Profesora Myoui - Michaeng

26

—¡Papi! — exclamó Kaylee — ¿Podemos ir al parque?

—Lo siento Kaylee, pero no voy a poder llevarte. Tengo trabajo.

—Nunca tienes tiempo... — murmuró Kaylee.

—Kaylee, yo si tengo tiempo. — se metió Chaeyoung — ¿Qué te parece si vamos al parque y de ahí vamos a comernos un helado?

La pequeña lo pensó por un momento, la idea de ir al parque con su mamá y después ir a comer un helado le llamaba mucho la atención. Pero Kaylee seguía resentida con su mamá por haberla sacado de sus clases de piano.

—No, yo quiero ir con papá. — le agarró de su mano.

A Chaeyoung se le rompió el corazón, su hija por primera vez la había negado. ¿Y cómo no? Si le quito algo que más amaba.

Miró a Jungkook esperando que le diga algo, pero como siempre, la malogró más.

—Entonces no iremos, es con tu mamá o nada.

—¡Pero papá!

—Ya hable Kaylee.

—Bien, entonces no iré. — se retiró enojada de le habitación.

—¿Tanto te costaba llevarla? Ella no sale desde hace tiempo. — reclamó Chaeyoung.

—Eres la menos indicada para hablar. No te metas.

Odiaba darle la razón a Jungkook, pero era la verdad, era la menos indicada para hablar.

—Entonces le diré a Hyo si la puede llevar al parque. — se paró de la mesa.

—Espera. — la agarró del brazo — Esa idea no me parece tan mala.

—No te entiendo.

—Tú y yo, solos los dos. Le agarro la cara, queriendo besarla.

—Jungkook... — suspiró — No es momento.

—Amor, ¿te has puesto a pensar hace cuanto tiempo no estamos nosotros solos?

—Porque paras ocupado, o en la calle. Ya ni te importa tu familia, solo tu trabajo. — reclamó — Cuando te dignes a al menos pasar tiempo con tu hija, ahí recién podemos estar solos, pero mientras tanto no.

Se soltó del agarre y fue donde su tía Jihyo.

...

—¡Amor, ya llegué! — gritó la japonesa.

—Hola. — se le acercó y la besó.

—Estoy agotada, dar clases de baile no es tan fácil. — se quejó.

Mina se quedó mirando a la nada, ignorando completamente lo que dijo su novia.

—¿Y esa cara? ¿Te sientes mal? — preguntó Momo preocupada.

—Estoy bien, no es nada.

—¿Segura? Puedes contarme si deseas. — se sentaron en el amplio sofá que tenían.

¿Contarle? Tal vez era buena idea, necesitaba desahogarse con alguien.

—¿Te acuerdas de la fotógrafa que vino el otro día a tomarnos las fotos?

Momo pensó, hasta que se acordó.

—Ahhh, la chica de baja estatura. — Mina asintió — Si me acuerdo, ¿qué pasó con ella?