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Todo iba bien, había bromas, anécdotas, risas, pero sobre todo, amor de familia. Chaeyoung agradecía demasiado por ese momento, deseaba que se volviera a repetir.

—Mami, ya me dió sueño. — habló Kaylee.

—Pero si aún no terminas tu cena, cielo. — dijo Chaeyoung.

—No tengo hambre.

—Kay, tienes que comer toda tu comida para que crezcas sana y fuerte. — Jihyo habló.

—Ya dije que no quiero. — respondió enojada.

—Kaylee, hija...

—No te preocupes, Chae. Al menos comió más de la mitad. — mostró el plato — Iré a cambiarle a Kaylee. — se levantó de su silla — Despídete Kay.

—Adiós mami. — la abrazó — Adiós tía Tzuyu. — la abrazó también y le dió un beso en su mejilla.

—Ahora si, vámonos pequeña gruñona. — Jihyo agarró su manito y se la llevó a la habitación de la menor.

—Es muy linda, Chaeyoung. Es una mini tú.

—¿Acabo de escuchar bien? ¿Mi hermana me acaba de decir linda indirectamente? — bromeó.

—Linda cuando eras pequeña, ahora ya no. — aclaró riéndose.

—Tonta. — la empujó.

—¡Oye! No me empujes. — la empujó de vuelta.

—Calla jirafa, no tienes opinión. — otro empujón.

—Habló la enana. — le agarró sus manos, evitando otro empuje.

Chaeyoung se rindió, maldiciendo por lo bajo.

—Bueno, si tienes razón, tengo una hija muy hermosa. — recordó lo anterior dicho por su hermana.

—Me hubiera gustado saber de su existencia mucho antes, pero mamá no nos contó.

—Mi mamá no sabe nada, le pedí a mi tía Jihyo que no le cuente nada sobre Kaylee.

—¿Por qué? — preguntó confusa.

—No lo sé, simplemente no quiero que sepa la existencia de mi hija. — se apoyó contra la silla y suspiró.

—De alguna forma u otra se va a enterar, no le va a gustar eso. — aclaró.

—No me importa, estoy segura que le dará igual. — agachó su cabeza.

—¿Aún no la perdonas?

—Claro que no. — suspiró — ¿Qué clase de madre te bota de tu casa y te manda a otro país solo por que se enteró que su hija tenía una novia?

—Deberías decirle... Sea lo que sea ella también tiene derecho a saber que tiene una nieta.

—Tzuyu, por favor, no le digas nada a mamá, — pidió — yo veré cuando es el momento adecuado para contarle.

Tzuyu lo pensó, sonrió y dijo:

—Está bien, enana. No diré nada.

—Gracias, Yoda. — la abrazó.

—Buenas noches. — avisó el coreano llegando a la casa.

—A la hora que llegas, Jungkook. — se separó del abrazo y fue hasta donde su novio.

—Buenas noches, señorita... — habló al ver a la acompañante.

—Tzuyu, me llamo Tzuyu.

—Jungkook, te presento a mi hermana.

—¿Tu hermana? — preguntó confundido.

—Sí, Tzuyu es mi hermana.

—Un gusto. — fingió una sonrisa y le extendió su mano.

—Un gusto igualmente. — chocaron palmas y las separaron rápidamente.

—Me imagino que estará de más decirle que no se quedará a vivir acá, ¿verdad?

—Jungkook... — murmuró la baja avergonzada.

—No se preocupen, — se metió — por el momento me estoy hospedando en un hotel hasta el día en el que salga mi vuelo para Corea.

—¿Qué? ¿No te quedarás? — le dijo Chaeyoung triste.

—Vine por asuntos de trabajo acá, pero en realidad mi vida está en Corea, yo-

—Bueno, iré a dormir. — interrumpió — Chaeyoung, no te olvides de llevarme mi comida a la habitación. — se retiró.

—Perdón por decirte esto, pero tu novio es muy raro.

—No es raro, solo... solo ha tenido un mal día. Eso es todo.

—Ya me tengo que ir, — agarró su bolso — ya le di mi número a la tía Jihyo, le dices que te lo pase.

—Claro. — contestó emocionada.

—Me gustó verte de nuevo. Espero se vuelva a repetir antes de que me vaya a Corea.

—¿Cuando te vas?

—Me voy en tres días. Estuve más de una semana acá.

—Voy a extrañarte. — la abrazó.

—Yo igual, enana...

...

—Toma. — le extendió el plato con comida hacia la cama.

—Gracias. — ni la miró, su mirada seguía fija en la pantalla de su celular.

—¿Se puede saber por qué saliste hoy? Tú no trabajas los sábados. — se sentó en la punta de su cama.

—Tuve una reunión de emergencia, eso es todo. — le dió un bocado a la comida.

—Últimamente como que tienes muchas reuniones de emergencia, ¿no? — preguntó sarcásticamente.

—Para mi mala suerte, sí. — respondió.

—Wow. — bufó — Es increíble la cantidad de veces que puedes mentir. — se paró para irse, una mano impidió esa acción.

—¿Qué estás tratando de decir? ¿Qué me veo con otra persona?

—No lo sé, dímelo tú. — jaló su brazo de la mano de Jungkook.

—No tengo tiempo para hablar de esta tontería. — volvió a comer.

—No eso lo sé. — exclamó — Nunca tienes tiempo para nada. Ni para tu propia hija. — agregó— No te imaginas la cantidad de veces que pregunta por ti en el día.

—Pues tú también eres la madre, deberías cuidarla.

—Yo no tengo problema en hacerlo. El problema es que tú no pasas tiempo con ella. Ni si quiera me llamas para preguntar si está bien, si ya comió, o si ya la recogí del kinder.

—No es necesario, tú sabes que me preocupo por ella. — respondió simplemente.

—¿Así? Pues no parece.

—Que pena. — le dió otro bocado a su comida.

—Eres insoportable. — murmuró — Me iré a dormir con mi hija. Adiós. — cerró la puerta de un portazo.

Profesora Myoui - MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora