Capítulo 13 "Recuerdos"

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Adam, con una expresión de terror evidente, bajó su celular mientras un frío sentimiento de inseguridad recorría su espalda. ¿Qué debía hacer ahora? Pensó durante un momento, hasta que una cálida sensación invadió su cuerpo.

Era Charlie, quien lo abrazaba con ternura. Nunca antes había visto a Adam tan preocupado. La rubia tomó su mano y, con una sonrisa serena, preguntó por su estado. Lentamente, Adam comenzó a procesar todo mientras sentía un breve momento de paz.

Por alguna razón, cada vez que tenía a Charlie cerca, sus problemas parecían desvanecerse en el aire. Aunque era una sensación extraña, Adam la amaba, pues con ella sentía que no estaba solo en esto.

Charlie lo miró a los ojos y, con una sonrisa cálida, volvió a preguntar:

-¿Todo está bien, Adam? -preguntó la rubia, con una sensación de duda embargando su mente.

-Es una larga historia, pero para ser más precisos, el problema es exactamente con uno de mis hijos.

Charlie se sorprendió ante la respuesta de Adam. Sabía que él tenía hijos, pero no sabía exactamente cuál era el motivo de su angustia. Al menos había una razón detrás de todo, y esto la tranquilizaba.

Con una mirada llena de amor, Charlie se sentó en las piernas de Adam, su mirada fija en él, calmándolo de alguna manera.

-Lo solucionaremos, cariño. No te preocupes -dijo Charlie con la frente en alto.

Adam sonrió levemente y, con los ánimos renovados, besó a Charlie sutilmente en las mejillas. Ante el contacto, Charlie se sonrojó en gran medida mientras su cara indicaba alegría.

Sin embargo, debían ser cautelosos. Adam no sabía cómo reaccionaría Abel al enterarse de su relación con Charlie. Adam había conocido a Abel en el cielo, y su actitud y comportamiento habían cambiado drásticamente desde entonces.

Abel sentía la necesidad de vengar su muerte; para él, los pecadores como Caín no valían la pena, solo eran almas corrompidas por la maldad. A pesar de todo, ambos se llevaban bien, y con el tiempo, Adam había aceptado el trabajo de líder de exorcistas, lo que enorgulleció a su hijo.

Ahora, por fin había una fuerza de justicia que se encargaba de castigar a los pecadores. Sin embargo, Adam había abandonado su trabajo y estaba en una relación amorosa con la mismísima hija de Lucifer.

Ella era una nacida del infierno... Si Abel estuviera aquí, se decepcionaría de su padre y probablemente tomaría acciones drásticas. Después de todo, Abel creía que la única manera de castigar a un pecador, demonio o lo que sea que habite en el abismo, era eliminándolo de la existencia.

Esos y muchos más eran los pensamientos que predominaban en la mente de Adam en ese instante. Sabía claramente que su relación con Charlie traería consigo un sinfín de problemas, pero al fin y al cabo, seguía su corazón.

Y aunque al principio jugaba al juego de la venganza, cada encuentro transformó ese sentimiento en algo más... Algo mucho más profundo que no había sentido en mucho tiempo.

Jamás imaginó estar allí, sentado con la hija de su peor enemigo, disfrutando de una cálida conversación con su prometida y cuidando de su hijo. Era raro, y así lo tomaron en el cielo.

Ahora, ellos eran su principal fuente de problemas. Por un lado, tenía a Lute y, por otro, a Abel. Si esto se divulgaba, muy probablemente tendría problemas con los altos mandos.

Charlie, al ver a Adam preocupado nuevamente, sabía que tenía un problema, pero necesitaba conocerlo para poder ayudarlo. Apoyando una de sus manos sobre su cabello, preguntó con la duda en el aire:

Un Trato Indecente (Charlie X Adam) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora