Capitulo 11

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La sala de golpe se encuentra en silencio, y Abril siente la emoción burbujeando en la boca de su estómago. A pesar de que la noche iba a ser junto a Amy, la idea de tener a Samantha solo para ella ahora no suena para nada mal.
 
-Hey abuela, al parecer nos hemos quedado solas.-Samantha dice con una sonrisa divertida dejando el bol de palomitas sobre la mesita de café.
 
Abril la mira, y se muere por besarla, por acariciar su cabello rubio y descubrir si es tan suave como parece, se muere por entrelazar su mano con la de Samantha y quedarse asi eternamente. Pero sin embargo, se limita a sonreír. Había algo en lo cómodo que se sentía con la rubia que hacía que Abril quisiera sentarse en su regazo y besarla durante horas, quizás hasta que el sol saliera y las estrellas fueran invisibles.
 
-Eso parece. -susurra mirándola con un leve sonrojo por sus propios pensamientos, y agradece que la única luz que hay en la sala sea la del televisor.
 
-¿Quieres que me vaya? -Samantha le pregunta y Abril niega rápidamente.
 
-No, quédate.
 
Samantha sonrie y Abril podría jurar que sus ojos avellana se iluminan en la oscuridad de la noche.
 
-Si me lo pides asi no puedo negarme -Abril sonrie, enseñando su sonrisa de gomita-. ¿Seguimos viendo la pelicula? Sorprendentemente me está gustando bastante.
 
-Te emocionas con unos nuggets de dinosaurios, ya nada me sorprende. -dice divertida a lo que Samantha rueda los ojos.
 
Abril pone de nuevo la pelicula, sentándose un tanto alejada de Samantha y comenzando a jugar con las mangas de su suéter un tanto nerviosa. Siente la mirada de Samantha sobre ella, pero no se atreve a mirarla de vuelta, tan solo mantiene su mirada clavada en la pelicula y pretende que su corazón no está desbocado.
 
-Ven aqui. -Samantha dice en un susurro haciendo que Abril finalmente la mire.
 
Samantha abre levemente los brazos y deja un hueco a su lado para que Abril pudiera tumbarse con ella, y el corazón de la castaña parece detenerse de golpe. Sonrie nerviosa antes de acercarse hasta Samantha, tumbándose con cuidado justo a su lado.
 
Samantha no parece muy satisfecha, así que coloca su brazo por debajo del cuerpo de Abril y la pega más a ella. Seguidamente toma una de las mantas que se encuentran esparcidas por el sofá y tapa a la castaña, dejando un beso en su frente antes de abrazarla.

Abril siente cómo todo su cuerpo se llena de calor ante eso, y tiene una sensación tan agradable en su pecho que quiere taparse el rostro con una almohada y gritar de la emoción. Eso era lo que Abeil siempre habia anhelado, sentir ese cálido sentimiento en su pecho que gritaba "esto es todo lo que buscabas, así es como se siente"
 
-¿Estás bien? - Samantha pregunta en voz baja, mirándola con ojos brillosos. Y Abril siente las malditas mariposas revolotear sin cesar de un lado a otro.
 
-Si.-susurra mirándola a los ojos.
 
-Bien. -asiente con una pequeña sonrisa.
 
Samantha vuelve a dirigir su atención a la película, pero Abril no puede concentrarse en nada más que no sea ella. En Samantha abrazándola, en su aroma y en cómo se veía tan tranquila viendo una estúpida película para niños.
 
Abril podría quedarse horas observandola, tan solo analizando cada pequeña parte de ella.
 
-Samantha. -la llama entonces en un murmuro que apenas puede escucharse sobre el sonido de la televisión, pero Samantha la mira.
 
-¿Si? -pregunta, poniendo ahora toda su atención en la castaña.
 
Hay tantas cosas que Abril quiere decir, tantas cosas que desea que Samantha sepa. Pero ni siquiera sabe por dónde empezar.
 
-Me alegra que estés aqui. -es lo que termina diciendo, intentando hacerle saber que realmente aquello era importante para ella.
 
Una enorme sonrisa se dibuja en los labios de la rubia, y Abril se muere por besarla.
 
-A mi también.
 
-¿Dirías que está siendo una buena cita? -pregunta un tanto tímida pero con una pequeña sonrisa divertida en su rostro.
 
-Diria que está siendo la mejor cita que he tenido
nunca. -afirma levantando su mano para apartar uno de los mechones de Abril fuera de su rostro.
 
-No debes de haber tenido citas muy buenas entonces. -responde entonces, con las mejillas rojizas ante el acto.
 
Samantha la mira falsamente ofendida antes de negar.
 
-Para tu información, he tenido citas increibles.
 
-¿Y esta es la mejor de todas? -pregunta levantando una ceja.
 
La rubia frunce levemente el ceño mientras asiente.

¡Entrenadora Samy! | Adaptacion RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora