueda oirla- Igual que... ¡Igual que cuando aquel chico pelinegro que venia a la panadería todos los dias y olia demasiado a mora!
 
Ama abre los ojos con sorpresa pero una sonrisa se dibuja en su cora
 
-Esto es.. interesante. Tu madre no suele usar mucho perfume-se gira para mirar bien a su sobrina y sonrie cómplice.-. Amy Garza, necesito que me vayas informando
 
-Oh lo haré, te puedes unir a mi equipo con Lucas
 
Ama sonrie divertida.
 
-Estoy dentro
 
Amy sonrie emocionada y asiente, como si aquello probara su punto
 
Para Amy, todo aquello era fascinante porque por primera vez desde que ella nació, ve a su madre sentir algo por alguien más. Y si es sincera Amy adora a su entrenadora, la forma en la que le cuenta cosas de sus hermanas pequeñas, le enseña a jugar un deporte que le apasiona y es súper amable, divertida y pone nerviasa a su mamá.
 
Asi que si tiene que compartir a su persona favorita en el mundo con alguien, le gustaria que fuera con su entrenadora Samy.
 
-¿Tú cómo sabías que te gustaba el chico de los tatuajes? -pregunta entonces con curiosidad.
 
Ama suelta una pequeña risa, un tonto sorprendida ante la pregunta.
 
-Pues porque cuando lo veo me siento bien y me hace sonreir mucho. -intenta responder simple para que la pequeña castaña pueda entenderia.
 
-La entrenadora Samy hace sonreir a mamá -exclama un poco fuerte y enseguida se tapa la boca con ambas manos -¿Cómo te hace sonreir si no te gustan los tatuajes?
 
Ama vuelve a reir y niego.
 
-No nos tienen que gustar las mismos cosas para que me haga sonreír, pero si te soy sincera el cree que me gustan mucho los tatuajes.

La castaña frunce el ceño y mira a su tía con sorpresa.
 
-¿Pero eso no es mentir?
 
-No, porque los suyos me gustan mucho.
 
Amy asiente y sonrie.
 
-¿Y qué más?
 
-Bueno, pues, también quiero pasar más tiempo con el, ver películas juntos y esas cosas cursis que hacen en los películas
 
Amy frunce levemente el ceño pero sonríe con emoción, repasando mentalmente todos las películas románticas de Disney que habia visto con su madre
 
-¿Quieres darle besos en los labios todo el rato y que sea tu novio? - Ama sonríe divertida.
 
-Si, algo así
 
La pequeña asiente, procesando toda aquella información.
 
-¿Y cómo sabemos si mamá y la entrenadora Samy quieren eso también?
 
-Pues
 
-¡Las palomitas ya están! - Abril exclama mientras entro en la sala con el bol de palomitos entre sus manos y una sonrisa dibujada en su rostro.
 
Amy y Ama se miran con sonrisas cómplices en sus rostros justo antes de que Jenna ponga en marcha la pelicula
 
[...]
 
Samantha se despide de los chicos que corren hasta lo entrada del campo de fútbol con una gran sonrisa dibujada en su rostro. El sol alumbraba su piel y una agradable brisa bailaba a su alrededor haciendo que tomara aire, un aire que olia a césped, a sol y a la transición del verano al otoño.
 
Ve que todos han salido del campo de fútbol, asi que se da lo vuelta para encontrarse en el suelo sentada a la pequeña Amy.
 
-¿Qué haces aquí? - Samantha le pregunta sentándose a su lado
 
-¡Esperarte!-exclama con eso habitual sonrisa a la que Samantha se acostumbraba cada vez más - Mi mamá llegará tarde otra vez
 
Samantha asiente, feliz de que eso sea asi.
 
Aunque quizás nunca admita eso en voz alta.
 
-Bueno no pasa nada, seguro que no tarda mucho en llegar

Amy asiente y se queda mirando al cielo azul por unos segundos, apreciando el sol de la tarde que abraza su piel, la brisa que huele a tierra mojada y las nubes que baillan a través del cielo.
 
-Entrenadora Samy, ¿puedo preguntarle algo?
 
-Claro - Samantha apoyo sus manos en el césped detrás de su espalda, acomodándose para mirar a la pequeña.
 
-¿Cómo sabes que te gusta alguien?
 
A Samantha aquella pregunta le toma completamente por sorpresa, pero enseguida lo disfraza con una pequeña sonrisa.
 
-¿A qué viene esa pregunta, cielo?
 
Amy suelta una pequeña risa y se encoge de hombros con la mayor sonrisa dibujada en sus labios
 
-Mi profesora dice que una mente curiosa debe ser alimentada de respuestas, jamás hay que cerrar las puertas del conocimiento.
 
Samantha no puede evitar soltar una leve risa ante aquella respuesta. Sin duda Amy era una niña especial, y mentiria si dijera que con cada semana que pasa su cariño por ella no crece.
 
Igual son estos momentos, los pequeños minutos que tienen para hablar de cualquier cosa y oir las aventuras de la pequeña, la forma en lo que ama a su madre y a esa tal Ama, Igual son esos pequeños momentos que tan solo pasa con ella que le hacen sentir un cierto apego. Y puede que pensar que su madre es la mujer más preciosa que ha visto en su vida también tengo algo que ver.
 
-Ya veo - Samantha asiente. -Pues supongo que cuando sientes cosas extrañas en tu tripa que te hacen sentir nerviosa
 
-¿Mariposas? -Amy pregunta frunciendo el ceño.
 
- Murciélagos. -dice haciéndole cosquillas en las caderas
 
Amy se rie escandalosamente y cuando Samantha aparta las manos ella lo mira con ojos brillantes.
 
-¿Y te hacen sonreir?
 
-Si, y quieres ver tus películas favoritas con esa persona, pasar todo el tiempo posible con ellos, hacerles pequeños detalles para ver su sonrisa todo el tiempo o invitarlos a citas-la pequeña castaña frunce el ceño ante eso último.

-Yo hago eso con mi mamá y Ama, ¿eso es una cita?
 
Samantha rie y niega
 
-Tan solo es una cita cuando las dos personas se guston y quieren que sea una cita
 
Los ojos de Amy se abren y asiente, una sonrisa divertida se dibujo en su rostro
 
-¿Y quieres darles besos en la boca todo el tiempo? -la rubia rie levemente y asiente
 
-Demasiadas preguntas tienes tú- la mira levantado las cejas y manteniendo su sonrisa.
 
-Estoy en una misión, quiero averiguar si dos personas se gustan
 
-Toda una detective - Samantha asiente-¿Me contarás que pasa al final? Creo que me lo merezco por haber sido parte de tal investigación.
 
-Lo haré
 
Es justo entonces que unos pasos se escuchan detrás de ellas, y cuando se dan lo vuelta pueden ver a cierta chica castaña en una camiseta blanca, unos pantalones de deporte gris y su pelo recogido.
 
-Perdón, hoy había bastante tráfico.
 
Es una excusa, ambas lo saben. Pero Samantha pretende que se lo cree, porque quizás disfruton más de lo que deberian la llegada un tanto tarde de la castaña mayor
 
-No pasa nada - Samantha dice mientras se levanta del suelo.
 
-¡Mami!- Amy corre hasta su madre
 
-¿Qué tal ha ido pequeña? -pregunto mientras la rodea con sus brazos
 
-¡Muy bien, hoy he metido un gol!
 
Abril sonrie orgullosa y seguidamente deja un casto beso sobre su cabeza
 
-Toda una jugadora profesional bebe, ¿tienes tus cosas?
 
-Upsss-sonrie de manera inocente-. Me las he dejado en la otra punta del campo, ahora vuelvo
 
Abril frunce el ceño mientras la ve salir corriendo en la inmensidad del campo de fútbol, pero sin darle mucho importancia simplemente se limita a suspirar

La castaña se disculpa, porque una pequeña parte de ella se preocupa de que Samantha realmente se encuentre molesta por lo tarde que siempre llegaba. Para Abril aquello era una de sus partes favoritas del día, llegar al campo de fútbol y compartir unos minutos con ella.
 
Pero no sabía si para Samantha era igual, si quizás la rubia solo deseaba llegar a casa y descansar, si quizás tenia a alguien esperando por ella, si quizás simplemente estaba tomando demasiada confianza.
 
- Abril, no pasa nada. -la castaña se limita a asentir.
 
Samantha entonces se acerca a ella con una pequeña sonrisa, y una vez la tiene frente a ella levanta su mano para acariciar su mejilla.
 
-Tienes harina en la cara -susurro.
 
Abril no puede evitar morderse el labio en un intento de no cerrar los ojos con gusto ante los caricias de aquella mujer que no habia abandonado su mente ni por un segundo. No sabía si debia sentir aquello, pero le resultaba imposible no hacerlo. Era tan abrumador aquello que había empezado a sentir por Samantha, tan nuevo. Apenas la conocía, pero Abril siempre habio creído en el amor a primera vista, Y sin duda alguna, algo parecido debió sentir al ver a la rubia junto a su hija.
 
Y todas las inseguridades, todas las cosas que podria salir mal desaparecen con el toque de Samantha en su mejilla, con cada sonrisa que le dedico y con cada centímetro de distancia que corta entre ambas
 
-Ya esta, -anuncia y Abril casi desea haber enterrado el rostro en harina si eso hacia que Samantha la tocara de aquella manera.
 
-Gracias-susurra débilmente
 
Samantha aparta la mano del rostro de Abril, pero sin embargo no se mueve. Lo distancia entre ellas una vez más es apenos inexistente.
 
-Tenías razón
 
-¿Eh?-la mira con el ceño fruncido.
 
-Los galletas, me encantaron, Probablemente las mejores que he probado nunca.
 
Abril sonrie, expomendo su encias en su sonrisa y asiente levemente
 
-Suelo tenerla.
 
-¿A parte de buen cocinera también eres narcisista? - Samantha pregunta con una sonrisa diverticia que se expande por toda su rostro mientras se cruza de brazos
 
-Soy una mujer de muchos talentos, Samantha -Abril dice con simpleza, mientras saborea pronunciar el nombre de aquella mujer tan perfecta.
 
Samantha la mira a los ojos, y el corazón de Abril late con tanta fuerza que quizás el mundo entero puede oirla
 
-¿Cómo cuales?
 
-Como este
 
No sabe de donde sale el impulso, pero se encuentra a si misma tomando el rostro de la entrenadora de su hija para finalmente unir sus labios en un beso. Un beso que al principio solo consiste en los labios de Abril moviéndose contra los labios quietos de Samantha, pero eso cambia en pocos segundos ya que las manos de la rubia encuentran sus caderas y sus labios comienza a moverse contra los de Abril en un beso tranquilo pero hambriento.
 
Cuando finalmente se separan con la respiración un tonto agitada, Samantha abre los ojos para mirarla y una pequeña sonrisa se dibuja al ver a Abril con los ojos todavia cerrados.
 
-¡Ya estoy, ya estoy! - Amy exclama llegando junto a ellas.
 
Y lo siguiente que Samantha sabe es que Abril se aparta y desaparece antes de tan siquiera poder despedirse.

¡Entrenadora Samy! | Adaptacion RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora