12

938 64 15
                                    

1:59, la japonesa ya estaba parada afuera de la puerta de la casa de Chaeyoung.

2:00, Mina suspiró y tocó dos veces la puerta.

Chaeyoung rápidamente le abrió a Mina y le indicó que pase y tome asiento.

—Seguro te preguntaste por qué te invité a mi casa, pues la verdad es por que...

—¡Perdóname! — le interrumpió — Por favor, Chaengie, perdóname, soy una idiota.

—Si lo eres, eso no lo voy a negar.

—Te juro que nunca más te volveré a hacer daño, pero perdóname, por favor.

—¿Por qué no contestaste mis llamadas pero mis mensajes si? — preguntó.

—Oh, es que.... yo... bueno en realidad... ¡Dios parezco una bebé! — renegó para ella misma — Te compré un regalo.

Mina sacó de su cartera un hermoso collar de un tigre.

—Es para ti, mira, yo tengo un collar de un pingüino en mi cuello. Se que no es mucho, pero yo-

Un beso lleno de amor y dulzura interrumpió la explicación de la japonesa.

—Es hermoso, Minari, gracias. — dijo sonriendo.

—¿Ya estoy perdonada?

—Mmm, no lo sé. — bromeó.

—¡Yah! — lloriqueó.

—No mentiste cuando dijiste que parecías una bebé. — se burló — Si Minari, ya estas perdonada.

Mina suspiró de alivio y le dio un beso corto en sus labios.

—Tengo un poco de hambre, ¿tú no?

—Igual, llamaré a Tzuyu para que nos traiga algo para almorzar.

                                               ...

—Oh... si... ¡justo ahí, Sana! — con un gemido alto Tzuyu se corrió en la boca de su novia.

—Dios, nunca me cansaré de ti, Tzuyu.

Iban a volver a repetir lo que estaban haciendo, cuando el teléfono de Tzuyu comenzó a sonar.

—No vayas a parar, Sana. — rogó — Luego contesto.

—¿Pero y si es algo importante? — preguntó preocupada la japonesa.

—No lo creo, mejor sigamos.

—No, Tzuyu. Contesta, ahora. — ordenó.

—Pero amor...

—¡Pero nada! Contesta.

La alta se paró con la piernas débiles a contestar el teléfono, cuando se dio cuenta que era Chaeyoung.

—No me jodas... — susurró.

—¿Pasó algo malo? — preguntó desde lejos Sana.

—Aún no pasa...

Sana se quedó confundida, pero lo ignoro, su novia aveces era media tonta.

—¿¡Qué mierda pasa enana!? ¡Me acabas de interrumpir uno de los mejores momento de mi vida! — exclamó enojada — ¿Qué? Pero.... ¡No me grites! — gritó Tzuyu — Oh, con que ahí está Mina... en 10 minutos estoy allá. — colgó la llamada.

—¿Ya te vas? — habló Sana haciendo un puchero.

—Si, lo siento por no quedarme más tiempo.

—No te preocupes. — la besó — Te amo.

Profesora Myoui - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora